CAPITULO 20

6K 418 66
                                    

1976

—Pero si es la gran parejita—río  burlón James sin dejar de mirarnos.

—A la siguiente que digas algo así te parto el rostro Potter—reí mientras Sirius y yo nos sentábamos en el suelo junto a los demás, estábamos disfrutando de otro fin de semana sin deberes, Sirius colocó la bolsa de papel en el suelo frente a los chicos la cual contenía pastelitos robados de la cocina. Si que nos habíamos lucido.

—Cuidado con el veneno—replicó este carcajeándose de risa como si fuera la mejor broma que hubiera dicho en su vida, tomó un pastelito y lo metió a su boca sin más comiéndolo como un niño pequeño.

—Nunca me imaginé verlos a ustedes dos juntos, debo de ser sincero—hablo Remus con un tono de voz alegre, lo mas seguro es que estuviera orgulloso de Canuto; Sirius me explico el porqué de su apodo tiene sentido su forma animaga es un perro, aunque por fin el gran Sirius Black había sentado cabeza con una chica, era cierto, desde entonces no lo había visto de nuevo coqueteando con nadie aunque se podría decir que casi era seguro, por que aún no éramos novios pero tampoco apresuraba el tema o me molestaba. Aunque me llevaba bien con ellos desde hace algún tiempo ya, no hacíamos pública nuestra relación abierta por lo mismo de mi hermano así que lograba escabullirme para estar con ellos de vez en cuando. Hoy era uno de esos días.

—¿Qué planes tenéis hoy?—pregunte.

—Queríamos gastarle una broma grande a Quejicus—respondió James.

—Siempre terminan agarrando al pobre Snape para sus "bromas"—me miro con cara de pocos amigos—. En algún momento tienes que dejar de ser tan celoso James.

—Pero si yo no soy celoso—le resto importancia—. Por que habría de estarlo si toda mujer se muere por mi.

—Hablando de Severus—señalé detrás de él—. Esta con Lily lucen felices—volteó al instante a asegurarse y cuando se dio cuento que lo había pillado bufo molesto.

—No somos los únicos que se han dado cuenta ¿a que?—rió Peter.

—Tendré que defender a mi amigo de sus bromas idiotas—comente, James achicó sus ojos pero no dijo nada.

—Yo tenía planeado pasar un fin de semana tranquilo donde YO no tenga nada que ver con tus bromas—le dijo Remus a James mientras lo empujaba.

—Pff aguafiestas—miro a su mejor amigo—. ¿Pero tú no me dejas solo verdad?—hizo un gesto de inocencia a lo que Sirius solo rió y negó con la cabeza divertido.

—Ni de mola—le pegue un codazo—. Lo siento las costumbres no se pierden tan fácil cariño—me guiño un ojo, voltee mis ojos y tomé un pastelito para embarrárselo en la mejilla. Todos rieron al verlo de esa manera pero nadie esperaba que el me imitara y cuando pensé que me iba a tirar a mi terminó apuntándole a James, quien como venganza ensució a Remus y Sirius a Peter, Remus al intentar atinarle a James me dio a mi y fue así como comenzamos a pelear unos contra otros. En un momento no me di cuenta cuando comenzamos a correr fuera del alcance de los demás intentando escondernos para no ser blanco de un pastel, sentí unas manos alrededor de mi cintura y me sujetaron fuerte impidiendo que me escapara.

—Por que siempre te termino pillando flaca—rió Sirius, luego de mi mejilla lamió el glaseado que estaba embarrado en esta, un sonrojo intenso subió hasta mis mejillas.

—Iros a un hotel, dan asco—nos gritó James acercándose y limpiando sus lentes.

—¿Y tú sabes dónde queda uno?—le siguió la corriente Black, ese maldito....

—Nunca la dejan descansar—intervino Remus saliendo de no se donde.

—¿Y Peter?—preguntó Sirius, Peter salió detrás de él y lo asustó, pegó un brinco y reímos.

—Esa ya me la e cobrado Sirius—le dijo Peter, el ojigris tomó a su amigo del cuello y comenzó a horcarlo en juego. James se les unió sin dudarlo y Remus también la escena era demasiado divertida pero como Sirius comenzó se empeñaron en él.

—Vale vale basta chicos me lo estropean—reí al ver a James aplastarlo con su peso.

—Es lo que menos queremos para ti Kára si no después como te funciona—me respondió aún sobre Sirius, se quitó y golpeó el hombro de su mejor amigo con una sonrisa en su rostro.

—Sabes que son de verdad tontos—intente quitar el glaseado que quería pegarse a mis pestañas—. Ahora me tengo que bañar de nuevo y solo Merlin sabe cuánto me tardaré.

—Pues será mejor que te vayas por que no puedes ir con esas fachadas—mire mal a Sirius por su comentario y le aventé un poco de tierra.

—Tu también, Canuto.

—¿A dónde van que no me incluyen?—fingió indigno el cuatro ojos—. Sirius me cambias por una chica, que gran amigo tengo.

—Potter sigue con esos dramas y empezaré a creer que te gusta más Sirius que Evans—reí al ver su expresión, aunque el chico lo negara una y otra vez estaba claro que la pelirroja lo tenía cautivado como nadie más. Me di vuelta con la intención de dirigirme a mi sala común.

—Báñate bien, pero si quieres te ayudo, cariño—me insinuó Black con una sonrisa ladina, le enseñe mi dedo anular y continúe mi camino. Voltee una vez más para ver a los chicos y estaban peleando otra vez rodando sobre la tierra mientras las risas de los cuatro se hacían notar.

Una vez me bañe comencé a leer un libro y platicar con algunas amigas pero al ver que se acercaba la hora de dormir, subí a mi recámara a prepárame, peine mi cabello en trenza y me coloqué un lindo suéter azul marino y pantalones cómodos junto a un bonito par de botas que combinaban con la blusa, tomé mi abrigo de la cama y salí de mi sala común apresurada. Me escabullí entre los pasillos y vi la figura de Sirius a espaldas de mi, llegué a abrazarlo y su leve risa llegó hasta mis oídos formando una sonrisa, lo solté y volteó a verme.

—Te vi venir—me guiño un ojo.

—Había olvidado tus poderes psíquicos—reí un poco. El llevaba también un abrigo es su mano e iba bien abrigado como yo.

—De hecho no es eso—depósito un beso en mi coronilla, saco un viejo papel parecido a un pergamino—. Es esto.

—¿Un viejo papel te dice que vine contigo?—enarqué una ceja y sonreí ladina.

—Tenemos mucho tiempo para que te lo explique, nena, claro si me guardas el secreto.

—Guardó nuestro secreto, nadie sabe lo de nosotros más que gente cercana—deposite un beso en su mejilla.

—Hora de irnos—tomó mi mano y nos fuimos del oscuro pasillo, la luna deslumbraba en su máximo esplendor dando una hermosa vista.

—Dissendium—habló Sirius al estar frente a una estatua, enarque una ceja y la joroba de lo que parecía una señora, se abrió dejándonos ver un oscuro pasadizo.

—Nunca terminas de sorprenderme Canuto...

La Black que se enamoró de Potter IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora