Capítulo 73. Entrando en dulce confianza.

121 11 21
                                    

   La tarde era agradablemente calurosa y una leve brisa de primavera envolvía a "Little Wonder". Alin soñaba con los párpados cerrados, pero, despierta, bajo la sombra de un árbol próximo a la casa. Sobre su falda rosa, un libro, y sobre este, descansaban sus delicadas manos. Apenas podía creer que, ya Gontran era su novio oficial ante todo el reino y todo el Underground. Luego de que Jareth les dio la bendición más seriamente, tras todas esas chiquilinadas que hizo junto a Conrad. A Gontran le habían dado un cuarto para que se duchara y se cambiara de ropa, a ella le parecía que, tanto con ropa de guerrero, como de noble, se veía muy guapo. De repente, abrió sus ojos azorada al sentir unos labios que acariciaron los suyos. Al ver aquella mirada parda, su corazón latió con fuerza, no esperaba verlo allí.

   —¡Gontran...! —Se abrazó a su cuello con fervor—. ¡Te extrañé!

   —¡Puedo verlo! —Él rió viéndola con profundo afecto —. Tu padre me dijo que estabas aquí y, me dio permiso de venir sin tu chaperón, el cual, claro, estaba molesto porque no pudo saltarse su clase con Sir Medardo. —La joven se divirtió de la suerte de su hermano, podía imaginárselo haciendo morros y poniéndose fastidioso, cual niño.

   —No sería extraño que se escapara de algún modo.

   —No, no sería nada extraño. —Se sentó junto a ella y la abrazó—. Me he tomado el atrevimiento de venir sin aviso para ultimar detalles de nuestra boda. 

   —No importan los motivos, siempre es bueno verte, mi Gontran. —Dejó caer su cabeza sobre el masculino pecho. 

   —Mi chica búho... —rió suavemente por lo bajo— es de día, soy un águila; no me tientes a querer probar tu pico más de lo debido y permitido. 

   —¡Gontran! —se escandalizó y sonrojó, pues, hubo ocasiones en que, él pudo darle unos besos más apasionados y sensuales que los que el "protocolo" autorizaba.  Él se divirtió por ello y, muchas veces, fue golpeado por una vara, tal como cierto muchachito había jurado que haría, pero, cada uno de ellos valía la pena.

   —No pediré disculpas por ello. Son mis medallas por tu amor —añadió—. Pero, bueno, vamos a lo nuestro antes de que venga tu hermano a interrumpir... Ya le he extendido la invitación a mi tío y mis primos y vendrán todos, menos mi tío.

   —¿No vendrá? —Ella se desilusionó un poco, pues, sabía que Gontran lo consideraba tanto como a un padre.

  —No. Es que tiene un serio asunto que tratar con otro reino y ya estaba planificado previo a que nos conociéramos... Y como será una ceremonia familiar más que nada, pues, no puede excusarse frente al otro monarca y menos ausentarse, ya que, el otro soberano lo tomaría a mal. 

   —Entiendo... ¿Vendrá la novia de tu primo Devis?

   —Sí, claro. Son inseparables ahora. Y también vendrá Liroye. Dijo que si quieres, él puede colaborar con tu peinado y maquillaje. 

   —¡Ay, es muy amable de su parte! Pero... —se sonrojó— me daría mucha pena que otro hombre estuviera tocando mi rostro y cabello... 

   —¡Pero, es Liroye! —él le recordó—. Ya sabes que a él no le llaman las mujeres, ¿no? 

   —¡Sí, sí, lo sé! ¡Pero, no puedo evitarlo! —Cubrió sus mejillas con ambas manos—. ¡No deja de ser un hombre para mí! —Gontran la observó con cariño. Se le hacía tan tierna cuando se abochornaba. Esperaba que no fuera un problema la noche nupcial.

   —De acuerdo, de acuerdo... Solo tenlo en cuenta, por si acaso. Él adora ese tipo de cosas y es muy bueno en todo eso del buen gusto y demás. Mi tío siempre le consulta a él cuando debe enviar un regalo y cosas por el estilo. 

Entre un águila de montaña y un búho de granero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora