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Golpeaba la hoja en blanco con mi lápiz una y otra vez, miraba el panorama buscando algo que llamara mi atención y plasmarlo en el papel.
– Tienes que verla, bebe. – Sean ríe a carcajadas mientras habla con Aly.
Lo miro detalladamente y mis ojos se quedan fijos en su sonrisa, es linda.
Lo miro unos segundos antes de comenzar a trazar líneas sobre la hoja en blanco, me lleva mas o menos una hora, pero al finalizar tenia un retrato de Sean riendo.
¡¿Tengo un retrato de Sean?!
Levanto mi vista unos segundos para encontrarme al verdadero Sean mirándome son una leve sonrisa.
¿Me pregunto por que siempre tiene ese sonrojo en las mejillas?
Mi mirada se clava nuevamente sobre el retrato y rápidamente lo oculto bajo otros dibujos.
– ¿Qué dibujaste? – la voz de Aly me hace saltar.
– Solo era un garabato.
– ¿Una hora en un garabato?
– Aly, dibuje porno gay y no lo quieres ver. – me levanto apresuradamente.
Ella me mira unos segundos antes de encogerse de hombros.
– ¡Lya! – Thomas chilla al verme pasar por su habitación. – Hoy es tu cita.
¡Mi cita!
– Lo olvide.
– ¡Que lindo! – Thomas aplaude divertido. – donde tienes la cabeza.
– Me distraje dibujando.
¿A Sean?
– Ve a vestirte, idiota.
– Si, claro. – murmuro con mi cabeza en otro lugar.
Al entrar a mi habitación miro el vestido que Aly escogió para mi sobre la cama junto a los zapatos y caigo en cuenta que saldré con Nate.
Creo que me dará asma.
Miro la hora en mi teléfono tengo exactamente veinte minutos para arreglarme antes de que Nate pase por mí.
Tomo las cosas apresuradamente y corro al cuarto de baño, para mi impresión tomo una ducha rápida, arreglándome en tiempo récord digno de un premio.
Miro sonriente mi reflejo
Salgo del baño y camino apresuradamente por el pasillo tropezando a ultima instancia, pero soy atrapada por alguien antes de que mi cara golpee el piso.
– Cuidado, idiota. – Sean murmura sonriente, pero rápidamente se calla al verme.
Y aquí viene su comentario hiriente.
– Lya. – susurro acariciando mi mejilla.
¡Este chico está enfermo!
– Permiso, Sean.– intento quitarlo, pero el me tiene agarrada de la cintura. – vienen por mí.
– ¿Quién? – dice con su ceño ligeramente fruncido, se ve gracioso. – ¿De qué te ríes?
– De nada. – doy dos palmaditas en su pecho. –saldré con Nate.
– ¡¿Vestida así?!
– ¿Me veo mal? – chillo con pánico.
– Ho-horrible, ve y quítate ese vestido. – el balbuce poco convencido.
Doy unos pasos lejos de el y lo miro despeinar su cabello.
– Deberías quitártelo. – el aconseja con una sonrisa nerviosa. – ¿Qué tal un parte de tejanos y una sudadera?
– ¿Desde cuando das consejos de moda, Sean? – Thom murmura con diversión. – te ves increíblemente hermosa.
– ¡Gracias! – abrazo a mi hermano.
El timbré suena trayendo con si mi nerviosismo, bajo casi tan rápido como mis piernas me lo permiten con los pasos de Sean y Thomas tras de mí.
– Llego tu príncipe. – mi madre murmura sonriéndole a Nate, el cual se sonroja casi de inmediato.
– Te ves hermosa. – toma mi mano. – realmente preciosa.
– No concuerdo con eso. – Shawn gruñe recibiendo un zape de Thomas.
– Diviértanse, chicos.
Ambos asentimos dispuestos a salir, pero la voz de Sean nos detiene.
– No abran reglas. – mira mi madre. – como a que hora debe traerla o algo así.
– ¡Déjalos ser!– mi madre susurra risueña.
– Digo, usted lo hace conmigo y Aly.
– Antes de las once, Nate.– mi madre nos guiñe un ojos y Sean gruñe como el animal que es.
