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¡Perfecto!

Miro con admiración mi cuadro a medio pintar, es un paisaje de naturaleza muerta. La pintura y el dibujo me relajan y puedo escapar por un momento de mi día a día cuando me encuentro frente al lienzo. Del caos de la vida en casa con dos hermano y un tonto cuñado.

–         ¿Qué haces, pequeña idiota?

Pero no puedo escapar lo suficiente.

–         Pinto un bosque para que te pierdas en él, Simio. – le doy una falsa sonrisa y el me mira de arriba a bajo con una sonrisa burlona.

–         Estas llena de pintura y tu ropa es un desastre. – el ríe mirando mi cuadro. – Uh, más paisajes muertos como tú vida amorosa.

–         Seguramente me veo hermosa llena de pintura. – sonrió con autosuficiencia. – no necesito visa amoroso, Sean ¡el amor solo nos hace idiotas! Bueno realmente no sé qué sea lo que te hace idiota a ti y no logro descifrarlo, tal vez los rulos esos te estén afectando el cerebro.

–         Te ves horrible con una mancha verde en tu nariz. – ladea la cabeza. – envidias mi cabello, ya que el tuyo es horroro, bruja recién levantada.

Miro mi reflejo en la pantalla de mi celular rápidamente, pero no tengo ninguna mancha pintura verde.

–         Simio mentiroso.

–         Si la tienes. – Sean embarra sus dedos en la pintura y los pasa por mi cara. – Lya Hulk

–         ¡Idiota!

Sean saca su celular apuntado este a mi dirección.

–         Di queso, pequeña. – el flash pega en mi cara y el solo puede reír sin parar. – esto irá a las redes, Lya como el monstruo verde.

Tomo uno de los botes enteros de pintura roja y sonrió con malicia.

–         Te convertiré en un tomate, maldito simio.

–         ¡Lya! – mi madre arrebatándome la pintura de las manos. – no molestes a Shawn.

¿Y esta señora de donde salió? ¡ironías de la vida! Mi propia madre está con el simio.

–         Sean es malo conmigo, mama. – murmuro con un leve puchero en español. — solo lo estaba asustando.

¿Les dije que somos latinos?

–         Sean es el novio de tu hermana y un buen chico. – ella lo mira con orgullo. – solo jugaba contigo, ademas no es muy apropiado que desperdicies tus utensilios de trabajo, Lya.

Sean le sonríe encantador y ella aprieta una de sus mejillas.

–         ¡Eres un encanto, Sean! – mi madre se va de allí meneando sus caderas. — te haré una rica cena y se comportan niños.

–         Ella me ama. – el me mira ganador despeinando sus estupidos rulos.

Le doy la espalda mientras intento terminar mi cuadro. Solo ignóralo y se irá, solo quiere atención. Es como un cachorro.

–         No me ignores, Lya. – medio grita quitando el pincel de mis manos.

–         No me molestes, Sean. – doy un pisotón la suelo arrebatándole mi pincel.

–         Bueno. – el susurra a mi odio posicionándose detrás de mí. – no te diré quien a estado preguntando por ti. Me guardare el secreto por que soy un simio idiota.

Volteo mirándolo con desconfianza, el me mira sonriente.

–         ¿Quién? – arqueó una ceja mirándolo impaciente.

–         No lo sé. –  mira hacia cielo unos segundos antes de mirarme a los ojos. – me acabas de amenazar con pintura roja.

–         Ya, Sean. – me quejo. – dime.

–         El idiota de Green.– rueda los ojos. – pero le dije que podía tener algo mejor. Te imaginas tonta ¡Tú y Green!

Jesús, María y José. Los milagros si existen ¡Gracias al barbudo de arriba por esta oportunidad!

¡Nate Green! ¡MI CRUSH!

–         ¡Eso es increíble! – suelto un pequeño grito. – Gracias por decirme, Sean.

–         ¿No entiendo por qué tanta emoción? – me mira con los ojos entrecerrados.

–         Nate es tan guapo. – tomó el cuello de su camisa jalándolo hacia mi. – es mi maldito crush desde la primaria , Sean.

–         ¡Yo soy más guapo!

Hago un extraño baile de la victoria antes de correr hasta la habitación de Thomas.

–         Thomas. – chillo saltando sobre su cama. – Thomas Antonio Sánchez adivina adivinador

–         Lya. – chilla de la misma manera y comienza a saltar junto a mí. – ¿nos ganamos la lotería?

–         ¡Nate Green pregunto por mí!

–         ¡Tonta! – Thomas nos hace caer en la cama. – todo por un chico. Ven a decirme cosas importante la próxima vez.

–         Es mi crush. – jadeó – es de vida o muerte. Posiblemente le guste y nos casaremos.

–         ¿Por qué tienes la cara verde?

–         El estúpido de Sean. – ruedo los ojos – no en cambie el tema, Thomas.

Thomas suelta una leve risa antes de empujarme fuera de la cama.

–         Llenas mi cama de pintura. – el ríe al verme quejarme. – Dios, te tendré que mantener si quieres realmente ser artista.

–         ¡Gemelos! ¡Thomas pagara mis cuentas! – gritó riendo – tendrá que velar por mi hasta mi muerte.

La puerta se abre de pronto y ambos nos fijamos de la presencia de Sean en la habitación.

–         ¿En serio te gusta Green? – dice incrédulo.

–         Es muy obvio que le gusta, Sean. – Thomas ríe. – ella babea por él. Casi muere de un infarto cuando él la saludó la semana pasada.

Sean murmura algo que no logramos entender para salir de la habitación con el ceño fruncido.

–         ¿Qué le paso? – sacó le lengua en señal de saco hacia Sean.

–         No lo sé, pero no me importa. – chillo con una sonrisa de felicidad. – Seré la señora Green.

–         Definitivamente eres una demente, hermanita.

¡Este día no podría ponerse mejor!

Te odio, Mendes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora