Capítulo 18.

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César:
Es duro cuando sientes que estás viviendo un sueño, el mejor de tu vida hasta el momento, y de repente te toca abrir los ojos de golpe y acoplarte a la triste realidad; es como si estuvieras dentro de una burbuja que se reventó en el peor memento, cuando creías que ya nada podía salir mal.
 
Creí que con lo de Marina y todo su engaño había experimentado el máximo de dolor, pero claramente me equivoqué, porque el vacío que siento a causa de toda la tragedia que se ha desatado entre Amber y yo no tiene comparación; es que aún no me creo que todo haya sido una mentira, que estos meses compartiendo juntos no hayan sido más que una farsa, me niego a aceptar que la persona a la que le entregué el corazón haya sido capaz de clavarme el puñal por la espalda.

Una parte de mí siente que esto solo es una prueba que nos impone el destino, y que es solo cuestión de tiempo que las cosas se aclaren y regresen a su lugar, y con esto me refiero a que las tardes vuelvan a ser las mismas donde las risas sobraban y los besos también; pero otra afirma que esto es así y que no puedo hacer nada para cambiarlo, pues fue ella quien tomó esa decisión, yo aposté todo, pero quizás no le bastó; lo único seguro es que le amo, y que me niego a olvidarla.
 
Mis ánimos están por el piso, y mintiera si digo que tengo ganas de celebrar y pasármela bien cuando mi cabeza y mi corazón no saben ponerse de acuerdo, pero lo menos que puedo hacer por Jimena después de todo es ir, y fingir una de mis mejores sonrisas; no puede ser tan difícil o quizás sí.
-¿Viniste?- pregunta Jimena una vez que me recibe en la puerta.
-No, soy un holograma, feliz cumple- digo y la abrazo depositando un beso en su coronilla.
-Gracias, el grupo está detrás, recibo a los demás y me reporto junto a ustedes- y por un momento pienso que la veré en el grupo, pero luego recuerdo lo que le pedí y sé que es imposible.

Mentiría diciendo que la fiesta es un desastre, porque al contrario toda está súper organizado y muy lindo, si algo en lo que Jimena es buena es en la decoración, así que no era de extrañar.
 
Nunca he sido amante de la bebida pero la única solución momentánea para alejarme de todo en este caso es beber, y quizás emborracharme, porque por lo menos por esta noche quiero olvidar todo, aunque mañana la realidad me caiga encima de lleno; así que antes de reunirme con todos, voy por una cerveza.
-Hola- saludo a todos una vez los ubico al fondo del patio sentados en una mesa, y no hizo mucha falta buscarlos, porque las risas se oían en todo el espacio.
-Hoy llueve, tú tomando- expresa Javier, quien no sabe absolutamente nada de la ruptura.
-No digas eso ni en broma, Jimena infarta si se arruina su fiesta- expreso y tomo asiento al lado de Sofía, quien por su mirada sé que acaba de percatarse de que me ocurre algo; y Javier si no tuviera tanto alcohol en su cuerpo seguro que también lo haría.
-César ni si siquiera te sientes, tú y yo necesitamos hablar y ahora- suelta y lo dice en serio, pues pienso desobedecerla y como resultado consigo un buen golpe en el brazo.
-Pues dime, aquí me tienes- logro decir cuando nos acomodamos a las afueras de la casa lejos de todo ruido.
-¿Qué te está pasando César?, y no me digas que nada, porque tu cara y el hecho de que estés bebiendo si no me equivoco para emborracharte dice todo lo contrario- ay Sofía, ¿por qué me conoces tan bien?
-Todo terminó Sofía, lo mío y lo de Amber ya llegó a su final- expreso y doy un último trago a la cerveza.
-¿Por qué?- ¿por qué?, eso mismo me pregunto yo.
-Es una larga historia….- y así comienzo a contarle todo con lujo de detalles y un nudo en la garganta.
-Me parece imposible, pero, ¿tú cómo estás?- pregunta acercándose un poco más y pasando uno de sus brazos por encima de mi hombro.
-Pésimo, me rompió el  corazón Sofía, y no sabes cuánto me duele, porque lo peor de todo es que la amo- y una vez nos fundimos en un abrazo soy capaz de derramar las lágrimas que llevaba contenidas desde que empezó todo.
-Llora, y por hoy te dejo beber, pero quiero que sepas que esa no es la solución- y lo sé, pero ese es mi objetivo esta noche, emborracharme y olvidar mis penas.
-Gracias por escucharme y por soportarme, eres esa hermana que nunca tuve y que siempre voy a cuidar, te quiero Sofía- le digo una vez que dejamos de abrazarnos.
-Yo también a ti mi amor, y si te soy  sincera te dijera que no perdieras las esperanzas, porque esa pareja de ustedes dos aún tiene mucho futuro por delante, hazme caso, sabes que pocas veces me equivoco- ojalá y tengas razón Sofía, no hay nada que quiera más que eso.

Emborracharme no fue tan difícil como creí que sería, así que lo último que recuerdo completamente y con lujo de detalles  es la conversación que tuve con Sofía; en otras palabras no sé cómo llegué a casa y terminé acostado en la cama, igual supongo que los recuerdos vendrán con el tiempo y a medida de que pase la resaca, que por cierto esta mañana me está matando, el dolor de cabeza es insoportable. Mi cometido supongo que lo logré, al menos por unas horas saqué de mi cabeza todo lo que pasó con Amber, aunque no sirvió de mucho porque me siento mucho peor, con dolor tanto físico como en el interior.

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