Marcos:
Ver a Amber así de esa forma, tan débil, me parte en mil pedazos el corazón, puede que haya cometido errores, pero no se merece sufrir tanto, se merece ser feliz.
Cuando me enteré que me marcharía y que no regresaría en quien primero pensé fue en ella, y mi único objetivo en ese momento era pedirle perdón por todo lo que le hice, por haberla hecho llorar, es cierto que me comporté como un total idiota y no supe valorar a quien tenía delante de mis ojos.
Quizás me di cuenta de que la amaba demasiado tarde, porque sí, hoy soy capaz de decirlo, esa chica loca y bipolar es el amor de mi vida, la persona que ni la distancia va a hacerme olvidar; quizás por eso me duela tanto verla así y por ese motivo en este momento vaya camino a casa de César tragándome mi orgullo; al menos cuando esté lejos estaré tranquilo de saber que hice todo para que ella fuese feliz. Cuando llego, uno, dos, tres toques son necesarios para que abran la puerta, tres toques que me han hecho sentir más nervioso e idiota que nunca.César:
Juro que cuando mi madre me avisó que habían venido a visitarme, me esperaba la visita de cualquier persona menos la de él, es algo totalmente inesperado y loco si te pones a pensar.
-Hola César, ¿podemos hablar?- pregunta Marcos una vez que lo tengo enfrente.
-Muy directo, pero creo que tú y yo no tenemos nada de qué hablar- respondo aún en shock.
-Deja por una vez de lado tu orgullo y hablemos, te espero en cinco minutos en la cafetería de la esquina- contesta impaciente.Cómo coño mi cerebro siguió la orden de ese idiota, no lo sé, supongo que es cierto eso de que la curiosidad mató al gato, porque justo ahora estoy esperando a que Marcos se decida hablar; yo diría que está algo nervioso y quizás dudoso.
-¿Hablas o no?- pregunto, porque estar sentando en frente de la persona causante de perder a Amber no es nada fácil.
-Sí, hablo, ¿la quieres a Amber?- pregunta y me desconcierta por completo.
-¿Es broma?, no la quiero, la amo, que es mucho más fuerte, igual no entiendo a qué viene esta pregunta, ¿ahora te preocupas por ella?- confieso mis sentimientos en alta voz.
-Sí me preocupo- afirma confiado.
-¿Me lo creo?- pregunto sarcástico.
-Sé que me equivoqué con ella, que fui un idiota que no supo valorarla, pero estoy arrepentido, ¿quieres que te diga algo? , es el amor de mi vida, y a lo mejor es un poco tarde para darme cuenta, pero quiero verla feliz, sea o no contigo- expresa con cierto brillo en sus ojos.
-¿Por qué me dices esto ahora, justo a mí?- pregunto curioso.
-Porque me voy del país César, y no vuelvo más, y por una vez en mi vida quiero hacer algo bien por ella, quiero que sea feliz como ya te dije, y aunque me cueste un mundo admitirlo ella te ama- la noticia me toma por sorpresa como también lo hace la lágrima que sale de su ojo derecho.
-¿Me ama?, ¿entonces por qué hizo lo que hizo contigo?- sonrío sin una pizca de humor.
-¿Acaso no lo entiendes?, ella no hizo nada César, ¿acaso no escuchaste que te ama?, ella no soportaría verte sufrir, y menos por su causa, es demasiado buena para eso. Esa tarde solo conversamos, yo la busqué para pedirle perdón y confesarle que me iba y no regresaba más, en ningún momento pasó nada, te lo juro- confiesa.
-Te creo, y le creo a ella, si no fuera verdad lo que me estás diciendo jamás te hubieras tragado tu orgullo y hubieses venido a decirme esto- confieso yo.
-¿Entonces por qué la foto tuya con Jimena?- pregunta.
-¿A qué te refieres?- y es que realmente no sé a qué se refiere.
-A esta foto que tú le enviaste- dice y me muestra su móvil.
-¿Qué?, ok estaba borracho pero en ningún momento le mandé un mensaje a ella, y menos una foto, o sea entre Jimena y yo nunca ha pasado nada, no me gusta, nunca me ha gustado- explico, y esa es la verdad, la quiero como amiga, pero nunca se me pasaría por la cabeza tener una relación con ella.
-Entonces alguien les tendió una trampa a ambos, alguien que quiere separarlos les hizo creer algo que nunca pasó- y de un momento a otro recuerdo las palabras de Amber respecto a Jimena, y todo se activa en mi cabeza.
-Gracias por todo, debo ir a un lugar- me despido, pero su pregunta me detiene.
-¿Vas a arreglar las cosas?- claramente, responde mi interior, ahora que todo está aclarado no pienso pasar un minuto más sin ella.
-Claro, y ya me caes mejor- y esta vez sí me voy, hay muchas cosas por aclarar.De camino a casa de Jimena quiero creer que ella sería incapaz de hacer algo así, que ella aprecia demasiado esta amistad para perderla, pero mientras más trato de convencerme de que no es culpable de todo lo que ha ocurrido, más seguro me siento de que es cierto.
-César, ¿qué haces aquí?- pregunta en cuanto me abre la puerta con una sonrisa.
-¿Por qué Jimena, por qué lo hiciste?- pregunto.
-¿Hacer qué César?, no te entiendo- joder, admítelo.
-¿Por qué romper mi relación con Amber?, dime Jimena, y por favor di la verdad- ruego.
-Porque te quiero, desde el primer momento en que entré en el grupo me gustaste, y cuando parecía que iba a pasar algo entre ambos llegó ella- expresa aún sonriendo.
-Nunca iba a pasar nada, aunque Amber no hubiese llegado no iba a surgir algo entre nosotros, porque yo solo te consideraba una amiga, en serio valoraba muchísimo esta amistad, que tú te encargaste de romper- expulso las palabras molesto.
-¿Aquí acaba la amistad que tanto valorabas?- pregunta sarcástica.
-Sí, no puedo ser amigo de alguien que prefirió hacerme daño a verme feliz con Amber, eso no es amistad, es egoísmo, y no te molestes en volver al grupo- estoy dispuesto a irme pero su reclamo me hace gracia.
-No me puedes expulsar del grupo niñito lindo- más risa ahora.
-No, si no lo voy a hacer yo, lo van a hacer todos cuando se enteren- aseguro y me marcho dejándola con la palabra en la boca.¿Cómo pude haberme equivocado tanto con esta amistad?, nunca pensé que Jimena fuera capaz de hacerme tanto daño, y no solo a mí, sino también a Amber. Teniendo las cosas tan claras, esta vez no pienso dejar ir a Amber por nada del mundo, la amo y estoy dispuesto a hacer todo para recuperarla y tenerla junto a mí, recuperar el tiempo perdido
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Segundas Oportunidades.
RomantikDestruida y en pedazos, sí, así me encontraba hasta que llegó él y de un momento a otro me cambió la vida, me hizo ver el mundo en colores, me hizo darme cuenta de que nunca es tarde para volver a empezar, de que siempre hay una segunda oportunidad.