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Hockey.
Un montón de chicos tontos patinando sobre el hielo tras un tonto disco negro, deporte tonto para personas tontas como Sean.
– Rezo todas las noches para que caigas contra el hielo y te rompas los dientes.
– Gracias, Lya. – Sean bufa dándome un leve empujón.
– Le apostare al equipo contrario. – le devuelvo el empujón y él sonríe.
– ¡Que linda!
– Odio el Hockey.
– Y yo soy el capitán del equipo.
Ambos nos damos pequeños empujones, soltamos pequeñas risas mientras nos encaminamos a la cafetería.
– ¡Lya! – Nate nos hace seña desde una mesa.
– ¡Genial! – gruñe.
– ¿Qué pasa, Pierson? – sigo con nuestro juego empujándolo, pero el gruñe y me deja parada ahí.
Me encojo de hombros mientras camino hasta donde esta Nate y mis hermanos.
– ¡Lya, te tengo una noticia! – Green chilla. – Soy el nuevo portero del equipo de Hockey.
– ¿QUE? – Sean grita con la cara roja.
¿De donde salió?
– El entrenador echo a Andy del equipo. – Nate le da una pequeña sonrisa.
– Eso es increíble.
– ¡Odias el Hockey!
– ¡Claro que no! No le hagas caso, Nate.
– ¿Iras a mi partido esta noche?
– Iré a apoyarte. – me inclino para besar su mejilla.
Sean golpea la mesa con su palma haciéndonos saltar.
– Tu nunca vas a mis partidos. – gruñe. – eres una hipócrita.
Thomas mira a Sean con una ceja alzada.
– ¿No crees que estas dramatizando?
– Solo yo....
Pierson se da media vuelta saliendo de allí sin mirar atrás.
– Controla a tu novio, Aly. – Thomas hace una extraña seña.
(...)
Los chicos estaban reunidos a un lado de la pista hablando con el entrenador mientras mis hermanos y yo charlábamos en la primera fila.
– Creo que ganaran. – Aly chilla mirando a Sean. – mi novio es el mejor.
– Yo no se como funciona esto. – murmuro mirando la cancha.
– Disco, palos, patines y gol. – tomas señala la cancha con una sonrisa burlona. – y cada una tiene un novio en la cancha para celebrar la victoria.
– Nate no es mi novio.
– Nash es tu cosa.
– Es el que tal.
Mis hermanos estallan en risas al igual que yo, pero callamos al ver a Nate y Shawn acercase patinando a nuestros lugares.
– Dame suerte, Lya. – Nate me llama y me acerco con las piernas temblorosas.
Me atrapa entre sus brazos y para mi sorpresa atrapa mis labios en un beso dulce y tosco.
– Gana. – chillo sonrojada.
Este me deja libre, camino a mi asiento como si me encontrara en las nubes o en un lugar mejor.
– Creo que amo el Hockey.
– Amas al portero.
Sean golpea el vidrio frente a nosotros y nos mira o me mira con una cara de pocos amigos.
– Alguien está de mal humor.
– Aly deberías bajarle los humos.
El partido comienza, era increíble verlos patinar y bastante emocionante verlos anotar. Nate hacia un buen trabajo como portero a mi parecer, pero Shawn no creía lo mismo, le gritaba y empujaba cada vez que se le presentaba la oportunidad.
– ¡Mierda! – Aly chilla.
Sean empujo a Nate contra el hielo sacando su casco, estaba sobre golpeando una y otra vez su nariz.
– ¡Pierson suéltalo! – grito golpeando el vidrio.
– Se volvió loco. – Thomas chilla llamando a los chicos del equipo. – sepárenlos.
– ¡Sean Pierson!. – chillo al ver sangre en la cara de Nash.
Los chicos del equipo contrario quitan a Sean de un empujon y ayudan a poner a Nash de pie, el pobre se tambalea y estos los ayudan a llegar a nosotros.
– ¡Ese animal!
– Creo que me voy a desmayar. – Nate murmura sentándose a mi lado.
La enfermera llega corriendo, la anciana comienza a curar los golpea. La ira llega a mi organismo cuando veo a Shawn sonríe mientras el entrenador le grita. Camino furiosa hasta el y me mira burlo.
– ¿Vienes a tomar venganza, pequeña idiota?
– Eres un... – estampo mi palma contra su mejilla y este solo sonríe a sus anchas.
