CAPITULO 8

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—¡Ron!—un gritó nos hizo voltear.

—¡Nadie más sube señores!—otro grito y la locomotora sonó junto con un pitido.

La señora Weasley venía hacia la ventanilla con la rata de Ron en las manos. Ron saco las suyas y tomó a Scabbers.

—¡No la pierdas!—le gritó, todos nos despedimos mientras el tren comenzaba a avanzar.

—No me sorprende que hasta pierdas tu rata—comenté, me voltee y seguimos buscando un vagón vacío, llevaba una mochila con mi ropa para cambiarme y algo de dinero lo demás estaba en mi maleta. Y Pecks llegaría sola volando a Hogwarts.

—A veces es muy molesta, últimamente esta más enferma y se le cae el pelo.

Después Harry nos contó el por qué terminó durmiendo en el caldero chorreante y lo sucedido con sus tíos Muggles.
—Se escuchan aún peor de lo que imagine—hice una mueca.

—Y no los conoces—me miro Ron—. El año pasado tuve que sacar a Harry de su propio cuarto por que lo tenían encerrado con todo y barrotes—Harry golpeó al pelirrojo en el hombro.

—Eso no era necesario de contar.

—¡A mi me parece que genial lo que hiciste!

—No es divertido Ron, Harry tienen suerte que no lo expulsaran—interrumpió Herms a lo que Ron recibió con una mueca.

—Suerte que no me arrestaron—ironizó Harry, revolví su cabello azabache.

—Para mi que se lo tenía merecido.

—¿Tú también?—me regañó mi amiga y me encogí de hombros.

—Miren aquí ahí uno—señalo Harry a un vagón—. Lo peor de todo es que no firmaron mis papeles—me detuve por lo cual todos chocaron conmigo, voltee y tome de los hombros a Harry.

—James, dime que es mentira—Lo fulmine. Negó con la cabeza, lo sacudí tan fuerte como pude—¿Como que no irás a Hogsmeade?

—Sin ese permiso el no va a ir ___—dijo obvia Herms, la mire amenazante y se calló.

—No me mates—pidió Harry, rodé los ojos, entramos los cuatro y colocamos nuestras cosas después me senté indignada. Suspiro—No te enojes.

Lo ignore.

—Cambie de opinión mejor si mátame—se escuchó su risa y me abrazo.

—Eres tan enojona Yaxley—me agarro por el cuello y no paraba de pegarme a él intenté zafarme pero no me dejaba.

—¡Suéltame Potter!

—Bueno ya bésense ¿no?—dijo Ron, ambos nos detuvimos y volteamos a verlo después nos miramos directo a los ojos Harry y yo.

—¡IUGHHHHH!—sacamos la lengua, nos reímos y nos acomodamos en nuestros asientos. Permanecíamos en silencio unos dos minutos, el cielo estaba nublado, y eso era por que lo más seguro es que fuera a llover esa idea no me desagradó en lo absoluto.

¡Genial!
—Es mejor que cierren la puerta—los tres lo volteamos a ver a mi ojiverde favorito—. Tengo que decirles algo.

Me paré y cerré la puerta junto con las cortinas.

La Black que se enamoró de Potter IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora