One Shot's ToKo

11."Grado".

Durante aquel caluroso día todo iba perfectamente incómodo para Zuko, su primer día de clases era totalmente lo esperado, aburrido, extraño y bastante asocial.

Cuando pensaba en la idea de entrar a su primer año de preparatoria su corazón latía con emoción, no sólo por el hecho de que su uniforme olía con ese característico aroma a "nuevo", sino porque sentía que empezar algo nuevo era emocionante... Pero no los primeros días, no, esos no.

Era durante los primeros días en los que el aburrimiento le hacía sucumbir, primeros días sin amigos, sin hablar, sin un horario definitivo aún y días calurosos debido al verano.

Sus nuevos compañeros eran en extremo ruidosos y algunos eran de todo menos amables... Zuko dudó si estaba en la preparatoria o si era un curso para niños del preescolar.

...

Un detalle que a Zuko le gustaba mucho de su escuela (quitando los malos ratos con sus compañeros nuevos de clase), era que cada grado tenía un uniforme diferente.

Mientras que los de primer año tenían un uniforme con colores celestes, los de segundo mantenían colores azules un poco más fuertes y finalmente, los de último año tenían colores negros.

En los chicos dichos colores resultaban en los cuellos de las camisas y mangas, mientras que en las chicas los colores resaltaban tanto en la camisa, como en ligeros bordados en las faldas.

Aunque si lo pensaba bien, Zuko era algo raro al tener como principal entretenimiento el observar los uniformes escolares de los demás, averiguando su grado con sólo verles... Pero simplemente ese era un pasatiempo temporal (o al menos intentó convencerse de ello).

Había cierto detalle que le llamaba mucho la atención y era que rara vez observaba a los de último grado rondar por los alrededores de la escuela, según él asumió, se mantenían mayormente en sus aulas, quizá simplemente por las temperaturas calurosas o porque ya eran tan maduros que ni siquiera les emocionaba el descanso escolar...

Zuko se preguntó cómo sería él al llegar a ese grado, pero después de un rato olvidó aquel pensamiento, dado que simplemente volvió a su aula como de costumbre...

El timbre sonó inmediatamente nadamás se sentó en su pupitre.

Las clases reanudarían nadamás el profesor entrase al aula.

...

Cuando pensaba en lo aburrida que podría llegar a ser la clase de inglés no se podía sentir aún más aburrido de lo que ya estaba...

Zuko no era el mejor en inglés, pero aún así se sentía realmente aburrido durante sus clases, aprendiendo los pronombres personales una y otra vez cada año... Anotando cómo presentarse en todas las primeras hojas de esa materia y sintiéndose ligeramente fastidiado al olvidar siempre cómo escribir "Horario" en ese idioma.

Resopló, cansado de tener sueño y seguido de ello revolvió su cabello un poco para intentar despejar su mente y prestar más atención.

Levantó el rostro y al notar como una figura resaltante caminaba del otro lado de las ventanas de su aula, se sintió llamado a mirarle.

Caminando de manera elegante y fuerte, con su cabello perfectamente peinado y brillante más por su color propio que por el sol y entonces... Tocando la puerta, para recibir un "Pase" por parte del profesor.

Y al abrir la puerta... Vaya que era aún más resaltante.

Cabello azabache y brillante por donde quiera que lo vieses, espalda recta sin flaquear un poco.

ー Buenas tardesー. Dijo con voz seria y de todo, menos disgustante.

El profesor pareció reconocerle y Zuko, simplemente deseó hacerlo.

Su falda negra, perfectamente planchada, al igual que su camisa escolar y sus zapatos perfectamente limpios. Brillantes, al igual que ella.

Zuko no pudo apartar la mirada ni un segundo.

Si sus compañeros, al igual que él, quedaron anonadados por tal belleza no lo notó y si las chicas comenzaron a murmurar cosas halagadoras y quizá con envidia, tampoco escuchó.

No pudo evitar dejar escapar un poco de aire de sus pulmones en señal de un suspiro y tampoco pudo evitar recargarse con ambos codos en la paleta de su asiento.

Y entonces, notó al fin aquellos bordados alrededor de su uniforme.

Negros.

Mientras aquella bella estudiante hablaba con el profesor de Zuko sabrá qué, no pudo evitar observar de manera ligera los colores en el uniforme propio.

Celestes.

Dió de nuevo una vista tardía a la mayor y suspiró de nuevo, pero ésta vez derrotado.

Y así como llegó, con elegancia aquella chica se fue.

Haciendo un perfecto sonido con sus zapatillas escolares y logrando robar unas últimas miradas a los presentes.

Y entonces el corazón de Zuko latió con emoción unos segundos.

Por aquella chica de otro grado.

N/A:

Recibí muchos comentarios positivos en el OS anterior, no saben lo alegre que me hicieron sentir. Muchas gracias por el apoyo... Además, de que también noté que personas que nunca habían votado al fin se animaron a votar. ¡Muchas gracias!