"Un inmortal no puede morir tan fácilmente, sin embargo, existe la posibilidad de ello.
Pocas cosas pueden causar un final así, pero entre esas pocas se encuentra la enfermedad de la rosa. Una enfermedad que ataca solo a inmortales débiles de espíritu y cuyo corazón ha sido envenenado por debilidades mundanas. Puede reconocerse fácilmente porque se pintan en todo el cuerpo cardenales en tonos rojos y purpuras que asemejan a una rosa abierta.
La única forma de una posible cura, es suministrar un elixir a base de los pétalos de la rosa que jamás se marchita y que se encuentra en la montaña Tai Shan, al este de los reinos. Dicha rosa se encuentra custodiada por Baihu, un poderoso tigre blanco" ...
Feng Jiu y Hao Xen se miraron tras haber leído el texto. Sus rostros demostraban una severa preocupación.
Uno de sus compañeros había caído enfermo desde hace varios días, al verlo, Hao Xen recordó que había visto con anterioridad esa enfermedad cuando apenas era un niño, así que busco entre los papiros que había llevado consigo y se lo mostro a ella.
- Hay que decirle a los demás.
- Para cuando se organicen será demasiado tarde. - replico ella - debemos ir nosotros por esa rosa.
- ¡¿Has perdido el juicio?! - exclamo él - ¿leíste la parte que habla sobre Baihu?
- Si, lo leí. Pero aun pienso que debemos ir ahí.
- No podemos ir solos Feng Jiu. - intento hacerla entrar en razón - debemos decirle al gran maestro Mo Yuan para que sea él quien vaya.
- ¿Te falta valor Hao Xen? ¿Es eso? - él dio un paso hacia atrás. Ella hablaba muy enserio y su mirada era tan decidida que estaba seguro de que le dijera lo que le dijera, no la haría cambiar de parecer. - es nuestro compañero. No podemos dejarlo morir.
- Está bien. Pero seré yo el que vaya. Tú te quedas. - y dando media vuelta para ir a prepararse, fue detenido por ella que obstruyo su camino.
- ¿Cómo que yo me quedo? Estamos juntos en esto Hao Xen, no vas a abandonarme.
- Es muy peligroso Feng Jiu. Soy tu hermano mayor, debo protegerte. - le dijo tomándola por los hombros.
- Hao Xen - le dijo haciendo una mueca de berrinche e indignación - en primer lugar, no eres mi hermano, en segundo lugar, nadie ha nacido que me prohíba a mí, Feng Jiu del clan Zo... - y se detuvo en seco. Él frunció el ceño.
- ¿De qué clan? ... es cierto, nunca he sabido de que clan procedes...
- Del clan Sö.
- ¿Del clan Sö? - levanto una ceja. - nunca he escuchado de él.
- Porque seguramente eres un inculto - respondió ella con mas indignación, como si se tratase de una reina cuyo título no fuese conocido - de todas formas, es un clan muy muy muy pequeño y perdido en las montañas. Así que no tiene importancia. El punto es, que no me quedaré aquí.
Hao Xen no era de carecer rudo, no iba a discutir con ella. Así que solo sonrió e hizo ademan para que fuese a prepararse, saldrían apenas anocheciera.
***
Mientras tanto, Ye Hua caminaba en dirección a la cámara principal en donde su hermano Mo Yuan se encontraba. Un joven discípulo lo guio hasta la puerta y reverenciando, se marchó.- ¿Nunca vas a cambiar tus ropas negras? - lo saludo el dios de la guerra con una sonrisa.
- Me he acostumbrado a ellas - respondió sonriendo. Se saludaron con afabilidad, tenían mucho tiempo de no verse, para ser exactos desde la boda de Ye Hua con Bai Qian.
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LA FUERZA DEL DESTINO: Ten Miles Of Peach Blossom.
FanfictionSe dice que nadie cuyo nombre no esté escrito en la piedra del destino podrá conocer el verdadero amor y contraer matrimonio. Dong Hua se ha negado a si mismo está posibilidad, borrando por voluntad propia su nombre, condenandose asi a jamás poder c...