Procura no despeinarme

281 21 1
                                    

Fuimos de tienda en tienda hasta que encontré el vestido perfecto. La verdad ODIO ir de compras pero como el rubio lo sabia este supondría que era una ocasión muy especial y se pondría más celoso. Él llevó mis bolsas y decidió no comprarse nada diciendo que “ya sabía lo que se pondría”.

-Y, ¿en la fiesta se va por parejas? – Preguntó mi mejor amigo.

-No es obligatorio, pero normalmente allí buscas  la pareja no ser que tengas novio en mi caso, novia en el tuyo.

-Aa… vale, ¿volvemos?

Por el trayecto fui preguntándole a quién le pediría ir de pareja y obvio dijo a mí porque era la única a la que conocía. Al llegar a casa mi padre dijo que quería que hiciéramos algo en familia ya que siempre andábamos o Luke y yo o Jo y yo. Pasamos la tarde jugando ha juegos de mesa y a la wii. A las once dejamos los juegos y pedimos pizza. Mientras esta llegaba nos pusimos a recoger y después de cenar nos fuimos a dormir.

A las diez de la mañana me levanté 8quisiera aclarar que estábamos en vacaciones de verano) y para mi desagrado Luke ya no se encontraba en la habitación.

Bajé a la cocina y encontré una nota pegada a la nevera.

~Chicos, me llamaron del trabajo y tendré que irme una semana. No pude despedirme porque era muy pronto pero podríamos hacer una video-llamada a la noche, ¿os parece? Habladme por whasapp os quiero, besos, Papá.~

Rápidamente cogí el móvil para anular lo que nos proponía mi padre en la nota.

*CONVERSACIÓN*

-Papi, sabes que te quiero pero no podemos hacer la video-llamada.

-¿Porqué cielo?

-¡Fiesta!

-No, no y no.

-Voy con Leo papi, no hay problema.

-Ah vale, si es con él y Luke vale. Xao peque, nos vemos.

-Besos.

*FIN CONVERSACIÓN*

Dejé el móvil a un lado y saqué todo para cocinar un buen desayuno. Me había levantado con hambre. Tras media hora cocinando, cuando ya ponía las cosas en mis platos, unas manos se estrellaron en mi cintura.

-¿Qué haces? – Preguntó juguetón Luke mientras me besaba el cuello.

-Pues el desayuno. Toma, léela. – Dije dándole la carta.

Sus ojos rápidamente por la carta.

-Ya llamé para anular la video-llamada. Recuerdas que hoy tenemos la fiesta ¿no?

-Claro.

Coloqué los platos en la mesa y empezamos a desayunar. Comenzamos a hablar de cosas sin sentido, con él nunca había silencios incómodos. Terminamos de desayunar y Luke se fue porque tenía “unos asuntos que resolver” y yo me quedé arreglando un poco la casa. Para cuando volvió ya había encargado la comida ( la cocina y yo no somos muy buenas amigas que digamos) y estaba todo listo.

-Me subo a prepararme. Me quiero ver bien. Invado el baño por una o dos horas.

Y sin esperar respuesta corrí a coger mis cosas.

-Mujeres…- Le escuché susurrar.

Me encerré en el baño y me di una relajante ducha. Al salir me eché mil cremas y salí ha coger mi ropa. Envuelta en una toalla y con el pelo mojado cayendo sobre mis hombros abrí la puerta del baño.

-¿Qué haces aquí? Te dije que lo necesitaría por unas horas.

- Es que ya llevas tres horas ahí dentro. – Dijo el rubio. – Me tengo que duchar.

-Corre. – Señalé al baño intentando quitar mis mejillas rojas. ¡Solo llevaba una toalla!

Pasó por mi lado y abrió la puerta que anteriormente había cerrado. Y susurró a mi oído.

-Me encanta cuando te sonrojas.

Una vez ya sola cogí mi vestido negro palabra de honor un poco abultado por debajo de la cintura y me lo coloqué junto a unos botines negros. Estos zapatos me hacían algo más alta pero podría bailar con ellos. Mi pelo es naturalmente ondulado así que solo tuve que retocarlo un poco y lo dejé suelto. Las uñas las pinté de negro y me hice la raja y puse algo de sombra también oscura. ¡Parecía la mujer de negro! Pinté mis labios rojo mate y puse mi chaqueta de cuero. Bajé al baño de abajo a lavarme los dientes y a por mí móvil cuándo vi dos mensajes. El primero era de Leo.

-Sé que te dije que pasaría a por ti pero no puedo. Sabes dónde vivo, ¿podría traerte el chico ese? Respóndeme, te amo. Leo.

El segundo era de Luke.

-Vi el mensaje de Leo y te estoy esperando en mi moto afuera. Te veo en un momento. Besos Luke.

Espera, espera… ¿He leído moto? ¿Desde cuándo él siquiera conduce? Ansiosa por verle cogí el móvil y lo guardé en un bolsillo de mi chaqueta junto al pintalabios  y salí a la calle. Con una pierna sobre la moto se encontraba él. Llevaba el pelo revuelto y sus labios parecían aun más apetecibles. Al igual que yo, llevaba una chaqueta de cuero y bajo ella una camisa blanca pegada. Unos vaqueros negros encima de sus piernas y unas gafas de sol sobre sus ojazos.

Al verle mil frases leídas vinieron a mi mente. El iba como el típico chico malo y mi cabeza decía frases como… “Bad boys do it better”  “Bad boy, good lips” “ Every good girl wants a bad boy who is good for only her”… ¿Sería aquella chica buena que decían aquellas frases y él mi chico malo?

-¿Desde cuándo conduces? – Pregunto mordiéndome el labio y metiendo las manos en mis bolsillos.

-Desde que “tengo unos asuntos pendientes”. – Como vio que no le entendía explicó.- Esta mañana fui y me volví ciudadano oficialmente. Y también saqué el carnet de conducir para poder llevarte a donde tú quieras…

-Al cielo bebé… - Pensé.

Por fin él estaba dentro de la ley. Ahora tendríamos menos problemas y no le perseguirían tanto… espero.

-Guau. Si que eres rápido moviendo papeles.

- Y que lo digas preciosa. Vámonos.

Subí en la parte de atrás de la moto y me agarré a su cintura.

-Procura no despeinarme. – Susurré divertida en su oído mientras apoyaba mi cabeza en su hombro y emprendíamos un viaje hacía un fiestón.

Todo Empezó En El TejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora