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Engreído, cerdo, idiota, manipulador, detestable ser humano.

–         ¡Te odio, Pierson!

El me mira con la boca entreabierta mientras sostiene una de mis pinturas totalmente arruinada.

–         Fue un accidente, Lya. – Aly chilla cubriendo a Sean.

–  Aly, nadie desgarra un lienzo con un tijeras por accidente – chillo histérica mirando mi trabajo de dos meses arruinados por manos de un cerdo.

Aly siempre defenderá a su tonto novio.

–         Trabaje dos meses en esa pintura. – susurro con voz queda. – y el, la arruino.

–         Era horrible. – Sean se encoje de hombros. – te hice un favor, los paisajes están pasados de modas. Nunca hubieses ganado esa beca de todos modos. – sonríe levantando la pintura.

–         ¡Le haré un favor al mundo al asesinarte! – tome las mis tijeras con las que arruino mi futuro para arruinar su cara.

Mis intento de asesinato es arruinado cuando Thomas, mi hermano gemelo me toma de la cintura.

–         Te sacare el poco cerebro que tienes y se lo daré de comer a los perros.

–         Lya, tranquila. – Thomas murmura cansado. – si vas a prisión a mama le dará un infarto.

–         Si a tu madre no le dio un infarto al verla nacer, Thomas. – Sean ríe socarrón.  – no creo que le dé a estas alturas. Es madre de ese engendro y aprendió a amarla, definitivamente tú madre tiene un buen corazón.

–         ¡No la provoque, bebe! – Aly toma la mano de Sean. – tiene instintos asesinos.

Lo odio, lo odio, lo odio.

–         Eres un miserable que solo quiere arruinar mi vida. – murmuro con lagrimas en los ojos. – no puedes ser tan malvado, sabías que esa pintura la iba a enviar a Alemania. ¡Es importante para mi!

–         Eso significaría que me importas, Lya. – el me mira con la cabeza ligeramente inclinada. – y tu no me importas. Solo le hice una modificación a esa horrorosa pintura tuya.

–         ¡Ya basta, Sean! – Thomas dice en un gruñido. – solo discúlpate. Estás siento realmente cruel con Lya.

–         Lo siento, pequeña idiota. – Sean dice sin ninguna expresión. – procuraré no ver tus horribles pinturas, Lya realmente no tienes ni una pista de talento.

El se da media vuelta perdiéndose en el pasillo de la casa seguido por Aly, mi tonta hermana.

–         Era la pintura que iba a enviar a Alemania. – muerdo mi labio al verla. – quiero esa beca, Thomas.

–         No entiendo por que quieres irte lejos a estudiar. – Thoma me mira con el ceño fruncido. – Necesito que te lleves mejor con Sean.

–         Ese simio idiota, quiere arruinar mi futuro ¡esta celoso! Él no tiene ningún talento sólo arruinar las cosas y ser un idiota ¡sólo conmigo!

–         El solo es así contigo, Lya. –Thomas gruñe. – por que tú también eres así con el.

–         El sabia que esa pintura era importante para mi beca. – susurro herida. – lo hizo apropósito. Además nunca me a caído bien, el fue el que se empeñó en estar a nuestro al rededor desde los doce años y ahora es novio de Aly.

Tomo asiento en el sofá escondiendo mi cara entre mis manos, Thomas rodea mi cuello con su brazo.

–         Encontraras otra cosa que enviar, hermanita. Eres la mejor artista de dieciséis años del mundo, pintas antes de dejar los pañales ¡irás a Alemania!

–         Calla. – susurro con una media sonrisa. – tu no quieres que vaya a Alemania.

–         No, no quiero. – él sonríe a medias siendo completamente sincero. – eres mi gemela no veo por qué quieres alejarte de mí, pero quiero que seas feliz y si tengo que ir a patear traseros alemanes, lo hare por ti.

–         ¿Puedes hacer eso con Sean? ¿Patear su horrible trasero?

–         Sean me cae bien. – el ríe besando mi cabello. – solo le gusta verte enojada.

Posiblemente tengo al mejor hermano del mundo. Thomas es mi mejor amigo y confidente, no podría vivir sin él.

–         Sean es un idiota.

–         Y posiblemente se case con Aly, así que acostúmbrate. Serás la dama de honor de una boda rosa y cursi.

–         Ese día me lanzare al metro. – me levanto del sofá. – por que tal vez no me vaya a Alemania ¡Te imaginas! ¡Traerán al mundo minis Sean molestos! ¡Cuidar minis versiones de Sean y Aly que harán de mis días una pesadilla!

–         ¡Seré tío!

–         Y yo cadáver

Dejo a Thomas en la sala de estar y tomo rumbo a mi habitación. La puerta de mi habitación esta entre abierta y para mi sorpresa Sean esta allí mirando una de mis fotografías de la niñez.

–         ¿Vienes a romper mis cosas? ¿No te fue suficiente con la pintura?

El me mira con el ceño fruncido mientras muerde su labio fuerte.

–         Vete de aquí, Simio. – señaló la puerta de mi habitación – creo que vi suficiente de tu asquerosa cara por el día de hoy.

–         Yo quiero... – despeina sus rizos y suspira fuerte. – Tonta yo realmente quiera disculparme.

–         ¡No quiero tus disculpa!

–         ¡Lo siento, pequeña! – susurra con frustración. – de verdad me propasé, fui cruel y no...

–         Arruinas mi pintura. – lo miro con odio. – la que iba a enviar a Alemania. Jugaste con mi futuro. No se si tendré tiempo de enviar otra pintura.

–         Lo sé.

–         Quizás no me vaya a Alemania y todo por tu culpa.

–         Eso también lo sé. – él sonríe con alegría. – no te irás de aquí.

Golpeo fuerte su pecho al verle feliz por todo esto, el solo ríe y termina tomando mis manos.

–         Eres una tonta. – murmura y termina besando mi mejilla. – una pequeña tonta con un pincel.

–         ¡Asco! – limpio mi mejilla – no me beses, Simio.

–         Si, cierto. – el hace una mueca. – te bese que asco.

Es un simio idiota y sobre todo bipolar.

Te odio, Mendes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora