capítulo 9

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(...)

-Anni, estas despertando- mis ojos se fueron abriendo, ¿de quién carajos era esa voz tan aguda y fastidiosa?.

<<Cierto de Samirah>>

Lo primero que vi fue un techo totalmente blanco, después un olor a... Ah no, ¡mierda! ¿Estaba en el hospital?... Un dolor me penetró las costillas y en ese instante recordé todo, me habían atropellado, recuerdo que luego en un momento de lucidez note que estaba en el hospital. Después la voz de Kary y por último... Esperen un momento... Alguien me había besado, sí, aún podía sentir sus suaves labios en los míos, pero no recordaba quién.

-¡Despertaste!- exclama Samy en mí oído y se aventó encima de mí para abrazarme.

-Samy no hables tan duro- le dije sosteniendo mi sien con las manos.

-Oh, lo siento... ¿Cómo estás?.

-¿Qué pasó?- pregunté.

-Te atropellaron Anni, nos asustaste- hablo Kary entrando a la habitación- Saliste corriendo del salón, era como si estuvieras huyendo de algo.

Me quedé mirándola unos segundos sinceramente no recordaba, sólo tenía la sensación familiar de la muerte en mi cuerpo y la de un beso en mis labios. Inconscientemente toque mis labios, la muerte, él me había besado, una punzada paso por mi columna haciendo que hiciera una mueca de dolor.

-Llamaré al Dr Anderson- habló Kary.

-Samy, ¿Mamá vino?- pregunté.

-Me trajo y estuvo hablando con el doctor pero nada más- contestó ella.

Me quede callada, estaba paranoica, me había vuelto totalmente loca... ¿Qué carajos me había pasado?... Es decir, yo... La muerte, el beso... ¡Maldita sea!... No sabía que había pasado y era frustrante, me dolía la cabeza y todo el cuerpo, estaba jodida. Mi vida era normal (si así se le puede llamar) ¡toda mi maldita vida era tan jodidamente normal! ¿Por qué cambió de un momento a otro? ¿¡Por qué carajos imaginaba cosas donde no las habían!? ¿¡Por qué pareciera que me estuviera volviendo loca!... ¡Maldita sea!.

Todo me daba vueltas y sentía que iba a explotar en cualquier momento, pero sabía muy bien como había llegado a está situación y porqué, desde que era una niña él, la muerte me había perseguido desde que se le ocurrió la grata idea de salvarme la vida, desde entonces me jodió por completo, nunca le he temido y puedo decir con orgullo que jamás ni siquiera agonizando le he implorado y creo que más bien por eso él me salvó por segunda vez.

No le temo a morir, cuando te acostumbras a la muerte ya no te da miedo enfrentarte a ella, más bien a lo que sí le tengo miedo es lo que me espera después de ella. Sí de verdad existe un infierno y si de verdad quema y duele como lo han descrito en algunos párrafos que leí en algún libro o como me han hecho creer desde pequeña, más bien le tengo miedo a eso, porque a diferencia de los demás no consideró que él sea malo y cruel. En realidad sólo es uno más que clama por un poco de amor.

-Señorita Wilson- la voz del doctor me saca de mis pensamientos.

El era un hombre de unos cuarenta años, muy bien conservado para su edad, fornido, de piel morena y ojos de color ámbar. Él me había atendido hace cinco años en el accidente, también fue el doctor de Ariana y vio cómo su vida se iba extinguiendo, mientras él luchaba por salvarla.

-¿Cómo está doctor?- pregunté, Samy estaba a mi costado y Kary junto al Dr.

-Pues mejor que usted sí, tal parece que tienes más vidas que un gato- dijo mirando la tabla donde estaba el informe, no pude evitar reír.

Lucifer (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora