La Black que se enamoró de Potter II

CAPITULO 36

Pase saliva tosiendo deje mi mano reposar en la parte superior de mi pecho intentando encontrar la calma.
—¿Cuántas veces te e repetido el día de hoy que respires?

—No—con voz ronca intenté responder pero también apenitas me salía, tomé agua dejando pasar el aire—no, lose....
La mano de mi amiga sabelotodo acaricio mi espalda con cariño al mismo tiempo que con molestia.

—¿Qué te paso hoy?—pase la lengua por mis labios antes de mirarle, el ojiverde tenia el ceño fruncido, tosí de nuevo.

—Perdón, ando....pensativa.

—¿Se puede saber en qué?—discretamente fulmine al pelirrojo antes de volver a mirar a Harry quien seguía sin despegar su mirada, pase a Herms y luego a mis manos, me estaban sudando debajo de la mesa las sequé disimuladamente en mi falda.

—Estoy preocupada....—mire a otro lado— mi familia esta en problemas, esta en condiciones...no tan buenas.

Dos suspiraron aliviados, en cambio el otro siguió devorando su comida viéndonos de reojo.

—Tranquila, todos hemos pasado por eso, si necesitas hablar aquí estamos—Herms me regalo una dulce sonrisa que llegaba a sus ojos, Harry lo reafirmó.

—Gracias....—mire mi tostada sin probar— pero no pueden ayudarme en esto—susurré apenas audible logrando que solo yo alcanzara a escucharme. Me levante con las piernas temblando, intenté disimularlo— voy a escribir una carta para saber cómo siguen las cosas....los veo al rato....

Sin dirigirles una última mirada o palabra salí del comedor, no iba precisamente a escribir una carta pero era algo muy parecido ahora tenía que encontrar la manera de contactar a Sirius, debía escabullirme en el cuarto de Harry y tomar el mapa que me llevará a Hogsmeade para después ir a la casa de los gritos y bueno, me llevaría tiempo.

Entre en la sala común escabulléndome en el dormitorio de los chicos mirando a los lados asegurando que no venía nadie, con cuidado abrí la puerta dejándome ver un dormitorio algo desordenado, cerré la puerta detrás de mi dirigiéndome a la que pertenecía a Harry, busque en los cajones a los lados incluso vi la foto que le regale a Harry encima de él, fuera de eso nada, cheque su baúl cerrado que abrí con un Alohomora y nada tampoco, me senté un rato en la cama dándome un respiro. ¿Si fuera un chico de cabello azabache con una cicatriz de rayo que tiene ojos verdes y usa lentes(qué por cierto se apresarían mejor sin ellos) y hubiera sobrevivido tres veces a Voldemort donde escondería el mapa para que nadie lo encontrara? Mire a mi lado derecho encontrándome con su almohada, cheque la funda pero tampoco, entonces me levante y alce el colchón metiendo mi mano, rebuscando, cuando sentí el papel entre mis dedos supe que encontré lo que buscaba...vaya, últimamente las cosas me salían bien. Con cuidado saque el trozo de pergamino viejo sonriendo orgullosa de mi misma, escuche la perilla de la puerta alarmada rodé sobre el suelo y me escondí debajo de la cama, dos personas entraron a la habitación.

—¿No crees que es raro?—interrogo la voz de mi mejor amigo, genial....notase mi sarcasmo, ¿que iba a decirle si me descubría? Oh hola Harry, perdón estaba escondida porque venía a robarte el mapa unos minutos sin tu permiso para descubrir una manera de irme a encontrar con mi padre que por cierto es el asesino que anda suelto, pero creo que todo fue un malentendido, porque según dice que el asesino es una rata, todo bien ¿no?.....si....no creo que lo tome bien. Una mueca sarcástica se formó en mi rostro.

—Alucinas, siempre es así de rara—quise levantarme y pisarle el pie a Ron, ¿qué clase de comentario era ese? Yo no era rara....bueno no siempre.

—Ron—riño— estás hablando de mi mejor amiga.

—Pensé que yo era el único—chillo, vi cómo se acercaba para acá, intenté esconderme más, se lanzó sobre la cama dejándome un momento sin aire, si pesaba el condenado....tenía que dejar de comer este.