Nuestros labios se separaron poco a poco y volví a mirar sus ojos miel. Pidiéndome más. Otro beso, algo más largo. Pero necesitábamos aclarar las cosas. Ambos lo sabíamos. A las 10 tendría que volver a casa a hacer la maleta e irme con mi madre y allí, si que no tendría tiempo para pensar. Y aunque ya supiera que amaba a Mark, necesitaba saber todo lo que estaba pasando.
-¿Por qué todo lo malo te pasa a ti, pequeña? ¿Por qué todo a ti, princesa? No mereces esto… - Susurró acariciando mi rostro. Cerré los ojos disfrutando de su caricia. Pensando en sus palabras. Nunca había tenido buena suerte, pero en los últimos meses mi vida se había ido a lo más profundo de un agujero oscuro…
-No lo sé… ¿Qué hago?... – Dije en su mismo tono, abriendo los ojos para ver lo que decía su mirada aparte de sus palabras.
-No lo sé… Pero a lo mejor esto te ayuda… siéntate.
Caminamos de la mano hacia la camilla de esta triste habitación y nos sentamos el uno frente al otro. Sin hablar por unos minutos. Sus labios se movieron, articulando la frase “eres tan hermosa” pero sin dejar salir ni rastro de su voz. Como cuando estás afónico y no puedes hablar, como el que habla secretamente en una clase sin voz para no ser descubierto… Bajó su mirada a nuestras manos y las volvió a unir. Tomó una gran bocanada de aire y empezó a narrar…
-Seré rápido, no quiero alargar esto más de la cuenta. Estábamos en los túneles y me acerqué para besarte cuando Luke vino por detrás y me tapó la boca y la nariz dejándome sin aire. Perdí el conocimiento y cuando me desperté y me desató estaba en tu baño. Empecé a pensar en lo último que te escuché decir que fue lo de la nota y le pregunté si él era David Hunter y me dijo que sí. Se escuchó la puerta y me empujó, con tan mala suerte que caí en la bañera dándome con el bordillo y bueno… escribí eso y dejé que la sangre corriera para ver si con suerte me encontrabas…- Una lágrima traicionera rodó por mi rostro. Mark, rápidamente la limpió y aprovechó para volver a acariciar mis mejillas.- Princesa, pase lo que pase quiero que sepas que te amo. Que siempre has sido tú y ninguna más. Que si amas a Luke, David o quién narices sea que me dará igual, con tal de que siempre seas feliz…
Callé sus estúpidas palabras juntando nuestros labios. Mientras nuestras mejillas se manchaban de lágrimas. Lágrimas de desconcierto. Lágrimas de rabia por no saber qué hacer. Lágrimas del dolor de perder lo que más quiero…
Recogí las cartas del cajón. Me despedí del dormido Mark con un beso y le dejé una nota diciendo que mañana volvería a verlo. Abrí mi móvil y con valentía escribí un corto mensaje a Luke…
-A las 11 en el tejado. Tenemos que hablar.
Eran solo las 9 así que tenía algo de tiempo para recoger y cambiarme. Una hora después ya había acomodado todo en la casa de mi madre y me había cambiado. Frente al espejo practicaba una y otra vez las palabras que diría. Pensaba en diferentes historias que podría escuchar. Me preparaba para lo peor…
Mi reloj marcó las 11 y subí a mi escondite. Allí estaba, sentado mirando a las estrellas. Con las cartas en la mano. Todas abiertas y leídas. Mis pies descalzos caminaron hasta su lado y, con una franja de seguridad, me senté.
-Tengo mucho que contarte…
-Tengo tiempo.- Dije rápida.
-Antes de hablar y decirte quien soy y todo eso que, posiblemente ya sepas y me odies por ello, déjame decirte que no fue una farsa. Nuestro amor no era una mentira. De verdad te quiero…
-Eso no me sirve de mucho ahora. Algunas cosas ya están decididas. Ahora cuenta.
-Pues… me llamo David Hunter y mi madre era una asesina que estaba en la cárcel cuando me tuvo. No me dio a tu padre inmediatamente, como te conté. Hasta los cinco años viví con ella y siempre me dijo que Jo era mi padre, que aunque no lo reconociera, la noche en la que me crearon era él y no otro hombre… sé que él es mi padre y, cuando me dejó con Jo y me acogió solo me hizo darme cuenta que solo un padre haría eso. A los diecisiete lo saqué de la cárcel y hablé con él. Le dije que era mi padre y me dijo que eso no podía ser verdad. Con toda mi rabia puse una bomba en los juzgados esperando que todo lo que él amaba se destruyera y él conmigo. Mataría a lo que fue su esposa, a su hija y a mí, el hijo que siempre tuvo y nunca quiso….- Paró para coger aire y me preparé para las siguientes palabras. Su cabeza se giró dejando de mirar hacia las estrellas y nuestras miradas se chocaron. – Pero ahí estabas tú. Entré a esa sala, esperando a mi muerte, contando los segundos pacientemente y te vi. Te amé desde un primer momento. No podía dejar morir a algo tan bello. Ni siquiera hacerle daño. Me acerqué a tu padre y le dije que corriera hacia la puerta y que no mirara hacia atrás y luego… pues ya sabes… Le dije a tu padre que no me llamara David delante de ti y simplemente me inventé una historia para cubrir lo que yo hice… Y lo demás ya te lo sabes…
Lágrimas se acumularon en mis ojos pero ni una de ellas cayó. Me sentí traicionada pero también querida. De alguna manera lo seguía queriendo a pesar de todo lo que hizo…
-Mis intenciones en un primer momento eran terribles, lo sé. Sé que no debí haber hecho eso. Sé que no debí mentirte pero… te amaba tanto que… simplemente me bloqueé… Mira, hagamos una cosa. –Acercó su cuerpo al mío y dejé que lo hiciera, ahora sabía que era inofensivo o al menos, conmigo. –Cuando den las 12 volveré a la cárcel. Admitiré que fui quien puso la bomba si no cuentas lo de Mark. Te dejaré vivir en paz. Como quieras. Si quieres seguir saliendo conmigo, encanta, ¿solo amigos? También. Conocidos solo también me vale. Si quieres que desaparezca de tu vida… lo entenderé. Haré lo que deseé. Lo que tú quieras.- Entrelazó nuestras manos y las besó cálidamente. – Déjame hacer esto, aunque sea solo la última vez. Como despedida…- Dijo en un susurró mientras juntaba nuestros labios. Aquel beso era intenso. Le hice sentir la rabia que me comía por dentro y me destrozaba.
Al separarnos nos miramos a los ojos y decidí que era momento de decirle lo que había decidido. A la conclusión que había llegado al escuchar sus palabras...
-Luke, David, quien seas… Sí, te quise y si te quiero… pero no te amo. He descubierto que mi corazón pertenece a Mark y que, después de todo lo que ha pasado, necesito un tiempo sin ti. Cuando todo esto se aclaré quizás podamos volver a vernos, pero mientras tanto lo mejor será no vernos… Que te vaya bien en el juzgado, no contaré que pasó con Mark… Debo irme… hasta siempre…
Me levanté del tejado y bajé a mi habitación y, tras calzarme, me decidí a salir por la puerta. Sin mirar atrás. Sin saber su reacción. Pero soy demasiado curiosa, demasiado como para no dedicarle una última mirada a un ser que he querido tanto… Le vi mirando a las estrellas. Tal y como le había encontrado apenas una hora antes. Parecía tranquilo, pero su mirada le delataba. Sus ojos mostraban tristeza y una lágrima rodó por su rostro angelical… “Adiós” dije en un suspiró…
Me giré hacia mi bolsillo el cual vibraba con insistencia. Mostrándome que debía sacar el móvil y leer los mensajes que alguien me mandaba…
*Tu padre… lo siento…*
¡¡Hola!! Volví. ¿Qué les pareció? Hacermelo saber en los comentarios. Si os gustó el capítulo regalarme una estrellita, un votito. Les tengo que anunciar que quedan apenas unos tres capítulos de esta historia (sin contar el epílogo). Espero que les esté gustando. LOS AMO <3
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Todo Empezó En El Tejado
Romans-Corre. Me dijo. No me gritó, fue casi un simple susurro, pero yo ya sabía lo que tenía que hacer. Tener nuestro lugar de encuentro allí no fue una buena idea. Corrí hasta llegar a la puerta que daba a las escaleras y justo cuando salía a la calle u...