LA PÍNGHÉNG

1.6K 108 36
                                    

El té se enfrió por cuarta vez y Ye Hua no era capaz de poder tomar un solo sorbo.

Había tantas cosas por atender y todas eran prioridad que no sabía por cual iniciar.

Tenía un escuadrón de buscadores tras la pista de Dong Hua Dijun.

Tenía a otro escuadrón de buscadores apoyando a la familia Bai para encontrar a Fengjiu.

Tenía a un ejército desplegado apoyando a los reinos atacados y otro tanto cazando a los lobos.

Él había salido por días en busca de Li Yuan, él era el origen de estas guerras, y si no, al menos tenía que ver con ellas, pero no tuvo éxito al encontrarlo.

Afortunadamente Mo Yuan estaba vigilando en ese preciso momento algunas zonas, por lo que él podía respirar al menos un instante.

Los pergaminos que hablaban sobre la gema del equilibrio era solo unos cuantos que podían ser contados con los dedos de una sola mano. Los había leído todos y la información era escasa. Solo se reducía a un pequeño párrafo: "La gema del equilibrio fue creada por Dong Hua Dijun al principio de los tiempos de su mandato. Esta gema absorbe los males del mundo terrenal y evita que estos se propaguen".

No dejaba de pensar en otra fuente de información a consultar. Estaba seguro que, aunque Dong Hua fuese hermético con todos sus actos, siempre dejaba algún registro de ellos, sobre todo en cuanto a lo que había hecho mientras gobernaba. Pero la pregunta era... ¿Dónde había dejado esa información? ¿Dónde se escondían esos manuscritos?

Una doncella se aproximó a él silenciosamente. Recogió la taza de té frio y en su lugar coloco una bandeja de caramelos. Ye Hua tomo uno sin verlo y lo metió a su boca. El sabor dulce, pero a la vez refrescante llamo su atención.

- ¿Qué tipo de caramelo es? No lo había probado antes.

- Es dulce de anís estrella su majestad. Obsequio de la dama Cheng Yu para la alta diosa Bai Qian. Pensé que quizá usted querría probarlos.

De todas aquellas palabras, en la mente de Ye Hua solo se quedaron fijas las palabras: "estrella" y "Cheng Yu". Se puso en pie con tal rapidez y desapareció en una nube de humo tan rápido que la doncella ni siquiera pudo hacer la reverencia de rigor.

Apareció frente al pequeño palacio de Cheng Yu, quien molestaba a unos pececillos dentro de una fuente con una vara de bambú mientras se reía ella sola.

- ¿Dónde Esta Si Ming? – la voz de Ye Hua la sobre salto. - ¿Dónde esta? Necesio hablar con él.

- Él... ammm... no lo sé. No lo he visto hoy.

- Donde... - la mirada de Ye Hua demsotraba que no jugaba. Cheng Yu tartamudeo.

- A esta hora usualmente actualiza los libros del destino... debe estar en su taller de trabajo... - Ye Hua desapareció de inmediato, dejándola a ella aspirando aire con la boca mientras pensaba que su amigo Si Ming no tendría escapatoria.

El taller del destino, era un pequeño palacio ubicado en al final del jardín trasero del palacio de Tai Chen. Podía accederse a él por una entrada trasera que lo conectaba directamente sin necesidad de atravesar la propiedad completa de Dijun. Ahí es donde usualmente Si Ming trabajaba escribiendo el destino de todos los mortales. Había miles de muebles en los que se apilaban millones de manuscritos que el constantemente actualizaba y vigilaba.

Acababa de terminar de escribir un capítulo más en el destino de un niño ciego cuando Ye Hua apareció frente a él.

El pincel se le escurrió de los dedos y nerviosamente saludo con una reverencia formal.

LA FUERZA DEL DESTINO: Ten Miles Of Peach Blossom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora