Capítulo 17.

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Amber:
  El odio hacia la escuela y por tanto a los profesores, en mi caso, en vez de disminuir aumenta y demasiado rápido; en otras palabras no veo la hora de salir de esta cárcel a la que llaman aula, y hablar con César, contarle todo y cada detalle de lo ocurrido con Marcos, y es que presiento que tras esto se viene una gran tormenta por así decirlo, y lo quiero demasiado como para perderlo, y menos ahora que todo es perfecto y parece ser que vivimos en un cuento de hadas.
 
Cuando le conté todo a Mía su primera reacción fue echarse a reír pensando que todo era una broma, pero al igual que yo, cuando le confesé que era cierto estalló en llanto, pese a todo y aunque lo negara era más que evidente que el cariño tomado hacia él mucho antes de que termináramos seguía ahí, y nada ni nadie iba a borrarlo; menos considerando el hecho de que se querían como hermanos.
 
César:
-Jimena si vienes a hablar mal sobre Amber, te aconsejo que no pierdas el tiempo- le espeto en cuanto percibo que estas son sus intenciones, ni siquiera en la escuela podía controlarse.
-¿Cómo ha podido engañarte tan bien?, en serio que aún me lo pregunto- pregunta y saca su móvil del bolso.
-Basta, no tienes pruebas de ello- en serio que no quiero perder la amistad, pero en cuanto siga así tomar distancia será lo mejor.
-Aquí tienes César, las pruebas que tanto querías- dice y me entrega su móvil con fotos, que sinceramente quiero pensar que no son ciertas, o que son antiguas, porque ver a Amber así con Marcos y pensar que todo fue una mentira es lo menos que quiero.
-Jimena, ¿de cuándo son las fotos?- pregunto con un ápice de esperanza porque todo sea falso.
-De ayer César, de ayer en la tarde- contesta, y por un momento noto como mi mundo se viene abajo en cuestión de minutos, o más bien segundos.
 
Quizás y después de todo las cosas estaban demasiado bien, y en verdad todo era una mentira, una traición de su parte. Ver esas fotos me cayeron como un balde de agua fría en pleno invierno, y hasta este momento en el que estoy esperando por Amber a la salida de su escuela he tratado de buscar una explicación lógica a todo, pero por más que trato no la encuentro, solo veo ese engaño; y acabo de darme cuenta de que las decepciones siempre duelen porque vienen de las personas   que uno menos lo espera, en mi caso de la persona de la cual estoy ENAMORADO, porque sí, es amor lo que siento por ella, para que negarlo si es así.
-Hola mi amor, ¿qué haces aquí?- pregunta una vez que sale e intenta darme un beso, el cual esquivo perfectamente.
-Necesitamos hablar Amber- le respondo y la miro a los ojos en busca de algo que me haga desistir de la decisión que estoy a punto de tomar.
-¿Es algo malo?- sí Amber, es algo que no me esperaba, por lo menos no de ti, comenta mi voz interior.
-¿Realmente me quieres Amber?- pregunto esta vez yo, y de cierto modo temo por su respuesta.
-¿Es en serio César?, claro que te quiero- contesta inmediatamente sin pensarlo, y esas palabras consiguen borrar por un momento todo, solo que las fotos que tengo en mi teléfono no ayudan mucho.
-Dime por favor que esto no fue ayer, te lo pido- le ruego, en tanto le muestro las fotos que horas antes me destruyeron por completo.
-Emm- piensa en voz alta.
-Tu silencio lo dice todo, ya no hace falta que respondas Amber - y aunque me duela en el alma aceptarlo, todo es cierto, todo lo que no le creí a Jimena es pura verdad, supongo que así se termina todo.
-César puedo explicarlo, lo juro- comenta y una lágrima sale de sus ojos, lágrima que tengo el impulso de secar pero me contengo.
-No quiero oírte Amber, es más no es que no quiera es que no puedo, me dolería demasiado decir en voz alta lo que estoy sintiendo. Todo lo que tuvimos acaba aquí y ahora; y por favor si en verdad me quisiste aunque sea un mísero día no me busques, y por lo menos por un tiempo trata de alejarte del grupo, esto incluye la fiesta de Jimena este fin de semana- digo y me contengo de mostrarme débil, solo que no sé si pueda hacerlo por mucho tiempo, por lo que trato de marcharme, pero una voz me detiene.
-¿Este es el final?- pregunta con la voz entrecortada, lo que me permite darme cuenta de que está llorando.
-Yo tampoco lo quería así, créeme Amber, tenía muchos planes para nosotros, pero no puedo, simplemente no puedo, sería regresar a mi pasado, y eso es algo que me prometí no hacer- y me doy la vuelta, esta vez decidido a marcharme, porque sé que si me quedo a su lado un minuto más el afectado seré yo.

Amber:
Casi dos horas han pasado desde que todo se vino abajo, dos horas en las cuales sigo parada en el mismo sitio, y es que aún no asimilo que todo haya acabado, que este sea el final, me cuesta demasiado aceptarlo, y lo peor de todo es que no sé cuánto tiempo me cueste, o si siquiera lo haga.
 
Llegar a casa fue completamente un milagro, y es que a cada paso venía a mi mente un recuerdo de César y yo estando juntos, incluso en este momento hasta las peleas me parecen lindas. Joder, es que no es justo, quizás sí me equivoqué al no contarle inmediatamente todo, al esperar hasta hoy para hacerlo; pero pese a todo no me arrepiento de haber hablado con Marcos, fundamentalmente por el hecho de que me hacía falta, y aunque ya no le quiera como lo hice meses antes ese odio y rencor que tenía hacia él no le hacía bien a nadie, menos a mí.
-¿Es cierto que ya no están o es un invento de Jimena?- pregunta Mía en cuanto entra a mi habitación y me ve tirada en la cama.
-Todo acabó Mía, y no sabes cuánto me duele, es como si me estuvieran clavando un puñal- pero no logro terminar mi frase porque el llanto no me deja.
-Joder- expresa y se tumba a mi lado.
-Le amo Mía, y aunque ya lo presentía estar así es la prueba de que es cierto- y es que esa es la pura verdad, le amo y no sé qué hacer para recuperarlo, porque de si algo estoy segura esta vez es que voy a luchar con todo por lo quiero, y lo que quiero es que estemos juntos.

Segundas Oportunidades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora