Hablame de ti.

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¿QUÉ? ¿Cómo puede nacer un niño en la cárcel?

-Ya lo sé es raro. Mi madre quedó embarazada en la cárcel. Todo esto en secreto. Se las apañó para que nadie se enterara. Y cuando nací me abandonó y dejó en la celda de tu padre. Jo me ha criado como a un hijo. Yo soy el niño que venía por las tardes. Dormía y vivía en vuestro sótano. Cuando tus padres empezaron a pelearse, tu padre me dijo que no podía seguir en la casa así que me las apañé como pude para dormir y comer. Pagué la fianza de tu padre tras un mes en la cárcel y me dejó vivir en tu casa.

Pff. ¿Cómo puedes creerte eso? Bueno, estoy en medio de la nada con él chico tras haber sido secuestrados.

-¿Me crees? ¿Esto cambiará algo?

- Te creo y no, claro que no. Me da igual quién seas pero… ¿Me podrías decir tu nombre? – Pregunté tímidamente.

-¡Claro! Qué tonto. Hola. – Dijo tendiéndome la mano. – soy Luke.

-Lea, encantada.

-Lo mismo digo bella señorita.

Ambos comenzamos a reírnos.

-Es muy tonto la verdad. Nos conocemos desde los cinco años y hasta hoy no he sabido tu nombre y aún no sé tú apellido.

-Luke Evans. Como el actor.

-Jajajaja. ¡Qué casualidad! ¿No?

-No, es que como no conocía a mi madre no sé mi apellido y quise ponerme uno que aspirara a la fama y… ¿Cuál mejor que el apellido y nombre de un famoso?

- Y, ¿qué es lo que te pasaba antes?

-¿Antes cuándo?

-Cuando estábamos en el coche. – Recordaba algo de que, cuando estábamos en el maletero, empezó a respirar peor y me dijo que me lo explicaría más tarde.

-Ahh, eso. – Dijo pensativo. – Es solo… que había poco espacio en el maletero.

Eso no se lo tragaba ni Dios. Pero aunque sentía curiosidad por saberlo simplemente deje pasarlo, aunque no sin antes permitirme el lujo de bromear.

-¿No será que tú también eres claustrofóbico?

-Jajaja, no, aun no.

Estuvimos hablando de tonterías o cosas sin importancia durante horas hasta que él preguntó…

-¿Tienes novio?

-Sí, pero es una tontería, ni nos hemos besado (como ya te dije) y no sabe la mitad de las cosas que te he dicho.

-¿Y por qué sales con él?

- Porque no hay otro y no quiero estar sola.

-Habrá más chicos que te habrán pedido salir.

-Nadie más me lo ha pedido. – Dije avergonzada. Se le veía asombrado. - ¿Me ayudarías a una cosa?

-¡Claro! Desembucha.

-¿Me ayudarías a buscar a mi novio para poder vernos?

Todo Empezó En El TejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora