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El simio a estado ignorándome por días, no es como si me importara, pero vamos parece estar mas interesando en el mismo Nate que dirigirme una mirada.

– Entonces planeo ir a esa universidad en Colorado. – Aly dice con cierta emoción. – Le dije a Sean que se postulara, pero no le interesa en lo más mínimo.

– Tengo otros planes. – Sean limpia sus labios con una servilleta.

Siempre ame McDonald, pero este día en especial lo detesto.

– Me encanta esto de estar todos aquí comiendo en sana armonía.

Thomas debería bajarle dos al sarcasmo.

– Solo vine por Lya. – Nate besa mi mejilla hasta la comisura de mis labios.

– Deberían dejar atrás lo del partido. – Aly toca un tema fuerte para todos.

– ¿Por qué mierda me golpeaste?

–Odio tu existencia, Green.

–Sabes Sean. – Nash lo mira rara. – éramos amigos hasta hace pocos meses.

–Comencé a odiarte.

–Somos como el grupo perfecto. – Thomas sorbe de su bebida interesado en la pelea.

Miro incomoda hacia la ventana del establecimiento.

–Solo quedan pocos meses juntos.

Aly suspira mirándonos a cada uno con suplica.

–Yo me iré a Venezuela, Aly a Colorada, Sean se ira a ver sus asuntos. – Thomas hace comilla con los dedos. – Y tu hermanita te iras a Alemania. Nate es infiltrado.

– Deja a Nate en paz. – murmuro interviniendo en la conversación.

– Con suerte tu avión rumbo a Alemania se estrellará.

Bueno, por lo menos me dirigió la palabra.

– Gracias. – le doy una dulce sonrisa y el me mira como si estuviera loca.

Thomas sorbe exageradamente de la bebida generando un molesto ruido mirándonos con interés.

– ¡Niños!

Sean y yo nos atragantamos con la comida al ver a la rubia mujer frente a nosotros, su madre.

– ¡Que lindos! – Kelly chilla jalando a un hombre idéntico a Sean de la mano. – Mira Eddy ella es la novia de nuestro bebé.

Ella me señala sonriente, mi mirada va a Sean quien esta rojo mirando su hamburguesa como si fuera lo mejor del mundo, pero la mejor reacción fue la de Thomas quien derramo la gaseosa y teniendo que salir del local para reír.

– Señora Pierson. – le doy una sonrisa titubeante. – ¿Cómo esta?

– Bien, cariño. – ella sonríe a sus anchas. – ¿Cuándo vas a cenar a la casa? Sean no te ha vuelto a llevar. Le hizo serenata, Eddy ¡Que tierno!

¡Ay chamo! Se me salió lo caraqueña.

Soy yo o escuche la risa de Thomas desde aquí.

– Mama. – Sean susurra incómodo.

Claramente su novia está a su lado mirando todo sin expresión.

– Kelly, lo avergüenzas. – el padre de Sean nos sonríe.

– Disculpe señora. – Aly se levanta y le ofrece la mano a Kelly. – pero la novia de Sean soy yo desde hace un año.

Kelly la mira realmente apenada y le da una sonrisa titubeante.

– Oh, lo siento. – la mujer mira a Sean buscando respuesta y este solo le asiente. – como el fue con Lya a casa y siempre esta...

El padre de Sean cubre la boca de su esposa con su palma.

– Ya cariño.

No quiero ni mirar a Aly, ella se vuelve a sentar resignada en su silla.

– Nos vemos en casa, bebe. – Kelly murmura mirando a Sean. – espero que vaya a cenar Lya.

Ellos se alejan dejando un claro silencio de incomodidad entre los cuatro o cinco hasta que Thomas vuelve con una nueva gaseosa y una sonrisa tonta.

– Entonces...

– Me acaban de humillar. – Aly estalla. – nunca quisiste llevarme a tu casa, Sean, pero la llevas a ella.

– Aly. – Sean me mira unos segundos antes de enterrar su cara entre sus manos.

– ¿Serenata? Ni sabia que tocabas la guitarra o cantaras.

– Aly. – la llamo con temor.

Tu no me hables.

No sabe lo que paso.

Aly sale del McDonald hecha una furia seguida de Nate quien ni me mira al levantarse. Sean levanta la vista para revelar unos ojos cristalizados y una nariz roja, va a llorar.

– Pierson. – le llamo. – solo tienes que explicarle las cosas

– No quiero explicarles nada, hermosa. – sorbe su nariz. – no quiero seguir con esto.

Te odio, Mendes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora