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Lo necesitaba.

Sean se había ido las ultimas dos semanas a New York haciéndome extrañarlo como una demente.

– Deberías quitarte ese suéter. – Thomas arruga la nariz. – ¿Qué te hizo? ¿Algún tipo de hechizo? ¿Un amarre?

– Lo extraño.

– Estas usando ese suéter desde hace dos semanas.

– Es de él.

– Pero que cursi. – Thomas ríe abrazándome. – ¿le dijiste?

– No.

Thomas rueda los ojos antes de mirar al cielo unos segundos.

– Es una decisión difícil. – murmuro. – es tu mayor sueño ¿lo dejarías por Sean? ¿Vale la pena el amor?

Thomas me mira en silencio.

– Las cosas están pasando demasiado rápido entre los dos.

– ¿Cómo es estar con él?

– Es como estar en un sueño. – sonrió. – es increíble.

– La Lya de hace un año nunca diría eso.

Thomas me estrecha entre sus brazos mientras miramos salir a todos del instituto.

– En unos meses estarán en continentes diferente. – Thomas suspira – si él te ama te apoyará como tú lo apoyas a él.

– Hola, cosa uno y cosa dos – Aly sonríe tomada de la mano de un rubio. – ¿Conocen a Toby?

– ¿Hola Toddy digo Toby? – Thomas alarma su mano sonriente y este chico la toma.

– Un gusto.

– Estos son los gemelos misterio y mis hermanitos.

– Lya. – le saludo con una pequeña sonrisa.

– Iremos a la misma universidad.

Ellos se sonríen y Thomas no puedo evitar hacerles burlas.

– Necesito una novia.

– Nadie te aguantaría.

– Tú me aguantas.

– Te aguanto desde el útero.

– ¿Cómo esta Sean, Lya?

Thomas y yo casi nos atragantamos con nuestra saliva al escuchar a Aly.

– Apocalipsis. – Thomas chilla usándome como escudo.

– ¿Cómo?

– Usas su suéter desde hace dos semanas. – Aly toma la tela entre sus dedos. – escuche su voz el otro día en tu habitación.

Te odio, Mendes (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora