Capítulo 59

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Un día Minseok vuelve a casa con los ojos rojos y eso desvirtúa todo. Jongdae pierde el habla, no es común atrapar a su amante en un momento de debilidad, especialmente ese tipo de debilidad. Se hace notar la ausencia de su voz irritante en el ambiente y hace sentir a Minseok como un bicho raro.

—Deja de mirarme así —se queja, desviando la mirada.

—¿Qué pasó?¿Luhan te hizo algo?

Minseok chasquea la lengua, maldiciéndose por haberle dado la información de quién era la persona con la que saldría.

—No me hizo nada, ese es el problema —murmura por lo bajo.

—¡Já!¡Entonces sí quieres que algo pase!

—Sí, Jongdae, pero no es tu maldito problema.

—¿Te gusta?

—¿Me estás escuchando?

—Quiero saber si vas a desecharme cuando él te corresponda.

—Diablos, Jongdae, no lo sé. Por esto dije que solo quería sexo —responde frustrado y avanza hacia su habitación con el otro pisándole los talones—. De todos modos no va a fijarse en mí otra vez. No soy suficiente.

Jongdae es un celópata, pero nada en relación a eso puede enojarlo tanto como que Minseok se menosprecie. Tira de su muñeca, obligándolo a darse vuelta y mirarlo a la cara.

—¿Realmente eres Kim Minseok?¿El hombre maduro y centrado que pone sus intereses siempre por encima y no deja que nadie los aplaste, rebajándose al lado de una persona que le gusta?

El mayor baja la mirada con una expresión molesta aún en su cara. Jongdae no puede creerlo. Está decepcionado. Pero eso más que darle una imagen negativa de su hyung, solo lo incentiva a demostrarle lo valioso que es. Toma su rostro entre sus manos y lo besa. Minseok se resiste e intenta apartarlo, pero Jongdae lo empuja hacia la habitación a la que estaba yendo en un principio y debe concentrarse en no trastabillar. Recién lo suelta cuando Minseok toca el borde de la cama con sus pantorrillas y cae sobre el colchón.

—¿Qué te pasa? —exclama con irritación.

—¿Él hizo que te avergüences de tu cuerpo? —interroga Jongdae.

—¡Deja de buscar culparlo de mis asuntos, nunca me gustó mi cuerpo!

—¿Por qué?

—¡Porque soy deforme!

Jongdae no sabe si reír, llorar o enojarse. Así que con una expresión totalmente confusa, se limita a empujar a Minseok contra la cama y tirar de su camiseta hacia arriba para desnudarlo.

—¿Qué cara...

Minseok no logra terminar la frase porque debe luchar contra las manos de Jongdae. En serio lo pone ansioso y nervioso que quieran verlo desnudo. Odia eso, no le gusta que lo fuercen. Patalea e intenta darle un rodillazo en los testículos a Jongdae, pero es inútil porque está sentado sobre su abdomen y lo tiene totalmente inmovilizado. Muchos minutos de tironeo después, Jongdae logra dejar su pecho al descubierto, ese lugar que Minseok nunca le ha dejado ver de sí.

Minseok no es ciertamente delgado, pero tiene proporciones promedio y no podría ser considerado gordo tampoco. Hay rastros en su piel de que alguna vez lo fue, como estrías, pero esas marcas son insignificantes. En cambio las manchas rojas dispersas de manera aleatoria y de forma y tamaño variables por todo su pecho y espalda hacen fuerte contraste con el tono pálido de su piel, y su textura es áspera a comparación. Especialmente porque la piel está lastimada en muchas de ellas. Aún así, Jongdae no podría decir que Minseok se ve más feo, porque desnudo, en su forma natural, está más hermoso que nunca.

Los hombros del mayor se agitan levemente y cuando Jongdae levanta la mirada ve lágrimas deslizándose por sus ojos en una expresión compungida. Jongdae se retira de su abdomen pero se acomoda entre sus piernas cuidadosamente, apoyando los codos a los lados del cuerpo de Minseok para no cargarle todo su peso, y sujeta el rostro de Minseok entre sus manos de nuevo.

—Ahora debes entender por qué lo odio —gimotea el mayor.

—Sinceramente... no.

Minseok lo mira mal y en respuesta Jongdae planta un beso en su cuello, luego otro en el hombro, otro en la clavícula, otro en el pecho... Y así se encarga de hacer un recorrido de besos suaves por la extensa piel de su hyung, incluso sobre las heridas, demostrándole lo mucho que adora cada porción de él.

Ahora que ya no tiene nada que ocultar, Minseok se deja hacer y permite que Jongdae retire la parte inferior de su ropa y hunda dos dedos lubricados con saliva en su entrada mientras sigue descubriendo la parte superior de su cuerpo. Minutos después, cuando Jongdae baja, eyacula en su boca sintiendo los dedos deslizándose por su piel y jugando con sus pezones. Jongdae traga todo lo que le da con una expresión lasciva y se reincorpora limpiándose las comisuras de los labios con los dedos. Vuelve a hacer un recorrido de besos hacia arriba, hasta los labios de Minseok, y permanecen solo besándose unos cuantos minutos, hasta que interrumpe el beso y apoya su frente sobre la de Minseok con una expresión de resignación que da curiosidad al mayor. Luego de un profundo suspiro abre la boca y confiesa:—Me gustas mucho. Te quiero.

Minseok pestañea unas cuantas veces y mira aturdido alrededor, volviéndose consciente de la situación. Está completamente desnudo a merced de Jongdae, luego de que le hiciera una increíble mamada aún después de ver su horrible cuerpo, recibiendo una confesión que imaginaba pero no esperaba recibir en este momento. Usualmente no le importarían los sentimientos de Jongdae, pero en este instante se siente amordazado por la culpa porque Jongdae acaba de hacer algo que podría ser calificado como lindo por él, pero no puede corresponder a sus sentimientos.

—Jongdae... Ya te dije que no quiero...

—Ya sé. También sé que sabes lo que siento aunque no lo diga, y solo por eso me atreví a decirlo. Porque de todos modos no va a cambiar nada.

Minseok hace una mueca de inconformidad.

—Está bien, en serio. —Sonríe Jongdae—. Todo seguirá igual que siempre. Lo prometo.

ROOMIES (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora