15

6K 642 162
                                    

           

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

           

Nate toma mis caderas con fuerza trazando círculos imaginarios allí con sus pulgares, sus besos son con necesidad y desespero.

– Nate. – murmuro con la respiración agitada cuando este hunde su cara en mi cuello. – no estamos solos en casa.

– Calla, Lya.

El se encargaba de repartir besos húmedos por todo mi cuello y clavícula, enterré mis dedos en su cabello mordiendo mi labio para no soltar ningún sonido.

– ¡Lya! – la voz nasal de Aly nos interrumpe.

El invierno se acercaba y con una Aly enferma como cada año. Una Aly en un viejo suéter enorme, algo desaliñada y con la nariz notablemente roja nos veía avergonzada.

– Lamentamos arruinar tus actos sexuales indebidos, Lya. – Sean medio gruñe medio dice con lo brazos cruzados. – estas profanando el sofá.

– Lo lamento, hermanita. – Aly mira a Shawn unos segundos claramente enfadad. – podrías ir con Shawn en busca de medicinas.

– Acaso Shawn no puede ir solo. – Nash interviene en la conversación.

– Acaso quieres que parta de nuevo tu nariz, Grier.

– No me tientes, Mendes. – Nash hace un ademan para levantarse del sillón, pero termino jalándolo de vuelta.

–Solo iré con Shawn. – le susurro al oído. – espérame aquí.

Aly me hace entrega del dinero y una enorme lista de píldoras, salgo de la casa sin siquiera fijarme si Shawn está detrás de mí. El frio me hace abrazarme a mi misma, pero no me devolveré a por un suéter. Shawn camina a mi par en silencio, mirando al suelo con la mandíbula tensa.

– ¿Algún problema? – murmuro mirándole y él ni siquiera parece escucharme.

– El te gusta. – dice mirando al frente con el ceño fruncido.

– Si, así funcionan las cosas.

Shawn me mira unos cuantos segundos y termina suspirando.

– ¿Tienes frio? Estas en Canadá, idiota. – el gruñe. – en invierno llevas suéter.

– Eso no es tu asunto.

– Muere de frio, Lya.

– Creo que, si muero, eso a ti te importara poco.

Comienzo por caminar con una velocidad mayor dejando al idiota atrás.

– Espera, hermosa. – toma mi muñeca jalando de mí.

– Vamos a la farmacia, Shawn.

El se a quitado el suéter rosa que llevaba, quedando solo con una fina camisa blanca.

– No quiero que mueras. – me lanza la prenda a la cara. – no tendría a quien molestar.

Lo miro con los ojos entrecerrado, pero termina aceptando el suéter que me queda gigante por obvias razones.

– Esa definitivamente es tu talla.

– Callate.

El pasa su brazo por mis hombros besa mi sien riendo y terminamos caminando de esa manera.

– Entonces. – alarga sus palabras. – él es tu novio.

–Uh, el no me ha pedido eso, aún.

–Nadie quiere ser tu novio, Lya.

–Terminare vieja, sola y con veinte gatos.

–Tu miserable futuro.

Comienzo por jugar con su mano, la cual cuelga de mi hombro.

–¿Me tengo que preocupar? – el me mira divertido. – ya sabes por eso de que no me lo haya propuesto.

–Por que quieres ser su novia. – Shawn ríe. – le sangra la nariz fácil.

– ¡Simio! – chillo indignada. – ¿Cómo se lo pediste a Aly?

– Yo nunca se lo pedí a tu hermana. – Shawn sonríe de medio lado. – ella me lo pido a mi. Aly me beso y luego me pedio salir.

– ¿Pero ella te gusta?

– Uh.

– ¿Lo que quieres decir es que se lo pida yo?

– ¡No! – jadea tomando de los hombros. – el no es bueno para ti.

– ¿Y quién sí?

Shawn me mira intensamente, puedo jurar que su mirada se vuelve mas oscura y su sonrisa es extraña. Mi cuerpo se pone en alerta cuando este comienza a acercarse notablemente y termino cerrando los ojos con fuerza.

– Mi tonta. – su aliento choca con mis labios, pero este termina besando mi nariz. – vamos por las medicinas.

– Medicinas. – balbuceo.

– Eh, Lya. – Shawn me mira con una sonrisa. – si el vuelve a tocarte de esa manera yyo estoy presente, le partiré la nariz

Te odio, Mendes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora