Mo Yuan cavilaba sobre lo acontecido en el último lapso de tiempo.
Acaricio su cien con una mano intentando tener claridad. Estaba en líos.
Nunca se hubiese esperado que Dong Hua reaccionara de esa forma a causa de los celos. Ni siquiera podía creerlo cuando Ye Hua se lo estaba contando. ¿Cuándo se había visto que le palacio de Tai Chen ardiese por siete días enteros? ¡Nunca!
Recordó el encuentro que sostuvo con él el día que inicio todo:
Fengjiu se alejó corriendo para continuar con sus deberes. Una vez solos, Mo Yuan levanto una barrera para que nadie pudiera escucharlos. Dong Hua había recuperado ese semblante indiferente.
- ¿Qué crees que estás haciendo? – le pregunto de inmediato – Aunque ocupas un lugar importante y puedo considerarte como mi superior, no puedes venir a interrumpir la paz de mi santuario, así como así. – la voz de Mo Yuan había sido firme, pero sin ser grosero.
- Yo solo evite que tus dos discípulos hicieran algo indebido y profanaran la castidad de tu templo. ¿y por ello debo ser reprendido? – su voz era sarcástica y calmada. No notaba ni un atisbo de descontrol.
- No soy ajeno a los sentimientos que Bai Fengjiu y Hao Xen están comenzando a desarrollar...
- ¿Entonces tú lo admites?
- No es algo que pueda evitarse. El amor puede colarse en todas partes. Es un ente escurridizo. Puede llegar incluso a los corazones más fríos... hechos de roca... - una ceja de Dong Hua se elevó intrigada, pero Mo Yuan continuo – más bien me pregunto debido a que, interviniste e incluso amedrentaste a mi discípulo.
- No la amedrentaba... como viejos conocidos, solo le recordaba su posición de reina de Qing Qiu. Eso es algo que jamás debe olvidar.
- Siempre he dicho que nunca es tarde para hacer algo... pero me temo que en tu caso... - hizo una pausa intentando reflexionar sobre lo siguiente – me temo que en tu caso esto no aplicaría. Bai Fengjiu ya no es la joven princesa que conociste en el pasado. Ella puede que ya te haya superado... no puedes venir ahora y pretender tomar lo que es tuyo, cuando ya no lo es.
- Esta charla se ha vuelto aburrida. Vine aquí porque me pareció interesante que Qing Qiu esparciera un rumor de que la reina está severamente enferma, cuando es mentira. Supuse que estaría oculta en algún lado, y que mejor lugar que Kun Lun. Ya he comprobado lo que suponía... ahora puedo irme...
La figura purpura desapareció envuelto de una nube blanca algodonada.
Luego de ese encuentro, Fengjiu había solicitado permiso para ausentarse y revisar como estaban las cosas con su familia. Un día después, Hao Xen también pidió licencia para resolver unos asuntos pendientes.
Hao Xen había regresado antes que ella. Y había abierto su corazón con él pidiéndole consejos. Mo Yuan no supo que decirle. Aquello era sorprendente. Solo había podido aconsejarle diciendo:
- Si ella está en tu destino entonces nadie, ni siquiera un alto dios, podrá intervenir.
Luego, fue Fengjiu quien se acercó a él para también pedir consejos. En este punto, él confirmo lo irónica de la situación.
- ¿Con quién está tu corazón? – le pregunto a la joven.
- No lo sé. – respondió tronándose los dedos de la mano – No puedo negar que he comenzado a sentir algo por Hao Xen. Últimamente solo pienso en él. – y sonriendo de forma risueña continuo – me hace sentir segura, alegre, con él me parece que siempre floto entre nubes...
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LA FUERZA DEL DESTINO: Ten Miles Of Peach Blossom.
FanfictionSe dice que nadie cuyo nombre no esté escrito en la piedra del destino podrá conocer el verdadero amor y contraer matrimonio. Dong Hua se ha negado a si mismo está posibilidad, borrando por voluntad propia su nombre, condenandose asi a jamás poder c...