(...)
-Listo, señorita- dijo el doctor- sus permisos ya están firmados y puede irse a su casa.
-Muchas gracias doctor- contesté, habían pasado dos días en los que había estado aquí en el hospital y no veía la hora de irme.
En estos dos días me he sentido incómoda, histérica y estresada, no solo por el simple hecho de odiar los hospitales sino también porque no he podido dormir en las noches. Aún siento la calidez de unos ardientes besos en mis labios y cuando menos pienso sueño con aquel extraño de grandes e intensos ojos azules, era raro, porque siempre había visto esos ojos, en visiones y sueños cuando era niña. Y por un momento los había olvidado, pero, ahora habían vuelto a mí subconsciente. Tal vez en otra vida o en otras épocas, lo cierto es que, aún de una forma indirecta los recordaba y recordarlos me hacían querer saber quién era él, porque lo recordaba y los más importante, qué significaba para mí aquel extraño. Kary me visitaba en las tardes y me ayudaba a ponerme al día con los apunte del colegio, y es que, ya solo faltaban dos días para que culminará esta semana, eso me preocupaba considerando que solo faltaban unos días para graduarnos y aún no hacía, ni presentaba mi trabajo final. Lo que era peor porque si no lo hacía no podría recibir mí cartón de bachiller.
-Anni- me llama kary- ya nos podemos ir, descansa estos dos días que faltan para terminar la semana yo te pondré al día- dijo mientras empacaba algunas cosas en el pequeño maletín que ella había traído para mi vestimenta.
-Eso no pasará Kary, tengo que presentar mi trabajo final- contesté levantándome de la cama.
-¿Porqué carajos tienes que ser tan necia?- preguntó poniendo los ojos en blanco.
Hice lo mismo, aunque quisiera no podría seguir faltando a clase, el profesor de religión, el otro día que vino dijo que me daría la oportunidad de presentar mi trabajo después, pero que ya no sería el mismo tema asignado. El muy hijo de puta, me lo cambió por no haberlo presentado a tiempo, ni siquiera respecto el accidente sacando de excusa que una cosa no tenía absolutamente nada que ver con la otra, en fin, el punto es que ahora tenía un fuerte dolor de cabeza y un trabajo de religión que hacer. Claro está, si me quiero graduar.
-Si presenta algún dolor fuera de lo normal me llama o viene de inmediato- agregó el doctor.
-No se preocupe doctor estará en buenas manos- contestó Kary.
Salimos de la habitación, Kary tomaba mi brazo mientras me ayudaba a subir al ascensor, solté un suspiro porque al fin podría irme de aquel lugar tan sobrio, oscuro y deprimente. No tengo nada en contra de los hospitales, solo era un fobia provocada por; no lo sé en realidad, siempre me ha provocado cierta incomodidad, tristeza y lastima a las personas que sufrían estando aquí o aquellas que lloraban la muerte de un ser querido. Su olor a cloro y su limpieza total era lo que más me producía escalofríos, en los pasillos en los que caminábamos, en las habitaciones en las que dormían, incluso con las mantas con las que se cubrían habían estado personas que ahora estaban muertas.
-Horacio nos está esperando afuera nos llevará, hable con Ducan y dije que no irías a trabajar por dos ó tres días- habló mi amiga.
-¿Y qué dijo?- pregunté, en el ascensor se marcaban en unos pequeños círculos en la parte superior de la puerta unos números que marcaban los pisos que bajábamos.
-Que no había problema pero que tendrías que compensarlo- hace tres días estaba en el segundo piso, pero hoy, me habían trasladado al últimos ya que debían hacerme unos exámenes.
-Genial doble turno- dije sarcástica, recosté mi espalda contra la pared.
El aparato en el que estábamos subidas iba pasando por el segundo piso, faltaba un poco para llegar al primero, las luces titilaban y el ascensor se detuvo de inmediato provocando una turbulencia. Me puse derecha mientras Kary desconcertada marcaba de nuevo el primer piso, pero no siguió su trayectoria, se mantuvo inmóvil, las luces aún seguía prendiéndose y apagándose solas y eso sinceramente me ponía los vellos de punta.
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Lucifer (editando)
Fantasy-¡Dios!... Lucifer, tú eres el hermano más temido de todos, el más frío y despiadado, aquel que no tiene alma y venís a desarmarte por una mortal ¿qué crees qué hará cuándo se enteré qué eres un demonio? Date cuenta hermano. -Lárgate Shamsiel, aquí...