11 - Carrera

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JI AH


Apretó el botón rojo para encender el motor. Arrancó el coche y se puso junto a otro coche de lujo. Un ruido fuerte estalló entre la multitud. Sigo sin entender lo que está pasando.


—¿Todavía no nos vamos a casa? —pregunté y una sonrisa ladina se formó en los labios de Ji Min. Me dio miedo.


—Aún no, gatita —contestó y bajó la ventana del coche. El gritó de la multitud llenó el silencio en el coche.


—¡Ji Min no puedes llevarla contigo! —gritó Ho Seok. Parecía estar en pánico. ¿Por qué no puede llevarme con él?


—Ella dijo que es valiente, puede soportarlo —dijo y fruncí el ceño. ¿Qué es lo que tengo que soportar? ¿Estar en el coche con él? 


—Cabrón. Como le pase algo- —gritó Yoon Gi y Ji Min cerró la ventana. 


—¿De que estáis hablando? ¿Qué vas a hacer?


—Shh.


—¡Llévame a casa Ji Min! ¡Esto no me gusta!


Ji Min me ignoró y sonrió cuando una chica sexy se paró delante de los dos coches. Llevaba una bandera mientras caminaba en el pequeño espacio entre los dos coches. ¿Qué esta haciendo?


Levantó la bandera y las personas gritaron más fuerte. 


—¿Ji Min? —dije cuando la chica movió un pañuelo rojo.


—Abróchate el cinturón —dijo y lo hice sin pestañear. Tengo un gran sentimiento que es mejor seguir lo que quiere por ahora, porque no tengo ni idea-


Ji Min revivió el motor y paré de pensar sobre lo que está pasando. Oh. Dios.


—Quiero salir. ¡Déjame salir! —grité aunque podía salir por mi misma. Puedo pero al mismo tiempo no puedo, porque no puedo sentir mis piernas.


—Agárrate fuerte —dijo. Tan pronto como la chica bajó pañuelo rojo, sentí el impacto contra el asiento. Ji Min conducía tan rápido como mi corazón latía. 


—¡Eres un maldito loco! —grité y Ji Min solo se río. Pulsó algunos botones a su lado, el típico lugar donde debería estar el cambio de mano y no tengo ni idea para qué son esos botones. Así que ayúdame Dios.


Ji Min estaba conduciendo muy rápido y puedo sentir mis rodillas temblar por la velocidad. Quiero levantar la mano para agarrarme a la manija si es que hay pero no puedo mover mis brazos. 


—Oh Dios. Para. Para —grité y Ji Min se rió de nuevo. Realmente sonaba como si está pasando el mejor momento de su vida riéndose de mí.  

Rompecorazones | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora