Capítulo 4

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Ji Yong siguió midiéndose sombreros, gorras y lentes ante la mirada atenta de su guardaespaldas.

–Luce bien con eso señor –Dae Sung emitió una ligera risa al ver los curiosos lentes de signos de dólar.

–Jaja ya lo creo –siguió modelando para luego negar y dejar las cosas ahí –Es hora de regresar, con lo poco que he comprado me he quedado sin efectivo –le mostro la billetera vacía –además no pienso utilizar esto –le mostro dos tarjetas, una plateada y la otra negra –ten, dáselas a tu jefe cuando puedas –el chico asintió para guardarlas en su saco.

–Señor es hora de irnos –un mercedes blanco se estaciono en la acera, Ji Yong emitió un suspiro y con pesar ingreso al automóvil, era hora de volver a la realidad y tenía un mal presentimiento, un horrible presentimiento.

...

Seung Hyun siguió observando desde aquella terraza la hermosura del mar hasta que fue interrumpido por uno de los sirvientes –Mi señor está todo listo, la habitación quedo ambientada como usted pidió y la cena está servida a la orilla de la playa como lo solicito –el hombre hizo una reverencia retirándose de inmediato.

...

El rubio arrastro los pies por todo el lugar, Dae Sung caminaba detrás de el con un par de bolsas de recuerdos y comida.

–Dame eso –le extendió las manos a su guardaespaldas para que le entregara las cosas.

–De ninguna manera, llevare esto hasta su habitación y le ayudare a acomodar –el castaño le regalo una bonita sonrisa. Un hombre vestido de negro apareció interrumpiendo la cálida atmósfera haciendo que los chicos se giraran a verlo.

–Señor Ji Yong, el señor Choi lo está esperando por favor acompáñeme –el rubio lanzo otro suspiro derrotado y asintió siguiendo al sujeto –Y Dae Sung el amo Choi dijo que dejaras las compras del señor Ji en su despacho –el mencionado asintió desapareciendo por una de las puertas.

Ji Yong caminó aburrido hasta que vio que saldrían de la mansión, unos metros más y sobre la arena se podía ver un camino de antorchas que conducían a un área que no podía distinguir.

–Por favor continúe y siga las antorchas –fue lo que le dijo aquel sujeto y después desapareció. Kwon siguió el camino no muy confiado pero no pudo evitar sorprenderse al ver justo a la orilla de la playa una mesa para dos cubierta de un hermoso mantel blanco, rodeada de muchas más antorchas, con exquisitos manjares, frutas y una botella de vino. 

Seung Hyun se encontraba de pie junto a esta de espaldas con los brazos cruzados al frente perdido en el paisaje, vestía una camisa azul marino de seda, pantalones negros y zapatos lustrosos, el carraspeo del rubio lo hizo girar.

–Oh Ji Yong has llegado ¿Cómo te fue? por favor siéntate –le indico jalando la silla para que tomara su lugar en la mesa.

–Me fue bien, gracias –respondió Ji Yong no muy confiado, se quedó mirándolo con el ceño fruncido mientras Seung Hyun se sentaba frente a él.

– ¿Porque el entrecejo fruncido, no te gusta? –pregunto casualmente sirviendo un poco de vino en las copas.

–No sé a qué se deba esto.

–Me extraña que no lo sepas, es decir, es nuestra luna de miel –ahora entendía el menor el porqué de su mal presentimiento.

Comenzó a comer la deliciosa cena preparada, su día de paseo con Dae Sung lo dejo hambriento, devoro cada pedazo de carne de su plato mientras Seung Hyun solo lo miraba divertido, Ji Yong no había alzado el rostro y se había concentrado en su cena, le parecía graciosa la situación en ese momento porque el menor desconocía lo que le esperaba.

No podría enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora