9. "Vergüenza".

2.3K 286 39
                                    

Zuko se mantuvo expectante, observando a la más baja de manera directa, esperando algo, un movimiento, quizá una amenaza o incluso un golpe; sin embargo, se encontraban ahí, ambos, de pie uno frente al otro, tan sólo mirándose de manera fija.

Zuko no se había percatado de que una ligera y apenas apreciable capa de sudor le cubría la frente desde hacía un minuto, quizá era más por el nerviosismo de no saber qué pasaba y no por la temperatura del ambiente.

De repente se removió incómodo, aún de pie y decidió hablar por fin:-¿Ocurre algo?- preguntó con voz temblorosa ante su incomodidad.

La contraria alzó una ceja ante la pregunta y tan sólo inclinó su cabeza confundida:-¿Disculpa?- musitó con un claro deje de extrañeza-, ¿quién eres tú?

El azabache dejó salir un casi mudo ''¿Eh?'' de entre sus labios notando como los ojos de la contraria de la nada dejaron de mirarle de manera directa, ahora observando su cuello o su boca, como siguiendo su voz.

-Llevas mirándome así por cinco minutos-. Dijo mientras se rascaba ligeramente la mejilla, apenado.

-¿Qué?- preguntó la mas baja mientras comenzaba a sonreír de manera ligera.

-¿Necesitas algo?- agregó el mayor mientras se encogía de hombros ligeramente.

Una risa despreocupada salió de los labios de la más baja y comenzó a llorar de la risa.

-Hablo en serio, ¿necesitas algo?- preguntó ahora un poco más atento, comenzando a creer que quizá la contraria era una fugitiva del hospital que quedaba a tan sólo dos calles de donde se encontraban.

La más baja dio un largo respiro antes de dar sus últimas carcajadas, ahora intentando hablar con dificultad dijo:-Amigo, soy ciega-. Soltó mientras se tocaba el rostro y sonreía como boba.

Y por mera diversión comenzó a hacerse ademanes en la cara, ademanes que decían ''No puedo verte'' o simplemente moviendo la palma de su mano frente a ella sin borrar su sonrisa en ningún momento.

La cara de Zuko de la nada se volvió tan roja como un semáforo, incluso sus orejas ardían de vergüenza. Claro, ¿cómo había logrado ser tan distraído? Cualquiera debió haberse dado cuenta de ello pasados dos minutos de estar junto a la chica, es decir, ¿quién se para a mitad de la banqueta mientras está mirando de manera directa hacia ningún lugar?

Había sido una simple coincidencia que Zuko se haya mantenido de pie junto a ella y se haya percatado de que no paraba de ''mirarle'' sin ninguna expresión.

-¡Dios, oh por--...!- exclamó Zuko mientras se cubría el rostro con ambas manos y daba varios pasos, retrocediendo ante la contraria- ¿por qué no dijiste nada?- preguntó con su voz ligeramente aguda -sin dejar de sonar como un chico- intentando no morir de vergüenza.

-Lo siento, no te ví-. Soltó la contraria mientras se echaba a reír de nuevo.

Zuko de nuevo se cubrió el rostro aún más avergonzado. Realmente era un bobo.

Las carcajadas de la contraria seguían resonando en el ambiente y Zuko sólo quería esconderse de aquella chica que ni siquiera podía verle removerse de la vergüenza.

El azabache pensó profundamente en huir. ¿De quién? ¡De todos! De esa chica, de la calle y huir del propio pavimento en el que se encontraba de pie.

-Lo siento, lo siento-. Masculló la más baja entre risas mientras intentaba reponerse con una bocanada de aire entre cada frase-. ¿Pero por qué no dijiste nada?- ahora regresaba a querer reírse de nuevo a carcajadas-. Chico, sí alguien se ''me quedase mirando'' por cinco minutos -y le pudiese ver yo misma-, le habría pedido explicaciones desde los primeros treinta segundos.

One Shot's ToKo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora