Capitulo 18: ¿Quién dijo que los hombres son mejores?

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- ¿Estás loco? ¿Es broma cierto? Si,  tiene que ser una broma.

- No es una broma, James. Vamos.

Agarró mi mano y empezó a empujarme hacia los inflables.

Yo reía como idiota y el tambien. La gente nos miraba como si fuesemos locos que salieron del loquero.

- No,  Chad. Basta. -las carcajadas ahogaban mis palabras.

Intenté con todas mis fuerzas salirme de su agarre pero fue imposible.

- Dejate de resistirte. -fue un intento de decir algo serio pero lo único que salió fue una carcajada con gemido.

En ese tire y empuje creo que perdí una zapatilla y Chad también. Nose que pensará la gente realmente.

De repente el tironeo paró y Chad se acercó a mi. Cuando solo faltaban unos diez centimetros para chocar conmigo paró y se agachó.

No pude evitar sonrojarme al tener pensamientos totalmente 1313 en mi mente. Pero resultó ser que se había agachado para cargarme en sus hombros.

Pervertida que eres.

Cállate.

- Ahora sí. -intenté patear pero era demasiado cliché así que me detuve.

- Bajam... -no pude terminar porque de un segundo a otro ya no estaba en el hombro de Chad,  ahora estaba tirada de espaldas en un inflable.

Chad se tiró a mi lado y eso hizo que yo saltara. Reíamos como locos y todos los niños nos miraban raro.

Cuando yo caí el saltó. Y cuando el cayó yo salté. Al minuto ya teniamos un ritmo para poder saltar.

Gracias a mis pies torpes caí de cara en el piso del inflable.

- ¿Que mier... -Chad ya no saltó más y empezaba a preguntarme por qué cuando sentí un cuerpo caer sobre mi espalda-. Eres un idiota,  Chad.

Traté sonar como adolescente responsable pero solo reí a cada palabra.

- Lo siento, dejaste de saltar y perdí el equilibrio. -me giré en mi lugar para que mi trasero ya no quede mas pegado a su miniChad. Aunque mi entrepierna y mi trasero no hacian la diferencia.

Alcé la vista y corrí mis pelos todos fuera de lugar. Estábamos muy cerca pero misteriosamente no era incómodo.

- Muévete. -el negó con la cabeza y sonrió de lado-. Muevete. -insistí pero él volvió a negar.

Empecé a correrme hacia atrás pero él me siguió.

¿Qué mierda está pasando?

- Ya. Muevete o...

- ¿O qué? -alzó las cejas y me mostró toda su maldita dentadura,  sonriendo.

Intenté contestar pero Chad se comenzó a acercar a mí.

Demasiado.

Demasiado.

¿Por qué no me muevo? ¿O lo empujo?

Seguro me está por bajar la regla y ando idiota. Eso espero.

- Disculpen. -un carraspeo hizo que vuelva a la realidad y empuje a Chad hacia el otro lado del inflable.

- ¿Si? -busqué con la mirada al dueño de esa voz y me encontré a un hombre en la entrada del inflable mirandonos serio.

El hombre tenía un disfraz, de policía.

No pedazo de descerebrada, es un oficial de policía, no es un dizfraz.

Idiota. Contraataqué a mi voz pero sabía que era más para mí ese insulto.

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