CAPITULO 25

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Tomamos asiento Ron y yo juntos, Harry se puso en una banca a su lado vacía con la esperanza de que llegará pronto Herms.
Una ventana se bajó bruscamente haciéndome respingar y voltear a ver al profesor Snape....en clase de Artes Oscuras. La mayoría miro extrañado al profesor de pociones e intuí que Remus no se recupero lo suficiente para impartir clase el día de hoy.
Bajo la pantalla de un jalón.
—Abran sus libros en la página 394—de mala gana saque mi libro y comencé a buscar la página

—Disculpe profesor....-una voz a nuestra derecho interrumpió y los dos volteamos a ver a Harry—. ¿Y el profesor Lupin?

—¿Eso no le interesa o si Potter?

—Basta decir que el profesor se encuentra incapacitado para enseñarles en este momento....vamos a la página 394—dio un golpecito a la máquina que reproducía las imágenes de la presentación.

Seguí mi tarea de buscar la pagina, Ron a mi lado se tomaba su tiempo ojeaba una a una las hojas y con una enorme cara de aburrimiento. El libro cambió de pagina rápido como un rasgo y apareció el tema de hoy....

—Hombres lobo—dijo incrédulo.

—Pero profesor apenas íbamos a ver a los Hinkypunks, las bestias nocturnas son después....—comentó Hermione, los tres volteamos a ver a nuestra amiga confundidos.

—¡Silencio....!

—¿En que momento llegó?—me susurró Ron.

—Últimamente parece que sale de la nada.

—Bien...¿quién sabe la diferencia entre un hombre lobo y un animago?—la clase permaneció en silencio y Herms como siempre fue la única con la mano en alto—Nadie....que decepción—su mirada me fulmino. Espera....lo estoy procesando....el sabe de la poción ¿no?.....Entonces, ¡está haciendo esto a propósito!

—¿Oye...estás bien?—la voz de mi amigo me susurró. Deje de apretar mis manos y una pequeña gota de sangre resbaló por mi dedo.

—Yo profesor—le contestó Hermiones—. Un animago es aquel que adopta la forma de un animal cuando lo desea, un hombre lobo no lo controla olvida quien es él....podría matar incluso a su mejor amigo en ese, además solo responde al llamado de los suyos.

—¡Auhhhh!—Draco imito el sonido de un lobo con una sonrisa burlona, algunos del salón rieron pero mayormente los de Slytherin.

—Gracias señor Malfoy.....es la segunda vez que habla sin permiso señorita Granger, no puede contenerse...o se siente orgullosa de ser la insoportable sabelotodo—estaba segura que podía sacar humo por la nariz, Herms bajo la cabeza avergonzada.

—¿Es la verdad no?—pise el pie de mi pecoso amigo.

—Cinco puntos menos Gryffindor—expresiones inconformes sonaron—. ¿Alguien sabe cómo reconocerlos....?

Tomé mi pluma con más fuerza de la necesaria.
—¿Señorita Yaxley...?—mire a Snape quien me miraba esperando una respuesta, permanecí callada y ambos nos retábamos con la mirada pero luego aparte la mía y resignada le respondí

—No—gruñí por lo bajo.

—Me lo imaginaba.....diez puntos menos Gryffindor—apreté mis labios callándome las maldiciones que quería soltarle en ese momento a Snape—, y para aliviar su ignorancia quiero dos pergaminos en mi escritorio haciendo énfasis en cómo reconocerlos.....
Bufé molesta, deseo que Remus este aquí, Snape explicó el tema y nos hizo tomar apuntes, yo no estaba nada, NADA contenta, el estaba haciéndolo a propósito conociendo que Remus era un hombre lobo, al sonar la campana cerré mi portafolio y salí tan rápido de ahí como pude con grandes zancadas dirigiéndome a la torre de Gryffindor, creo que los demás notaron las chispas que lanzaba a mi paso por que al verme se apartaban de mi camino. Por suerte mía las clases habían concluido ya, mejor así; subí a mi habitación, tomé la almohada y la coloqué en mi rostro antes de lanzar un grito de furia enorme, ojalá nadie me escuchara.

Más relajada ya, me levante de mi cama y quería asegurarme que  Harry estaba frente a la chimenea con algo de suerte, las baje de dos en dos.

—¡Ey, ustedes!

—¿Si?—respondieron los dos al mismo tiempo.

—¿Han visto a Potter?

—No—suspiré.

—¿Vas a pedirle una cita?—me insinuó Fred,

—Como crees Fred, si a alguien Yaxley va a pedirle una cita será a mi.
Me hicieron soltar una risa.

—Ni una—mire a Fred y luego pase a su gemelo—. Ni otra, necesito darle algo, bueno voy a buscarlo—camine en dirección a la pintura.

—¿Has pensado en lo que te hemos dicho?

—¿De que hablas George?—enarque una ceja y me voltee.

—El puesto...

—...de Cazadora—término Fred.

—No hagan eso, me da pavor—reí—. La verdad es que no chicos, lo lamento, con todo lo que a pasado se me pasó.

—Le dijimos a Wood.

—...nuestra idea de nombrarte—siguió George.

—...una cazadora—añadió Fred.

—Lo están haciendo adrede, paren—me guiñaron los dos el ojo—. Aún así ustedes ya están completos.

—Pensamos qué tal vez puedes ayudarnos, nos ayudarías mucho si eres remplazo de alguna de las tres si se llegan a lastimar, así no perderemos—me explicaron entre los dos.

—¿Por que yo?

—No te enojes, te hemos visto en clases de vuelo y eres de las mejores—dijo George.

—Vale—les regale una sonrisa—. ¿Qué tengo que hacer?

—El viernes Wood accedió a que hicieras audición, después de clases, te vera en el campo de Quidditch—contestó Fred—. Serías de mucho apoyo, enserio que si, así patearas a los Slytherin en el próximo partido que es el que viene.

—Daré lo mejor de mi—si conseguía ese puesto mi rol sería anotar los puntos con la Quaffle, la idea no me pareció tan descabellada me despedí con una gran sonrisa y fui a buscar a Harry.

La Black que se enamoró de Potter IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora