Capítulo 14.

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César:
  Sentir que lo tenías todo claro, que no había nada que te hiciera dudar de ti mismo o hasta de ella, y que ahora de la nada esa desconfianza por la cual habías luchado tanto regresara y pareciera no querer irse es una de las peores sensaciones que he tenido. Mi corazón me indica que Amber sería incapaz de hacerme daño, más que todo porque sabe exactamente cómo se siente perder a la persona que quieres, pero mi cabeza y sus constantes recuerdos me atormenta, maldita la hora que hablé con el idiota de Marcos y me dejé influenciar por sus palabras.
-¿Qué te atormenta?- pregunta Ximena con quien aún sigo un poco molesta.
-Cosas mías, no te preocupes- contesto y le dedico una  falsa sonrisa.
-¿Aún sigues molesto por lo que dije de la innombrable?-  y si sigue ofendiéndola claramente la molestia no se me va a pasar.
-Sí- afirmo.
-Es solo que no confío en ella, y César, no quiero verte mal o sufriendo como cuando Marina- explica y pasa una mano por mi espalda.
-Y te entiendo, pero tú también tienes que entender que en parte quien me ha ayudado a superar todo ha sido ella, y por ahora te aseguro que no va a hacer daño, así que dale una oportunidad- trato de convencerla.
-No me pidas eso porque no puedo hacerlo, y mejor me voy, no quiero volver a discutir- supongo que este es el fin de la conversación, pues toma su mochila y sale por la puerta.

¿Por qué motivo todo lo que en un principio creías fácil, siempre se vuelve lo más difícil, lo que tú quieres, los demás lo odian?, complicada respuesta, pero todo se resume a una sola cosa: la vida y lo que ella trae consigo.
-Vaya, si creí que mi novio se había olvidado de mi existencia- expresa sarcástica Amber, una vez que estamos en su cuarto tranquilos.
-Perdón, ¿te conozco?- pregunto solo para molestarla más.
-¿Es en serio?- y su cara revela que claramente cumplí con mi objetivo.
-No, anda ven acá- y hago que se siente a mi lado, y apoye su cabeza encima de mis piernas.
-César, ¿te molesta algo?, digamos que estás raro- y una vez dice estas palabras me mira a los ojos, y es impresionante esa conexión entre ambos con tan solo una mirada.
-Te mentiría si te dijera que no, Amber, ¿qué sientes por mí?- y al hacerle esa pregunta estoy totalmente expuesto ante ella.
-No puedo decir que te amo, porque creo que no ha pasado el tiempo suficiente para estar segura de ello completamente, pero eres esa persona que está las 24 horas del día en mi cabeza, la persona que me sacó del bache en el que estaba, la persona que ahora quiero a mi lado. Te quiero- su respuesta me tranquiliza, pero aún así siento que no es suficiente, que necesito más de ella, o quizás sea yo y mi desconfianza  lo que lo hace ver así, joder, maldigo la hora en la que su ex y Ximena han implantado eso en mí, todo estaba tan bien, tan tranquilo, tan normal.
-Es que siento que estoy apostando demasiado y quizás tú no sientas lo mismo que yo- contesto desesperado.
-César yo no puedo poner más empeño en esto, hace poco salí de una relación que se llevó gran parte de lo que era, creí que me entendías- responde y se levanta de la cama un poco molesta.
-Es eso, ¿o aún sientes algo por Marcos?- bien César, bien, sigue metiendo la pata.
-No te voy a mentir, Marcos para mí fue todo, fue el amor de mi vida, pero ya acabó, ese amor que sentí por él hoy no es más que un poco de odio y un cariño mínimo, si no estuviera segura de ello no habría empezado esto contigo, porque créeme que sé exactamente lo que se siente ser el juguete de alguien, no es nada lindo, y como tal eso no lo voy a hacer con nadie nunca- dice al borde de las lágrimas.
-Amber, es solo que yo también estaba mal, no creas que en mi vida todo ha sido color de rosa; y pues verlos a ambos cuando te desmayaste en la enfermería me recordó cosas que odio y que quiero borrar de mi memoria- y con eso yo también estoy al borde.
-¿En serio has formado todo esto por celos?- pregunta y sonríe sarcásticamente.
-Es que no entiendes, yo tampoco quiero sufrir, y tengo suficientes motivos para estar así- y una vez más vienen a mi mente todas las imágenes de mi relación con Marina, sin duda alguna, mi peor error.
-Es que el hecho de que una persona te haya hecho algo no quiere decir que yo vaya a hacer lo mismo, te juro que estoy harta de que desconfíen de mí porque sí, sé que cometí mil y un errores pero me hice cargo de cada uno de ellos, tú más que nadie lo sabes- y en eso tiene razón, si hay alguien que conoce su historia con puntos y comas soy yo.
-¿Sabes qué?, olvídalo- y las palabras salen de mi boca.
-Yo sería incapaz de hacerte daño, fuiste mi luz en la oscuridad- y sé que sus palabras son sinceras, pero aún así esa última conversación con Marina viene a mi mente.

Inicio del flashback:
-Yo nunca te haría daño, te amo- me dijo mirándome fijamente  a los ojos, y  nunca imaginé que esas fueran sus últimas palabras antes de apuñalarme por la espalda y nada más y nada menos que con mi mejor amigo.
Fin del flashback.

-Eso espero, no soportaría otra decepción- y solo por esta vez me permito creerle, porque me hace feliz, y además siento que sería incapaz de mentirme.
-Te lo prometo, y nunca he roto una promesa- sonríe y a la vez sale una lágrima de sus ojos, la cual aprovecho para limpiar.
-Te quiero- y no es necesario obtener una respuesta, pues de la nada sus labios se colocan sobre los míos, transmitiéndome justo lo que me hacía falta sentir, paz y amor.







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