Cabaña Zombiee

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Unos días más tarde ambos salimos del hospital. Finn nos había dado el alta y, aunque quería salir para ver a mi panda, también echaría de menos a mi pequeña familia. Tras una larga despedida, Luke y yo salimos de allí.

-¿Te apetece tomar algo?

-Claro.

Mi chico condujo hasta un restaurante cercano y nos sentamos en una mesa. El rubio estaba más serio de lo normal… no sé si sería por el accidente, por los chicos o por algo que aun no supiera y que ha pasado cuando yo estuve ingresada pero no podía soportar verlo así.

-Amor, ¿te pasa algo?

-No, tranquila. – Dijo tomándome de la mano.

-¿Seguro?

-Claro…

No quise insistir más. Confiaba en que, más tarde o temprano, él me lo dijera. La comida fue muy silenciosa. El único ruido era el de los cubiertos y los murmullos de la gente alrededor…

-Lea…

-¿Sí?

-Cuando… cuando te caíste, llamaron a tu madre y a Jo…

¡No! Eso no podía haber pasado. Si habían llamado a ambos lo más seguro es que se hubieran encontrado y posiblemente eso habría terminado con sangre o incluso alguna muerte.

-¿Y qué pasó?

-Nada… eso es lo que me extraña. Intercambiaron teléfonos y ni discutieron… creo que planean algo…

¿¡Qué?! ¿Cómo qué planear algo? ¿Para matarse? ¿Y si se alían contra nosotros? Eso sería peor, ¿no? Luke puso su mano encima de la mía.

-No te preocupes, de momento no ha pasado nada. – Y cambiando de tema dijo.- Por cierto, Kaila, Leo y Mark se disculpan por no poder responder los mensajes ni estar aquí. Me dijeron mientras estabas dormida que habían reservado en sorpresa unas cabañas en la montaña para hacer una especie de escapada. Como veía que se iba a liar con los padres o con Chord y Brad, les dije que se fueran y cuando te dieran el alta, iríamos.

-Me parece genial… pero tengo que hacer maleta.

-No tranquila, Kaila la hizo por ti. Tenía mucha ilusión por ir ¿sabes?

-Bueno, pues yo también. ¿Nos vamos ya?

-Como quieras princesa.

Pagamos la comida y nos dirigimos al auto. Tras conducir unas horas con la radio a tope y canciones mal cantadas, llegamos a nuestro destino.

Allí todos nos esperaban con los brazos abiertos. Leo, como buen “hermano” sobre-protector, no nos dejo dormir a mí y mi chico en la misma cabaña. Pero iría con Kaila así que no sería una noche aburrida. Como ya era un poco tarde, los chicos “encendieron un fuego” (usaron cerillas. ¡Serán tramposos!) y las mujeres cogimos palos y las nubes para quemarlas. Tras varios intentos de esto último, Kaila casi incendia la cabaña de los chicos con todas sus pertenencias. Como vinos que esto era demasiado peligroso (ya sé que somos infantiles no hace falta repetirlo) Leo empezó a contar historias de miedo.

-Cuentan las leyendas que estás cabañas –Dijo señalando todo lo que nos rodeaba.- Están embrujadas por la mismísima Úrsula La Maldita. La maldición decía que toda persona o animal que entrara en esta zona quedaría convertido en zombie y comerían el cerebro al resto de seres vivos de por vida. – Terminó de contar con voz ahogada y su cara estaba iluminada por solo la linterna y la luz del fuego. De repente todos estábamos callados. Yo abrazaba fuertemente mi almohada y Luke se sentó a mi lado dándome fuerzas, soy una miedica lo sé pero Kaila estaba peor. Se escuchó como alguien cogía mucho aire y de un soplido, nuestro pequeño fuego se apagó junto a la linterna y las esperanzas de no gritar. Las mujeres gritaron y yo me agarré fuerte al brazo de mi chico pero, cuando las luces volvieron, ningún hombre estaba alrededor de nuestra pequeña fogata. Extrañamente estaba abrazada a Kaila y ella a mí

-Volvamos a nuestra cabaña, se está haciendo de noche. – Dije susurrando y, con las pocas fuerzas que nos quedaban, nos levantamos y caminamos hasta donde dormiríamos esa noche.

Lentamente abrimos la puerta y detrás los estúpidos chicos estaban con mantas blancas en la cabeza como si fueran fantasmas y botellas de alcohol en sus manos.

-¡Seréis estúpidos!

-Pero aun así se nos quiere. – Contraatacó Mark besándome la frente.

Todos comenzamos a beber, quizás demasiado. Llegó un punto que no podíamos ni mantener los vasos en nuestras manos. El suelo tenía pequeños surcos y, cuando Kaila tiró muy cerca de nuestro colchón el vozka, rápidamente me agaché a taparlos para que el líquido no llegara a este y lo empapara.

-¿Pero qué haces? ¿Ya estás sujetando el suelo? ¿Porque todo esto da vueltas? Ah, intestas pararlo...

-No subnormal, es para que no moje tu estúpida bebida nuestro estúpido colchón. Corre, ve a por algo con lo que limpiarlo.

Ella tambaleándose fue a buscar algo de papel o quizás una balleta. Entonces empecé a escuchar ruidos. Parecían como si un reloj de arena hubiera sido volcado y las pequeñas piedrecitas cayeran una a una… Era algo siniestro y haber bebido un poco hizo que mi imaginación volara. Últimamente había estado leyendo demasiadas cosas sobre zombies y llegué a pensar que era uno de ellos. Cuando mi mejor amiga volvió yo me abalancé sobre ella sin importarme el líquido que había en el suelo.

-¿Lo escuchas?- Susurré intentando que el muerto viviente no me escuchara. Kaila asintió. - ¿Crees que es un zombie?

-No, es una cuenta atrás de una bomba.- Dijo con un toque de emoción. – Escucha.

Agudizamos el oído pero yo seguía oyendo un zombie y ella, una bomba. Decidida ha averiguarlo cogí una cuchara (no pregunten de donde la saqué, estaba borracha) y caminé hacia donde provenía el escalofriante sonido. Sin darme cuenta me dirigí hacia las duchas y al entrar vi que una de ellas goteaba, como si hace poco hubiera sido abierta por algo o alguien… ¡Un zombie! ¡Tenía razón!

“Ahora corre antes de que te pille” –Dijo mi subsconciente raro que solo sale cuando he bebido.

Me giré para salir corriendo cuando la puerta se cerró en mis narices y al abrirla vi la divertida cara de Leo grabándome con diversión.

-¡Serás imbécil!

El se limitó a reír. Yo estaba algo ebria así que repetí sus gestos. Ambos callamos al ver a Mark corriendo hacia nosotros sin una gota de gracia, es más, apostaría a que había estado llorando.

-Leo, haz lo que te dé la gana con ella pero quítala la borrachera. –Su tono era asustado y tan solo había tomado dos copas así que todavía tenía consciencia. – A Luke se lo ha llevado la policía y los padres de la niña están, uno encerrado y el otro medio muerto. Corre, tenemos que salir de aquí. 

Tan tan taaaan!! ¿Qué habrá pasado con los padres? ¿Qué habrá hecho el rubio esta vez?? Pues siento decirles que tendrán que esperar diez días hasta leerlo porque no voy a estar en casa para subir *Ohhhhh*. Quería decir que este capítulo es medio real. La mitad de las cosas que les pasan a Kaila y Lea estando borrachas han sucedido en una fiesta con Claudia. Espero que os haya gustado el capítulo y si es así voten y comenten. Nos vemos LOVE!

Todo Empezó En El TejadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora