6. "Caricias".

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Era una de esas tantas noches en las cuales se sentaban frente a frente en el sofá.

A platicar simplemente de cualquier cosa o intentar jugar con palabras.

- Mango-. Dijo Zuko mientras sonreía.

Toph se exaltó y apresurada exclamó:
- ¡Naturaleza!

- ¡Ñiñerías..!- gritó Zuko sin pensar mientras levantaba el dedo índice y seguido de ello la contraria se echaba a reír.

- ¡ESO NI SIQUIERA EXISTE!- exclamó entre carcajadas-. ¡HE GANADO...!- rió en alto mientras saltaba y comenzaba a golpear el sofá con ambas manos emocionada.

- ¡Claro que existe!- repusó el contrario mientras lloriqueaba falsamente.

- ¡Es "niñerías" bobo!- dijo entre risas la azabache mientras le miraba -ó al menos giraba la cabeza hacia a él-.

- ¡Oh, vamos...!

- ¡GANÉ, GANÉ, GANÉ!

- ¡Una ronda más!

- ¡No!, ahora... Dame tu chocolate.

- ¡Toph, sólo una más!

- Prometiste el chocolate-. Levantó una ceja la menor mientras se cruzaba de brazos.

El mayor suspiró cansado y sacó una barra de chocolate de su bolsillo izquierdo del pantalón.

Abrió el empaque y le extendió el chocolate hasta la boca a la contraria. Toph sonrió antes de dar una mordida al dulce.

- Tienes buen gusto-. Dijo después de masticar.

- Lo sé-. Rió Zuko mientras volvía a envolver la golosina y la ponía en el buró junto al sofá.

...

Habían durado en silencio varios minutos después de terminar de jugar; sí dijesen que estaban aburridos o simplemente no se les ocurría qué hacer sería mentira.

No era que no supiesen qué hacer... Simplemente les gustaba mantenerse en silencio.

Oír el >>tic tac<< del reloj y al mismo tiempo oír el respirar del otro en silencio. Incluso Zuko sentía su corazón palpitar al estar junto a la azabache y se sentía en extremo cálido.

De pronto, los falanges de la contraria, sin pleno aviso, comenzaron a buscar las manos del contrario.

Zuko se sonrojó ligeramente ante ello y no pudo decir algo ante el escalofrío en su ser.

Extendió su mano ligeramente y luego el dedo índice de la contraria comenzó a acariciarle la palma de la mano con lentitud.

- ¿Q-Qué haces...?- preguntó en un hilo de voz.

- ¿No te da cosquillas?

- Claro que da cosquillas... ¿Pero por qué lo estás haciendo?

- Una vez estaba lavando mis manos y de la nada descubrí que daba cosquillas hacer esto-. Sonrió la contraria mientras seguía haciendo círculos en la mano del contrario.

Zuko sonrió de manera ligera y entonces acercó su rostro ligeramente hacia la contraria.

- Me gustan tus caricias-. Murmuró mientras recargaba su frente con la azabache.

[...]

One Shot's ToKo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora