Papeles invertidos

Capitulo 17: Festejo como pequeños.

- ¿Quién  es Kevin?  -Alex susurra curioso.  Seguro vió el nombre en la pantalla,  puesto que he hablado a cada hora con Kev durante toda la semana.

- Un chico que conocí en la fiesta. -hago un ademan con la mano y me encojo de hombros.

Alex abre su boca y despues la cierra.

- ¿Con que un chico?  -a penas lo dice me giro en su dirección y compruebo mi teoría,  me mira con cara pervertida.

- Es gay,  idiota.  - un suspiro de frustración sale de mi boca.

- Ah...

OH POR DIOS lo había olvidado.  Este chico tambien es gay,  y yo me prometí que haría algo. Algo como un plan malevolo para que estén juntos.

- No. -como si me hubiese leído el pensmiento habla-. Ann,  te conozco hace poco pero sé lo que piensas,  creo que puedo leer tu mente,  y no.  De ninguna manera.

- ¿Por qué no? -hago un puchero y pongo ojos de cachorrito.- Te haría bien conocer a alguien...

El rueda los ojos y yo suelto una risotada.

- Yo no puedo,  Ann. Nadie sabe de esto...mío y... No lo se.

- Lo sé,  y te entiendo pero tendrías que reconocerlo. -al ver la expresión de su rostro sigo- No ahora,  sé que no estas listo.  Pero tienes que saber que no podrás ocultar lo que sientes por mucho tiempo.  No por los demas sino por tí.

- Lo sé a eso tambien,  y no sabes lo feliz que me hace poder contar contigo,  gracias Ann.

- Ven aquí tonto. -abrí los brazos y él se acercó a mi,  envolviendonos en un lindo abrazo.- Te quiero,  idiota.

- Yo tambien,  boba.

                 - - -

Mi plan de juntar a estos dos no había funcionado,  no por el momento. Pero haré por lo menos que se conozcan.

Me gustaría que la sociedad no sea tan mierda y acepte a todos los homosexuales. No entiendo a esta sociedad de mierda.

Lo único que tengo en contra con los gays es que,  y me deberian dar la razón, todos son brutalmente guapos.

Nose si todos pero un 99,99999999% si.

Un movimiento constante en mi hombro me hace salir de mi en soñacion.

¿Que nadie lo entiende? Estoy creando un plan para juntar a dos chicos que quizá sean el amor de sus vidas.

- ¿Que mierda quieres? -el giro del exorcista no llega a compararse con mi contorcionismo al girarne hacia el idiota que me golpea el brazo sin parar.

- Agradece que no fué el profesor al que le gritaste de esa manera. -y hablando de idiotas,  señores y señoras,  niños y niñas con ustedes... Chad Dylan.

- Quizá lo sienta, pero ahora¿Me dices por qué tanto... -golpeo su hombro como él hizo conmigo y hago una mueca- eso?

- Ann -mi estomago se revuelve al escuchar mi nombre salir de su boca- hacen exactamente diez minutos que la clase de matemáticas terminó, y no te enteraste.

Miré a mi alrededor y no me sorprendí al encontrar todos los bancos vacíos.

- ¿Y por qué me avisaste? -si la situación hubiese sido al revés yo lo hubiese dejado seguir en sus nubes.

- Por qué de ahora en más eres mi tutora. -una sonrisa ladeada apareció en sus labios.

- ¿Qué?