40 - Novios

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JI MIN


Las cosas fueron mejores de lo normal entre nosotros. Ji Ah se ha vuelto más cariñosa conmigo pero eso no quiere decir que no discutimos. Seguimos discutiendo y eso es una de las mejores partes cuando estoy con ella. No me canso de pelearme con ella. 


Ella a veces es amable y a veces es borde. Ella sigue siendo la misma Ji Ah pero sin mentiras y pretensiones.


Siempre voy a su casa, sus padres y su hermano me tratan como si fuera de la familia. Ji Ah también siempre viene conmigo cuando visito a mi madre. Mi madre la quiere como si fuera su hija. Ha Young todavía es dura con Ji Ah pero sé que se está acostumbrando porque ya no comporta tan mal con ella. También ha dejado de intentar besarme delante de ella así que creo que es un progreso.


Mi parte favorita es nuestras conversaciones nocturnas. Me dejan dormir en su casa pero no podemos encerrarnos.


—Tengo algo que darte —dijo Ji Ah mientras estábamos abrazados en la cama. Ella se sentó.


—¿Para mí? —pregunté y ella asintió. Se levantó de la cama y me senté. Ella se dirigió hacia el armario y sonreí mientras la observaba.


No sé que es lo que está ocultando detrás de ella pero estaba moviendo sus cejas arriba y abajo.


—¿Qué es eso? —pregunté y volvió en la cama. El retraso me estaba haciendo un hombre impaciente, así que fruncí el ceño.


—Debí haberte dado esto en Busan pero- —Me enseño lo que tenía en la mano.


—¿Una pulsera? —pregunté. Era una pulsera negra de cuero trenzado. Lo cogí de su mano. Tiene un pequeño diseño metálico en medio.


—Lo compré en Busan. Es una pulsera de pareja, ¿ves? —dijo y me enseño otra. Era exactamente lo mismo pero con un toque más femenino— La mujer dijo que nos mantendrá alejados del mal.


Asentí y me puse la pulsera inmediatamente. 


—¡No! —gritó agarrando mi mano, pero era demasiado tarde porque ya me lo puse.


—¿Qué? —preguntó.


—¡Debería habértelo puesto yo! ¡Es lo que me ha dicho la mujer! —dijo molesta. No pude evitar reírme.


—¿Para qué?


—¡Para que sea efectivo! ¡Eres idiota!


—¿Pues me la quito y me la pones de nuevo?


—¡Ya no!


—Gatita... —dije y ella apartó la mirada. No sabía que ella tenía a ponérmelo—¿Qué tal esto? Yo te pongo la tuya.

Rompecorazones | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora