La Black que se enamoró de Potter II

CAPITULO 11

Corrí hacia el vagón de mis amigos aunque cada vez que corría un poco más sentía que estaba más lejos que cerca. Llegué y una sombra oscura estaba en la puerta del vagón que yo buscaba.

Harry.....

Saque mi varita del pantalón y me acerque pero conforme avanzaba una sensación sensación de ahogo, angustia y tristeza se formaba a mi alrededor haciéndome sentir débil, tenía que admitirlo esto era peor que un boggart en forma de dementor, unas inmensas uñas de zorra barata y una capucha negra que cubría todo su cuerpo dándole un toque tenebroso al estilo Voldemort, no era momento de mis bromas, mas es la impresión que se asimilaba para describirlo.

Me asuste al verlo en dirección al cuerpo de Harry, la oscuridad me permitía apenas distinguir aunque estoy segura de que está consumiendo el alma de Harry. Levante mi varita y la apunte al maldito dementor.

—Especto patronum—dije pero el escudo no fue suficiente apenas salió una pequeña niebla.

—¡Ahhh!—grite frustrada, sacudí mi varita—. Expecto Patronum—pronuncie mejor y sostuve mi varita con más firmeza, una luz intensa color griscesca salió de la punta de mi varita y el dementor la recibió, produciendo que se alejase tan rápido que apenas y lo vi desaparecer. Una mano se posó en mi hombro y voltee en dirección a Remus quien me sonreía entre una mezcla de orgullo y preocupación.

—Yo me encargo de esto pequeña—saco su varita.

—Por el bien de todos tú no sabes el conjuro—me mencionó—. Será mejor que guardes eso—miro la mía y entró en el vagón, guardé la varita en mi pantalón, justo donde hace unos minutos estaba.

—¿Todos están bien?—preguntó con un rostro y tono serio Remus. Entre después de el, Harry quedó anonadó y me acerque a él rápidamente con cautela.

—¿Harry?—pregunté preocupada, mis manos sostuvieron las suyas mostrando que ya estaba junto a él, su mirada parecía perdida y ausente estaba también demasiado pálido y alcanzo a mirarme, antes de cerrar los ojos y desmayarse, cayendo en mi dirección—. ¡Harry!—Lo detuve a tiempo, intentando cargar su peso, Herms y Ron exclamaron, el pelirrojo me ayudo a acomodar a nuestro mejor amigo en el sillón y conmigo a su lado.

—Estará bien, pero sus energías se perdieron—me comentó Remus con tono autoritario—. Debemos dejarlo descansar, por el momento será lo mejor—asentí, lo acomode de tal manera que su cabeza quedara recostada en mis piernas, su respiración era tranquila y pausada me preguntaba que fue exactamente lo que acababa de pasar.

—¿Quién es usted?—pregunto Herms con demasiado cautela y los ojos entrecerrados.

—El profesor R. J. Lupin, un placer, es un enorme alivio que el chico este bien si me disculpan regreso en unos momentos chicos, espero el chico se recupere pronto iré a hablar con el conductor—después se fue sin dirigir otra mirada.

—¿Qué fue eso?—preguntó consternado Ron.

—No tengo idea—dije apretando mis ojos soltando un largo suspiro, acaricié el cabello azabache de mi amigo, y la suave melena pasaba entre mis dedos. Ojalá hubiera llegado antes.

—Pues suerte que se apareciera antes de que esa cosa matara a alguien—trate de convencerme que Harry estaría bien aunque la verdad me sentía muy inquieta.

—¿Donde estabas?—me interrogó Herms, mire en su dirección.

—Encontré el vagón e iba a comenzar a cambiarme cuando empecé a sentirme extraña, supe que debía estar pasando algo o bueno no, no lo sabía, lo presentía y me preocupe por Harry con eso de lo de....Black—que extraño se sentía decir mi apellido como si en realidad no fuera el mí—. Vine con ustedes......acabo de darme cuenta que olvidé mi mochila, lo que importa ahora es que ese profesor llego y salvo a Harry, no llego a peores la situación—asintieron ambos. Le quite los lentes y se los di a Herms para guardar.
Permanecimos en silencio esperando con el continuo sonido de la lluvia del otro lado de la ventana, ya que no había nada más que decir.