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Finalmente, unas horas después de haber empezado la fiesta me resigne a que Lucifer ya no vendría, tal vez no estaba acostumbrado a cumplir sus promesas, debía admitirlo, tenía la esperanza de poder compartir tiempo con él, de... Decirle la verdad, al principio quise negarlo, todo en él gritaba peligro por cada poro de su cuerpo, pero por más que lo intente no lo logre y la verdad, era por que en el fondo no quería, no lo deseaba. Repito, siempre estuvo ahí, mirándome desde la oscuridad observando cómo crecía, la muerte se había enamorado de la vida, de la vida que representa una pequeña niña a punto de dar la estocada final y si bien, yo pude detenerlo, hacer que retrocedieron pero tampoco lo hice, no tenía una excusa perfecta, pero si tenía la razón ideal, yo, yo lo amaba, lo amaba tal y como era, sin máscaras, yo me había enamorado de lo que él representaba de la bondad que muchos ignoraban. Lucifer, no es malo, por años lo habían acusado de las peores barbaridades, desde traidor, despiadado, frío, calculador. Hasta diabólico, mezquino, blasfemo y cobarde. Pero no, él no era eso, al menos conmigo había logrado recuperar un poco el ángel que un día fue. Miré a mí alrededor todos bailaban, disfrutaban, lloraban su último día justos, su última fiesta, sus últimas sonrisas, yo había crecido con muchos en éste colegio, incluso podía decir, me había acostumbrado tanto a él que estos muros de concreto se quedaría con un poco de mi alma, con un poco de mi, me daba nostalgia saber que mañana al despertar ya dejaría esto para iniciar un ciclo nuevo. Le dirigí una mirada a mi madre, ella estaba sentada justo frente a mí y hasta que no vi lo cansada que estaba fue que no me percate de lo tarde que era.
-¿Quieres que nos vayamos ya?- le pregunte a ella por encima de la música, mi reloj de mano indicaba que eran las 12:39 a.m.
-La verdad estoy un poco cansada y a dolorida, además la niñera dijo que sólo trabajaría hasta la 1:00- contestó, asentí
-vamos, le diré a Ferno que me deje en mi apartamento y luego le pediré que te lleve a casa- ella fue quien asintió.
Me levanté de la silla y recogí mi vestido con mis manos, así no lo pisaría y caería. Mi madre se levantó tomando su gabardina y se la puso encima. Mi mejor amiga, bailaba en la pista con sus amigos, mientras reía a carcajadas, no quise avisarle que me iba por dos razones, primera, no me dejaría ir y segunda, si no lograba convencerme que me quedará ella se vendría conmigo y lo que menos quería era arruinarle su felicidad. Amaba a esa chica, por años estuve sola, sin nadie en quien apoyarme y sin importar sus cargas ella sujetaba mí cruz en su hombro, ambas, éramos cómplices de muchas cosas y conocíamos todo una de la otra, era mi hermana, mi protectora. Karina nunca se sentó a esperar el príncipe azul, ella solita bajo de la torre y destruyó al gran dragón, era la definición perfecta de una verdadera guerrera, de una mujer de hierro. Camine detrás de mi madre hacia la salida, empujando una que otra persona por la gran cantidad en un sólo salón, al salir el frío azotó mis descubiertos hombros y sentí un escalofrío que me hizo poner los vellos de punta. En la calle Ferno nos esperaba afuera del auto, era como si en toda la noche no se hubiera movido de ahí. Me sonrió mientras nos acercabamos a él y en sus ojos visualice un pequeño destello rojo en sus pupilas, fue casi imperceptible y creo que mi madre ni lo había notado, un segundo escalofrío recorrió mi cuerpo y por un segundo me dio rabia, ¿si no iba a venir para qué molestarse ordenándole a él que me escoltara? ¿acaso había enloquecido?.
-Dama, señorita, ¿ya se marchan de la fiesta?- preguntó él, asentimos las dos- Las acompañaré entonces.
-Ferno, ¿crees que podríamos llevar a casa a mi madre?- le pregunté.
-Por supuesto, señorita Wilson, yo las llevaré- le agradecí con una sonrisa, mientras nos abría la puerta a ambas.
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Lucifer (editando)
Fantasy-¡Dios!... Lucifer, tú eres el hermano más temido de todos, el más frío y despiadado, aquel que no tiene alma y venís a desarmarte por una mortal ¿qué crees qué hará cuándo se enteré qué eres un demonio? Date cuenta hermano. -Lárgate Shamsiel, aquí...