Me despierto por una repentina sacudida. No recuerdo donde estoy hasta que el cuerpo del que estoy agarrada se mueve.
Rapidamente las imagenes pasan por mi mente, tengo ganas de llorar. El ruido de la moto de Chad cesó y ahora estoy semi-dormida.
- Que..? -intento decir pero el cansancio me puede.
- Shh.. estas bien.. -la voz asper de Chad me hace querer seguir durmiendo.
Siento como me carga, pasando uno de sus brazos por mi cintura y otro por detras de mi cuello. Paso mis manos por detras de su cabeza porque sinceramente me estoy callendo, pesar 200 kilos me parece que hace me caiga.
Chad empieza a caminar y su ritmo me hace caer en los brazos de morfeo, otra vez.
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Me levanto y noto que no estoy en mi cuarto, no estoy en mi cama. Recuerdo todo y me paro.
Chad está dormido en el sofá de la mini sala de estar. Me da lastima, el me salva la vida y ¿Como lo paga? Durmiendo en el sofá.
Ya no llevo mi vestido, ahora traigo una remera enorme que me hace sentir en una carpa. Me dirijo al baño, aunque no sea mio necesito usarlo.
Una vez lista inspeccion el lugar, la habitacion del idiota de Dylan. Para mi sorpresa está todo ordenado y limpio. Todo en su lugar. No me esperaba esto de Chad Dylan.
Me acerco a la mesita del sofá y veo un retrato con una foto de Chad con unos 9 años, es imposible no reconocer sus ojos, y una niña más chica. Tendría unos 6 o 7 años. Chad la tenía en su espalda y la niña reía.
- Se llama Emily. -me volteo hacia Chad que mira el cuadro con una sonrisa triste.
- Es tu..¿Hermana? -pregunto amable.
- Si, ella.. ella -quiere terminar la frase pero sus ojos de vuelven borrosos.
- No importa, no hace falta que me digas -el asiente y traga lo que parece ser un nudo en la garganta. Si me importaba, me daba mucha curiosidad saber más sobre esa chica pero nunca vi a Chad así, con humanidad. Me guardé las preguntas y lo miré.- Gracias por lo de ayer, pero ¿Por qué no me despertaste o me llevaste a mi habitación?
- Lo intenté, te juro que lo intenté pero no te despertabas. -sonrió y por un momento me alegró que ya no esté más triste.- Hablas en sueños sobre lo bueno que estaba Francisco Lachowski. -reí, muchas personas me dijieron lo mismo. Sentí mis mejillas arder.
- Todos me dicen eso, es que es re lindo -me sonrojé, el me habia visto semidesnuda porque me cambió de ropa y me habia escuchado hablar de Francisco Lachowski, mi futuro marido.
- No hagas eso -me dijo firme. Alcé una ceja.
- ¿Que cosa? -no entendía a que se refería.
- Eso, sonrojarte -me sonrojé aun más.
- ¿Por qué? -logré preguntar. Mi cara debe parecer un tomate.
- Porque te ves malditamente adorable. -abrí mi boca y mis ojos se salen de mis orbitras. ¿Chad Dylan el idiota de los idiotas, el imbecil de los imbesiles acaba d decir algo amable y lindo?.
Se dió la vuelta y cuando volteó ya su mirada volviía a ser la misma de siempre, la mirada de un idiota popular.
- Eso que acabo decir se queda acá y no va a salir de boca nunca. -reí y asentí.
- Acaso sabes ¿Por qué desperté solo con una remera? ¿Y no con mi vestido? -la pregunta iba en serio. Le estaba totalmente agradecida de que me haya salvado pero cambiarme era demasiado.
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Papeles invertidos
Roman pour Adolescents¿Qué pasa si se invierten los papeles? ¿Qué pasa si la que no se enamora es la chica? ¿Si el que cae rendido totalmente enamorado es el chico? Annabell James no es una chica cualquiera. No, para ella es totalmente imposible creer en el amor. Hasta q...