Intercambio Estudiantil [Justin Bieber y tu]

Capítulo 44 - último

Último capítulo 44.

Odio que la escuela sea hasta tan tarde, y lo peor es que las horas pasan lentísimas. Solo faltan cinco minutos para salir y estoy rogando a que el minutero se adelante lo suficiente.

Se podría decir que el profesor de Historia es de esos que en medio de una explicación ‘resumida’ mete ejemplos o solo saca el tema de su propia vida y eso A-B-U-R-R-E, a quien le importa que su gato se llame igual que el príncipe de España del año de su abuela.

Profe: Bien chicos la clase termino por hoy. Pueden irse

¡Al fin! Pesqué mi bolso, ya listo de hace media hora, y fui una de las primeras en salir de la sala. Avancé al quiosco, y me senté en donde Justin dijo que lo esperara. No habrán pasado más de dos minutos y siento unas manos en mis ojos obstruyéndome la vista.

X: ¿Quién soy? –dijo esa voz que me encantaba escuchar

Tu: Justin ya no juegues más sé que eres tú.

Justin: Mm… definitivamente debí poner otra voz –dijo y se puso frente a mí para darme un besito.

 Tu: si, pero ya no lo hiciste –le saqué la lengua

Justin: ey, alguien anda de malas

Tu: lo siento… me tocó historia y sabes lo aburrido que es con ese profesor.

Justin: si, lo sé. Odio los martes

Tu: si, yo igual. Sobre todo porque salimos a las 4:30

Justin: es lo peor

Tu: Bien… vamos tengo hambre

Caminamos, en silencio y tomados de las manos, hacia el estacionamiento. Justin abrió la puerta del asiento del copiloto y dando las ‘gracias’ entré en él, me acomodé mejor y me puse el cinturón de seguridad al mismo tiempo que Justin subía al auto.

Justin: ¿quieres ir a casa o vamos a McDonald’s?

Tu: Mmm… me parece tu idea Justino, pero vamos a casa, ¿te parece que vayamos otro día al McDonald’s?

Justin: Como tú digas, princesa. Yo solo cumplo tus órdenes.

Tu: me encantas –dije y lo miré. Él sonrió triunfalmente

Justin: lo sé –me guiñó el ojo

Tu: engreído –crucé mis brazos bajo mi pecho.

Justin: no te enojes, enojona. Tú también me encantas

Tu: lo sé –dije, reí para pasarle mi mano por su pelo, haciendo que se desordenara.

Justin: no hagas eso, vengadora.

Tu: me gusta cómo te queda el pelo desordenado. Te ves… sexy

Justin: ¿sabes? Me lo dejaré así para siempre.

Tu: no, no, no. Te ves horrible así iu no me gusta para nada

Justin: eso fue cruel –hizo pucherito

Tu: lo siento, sabes que bromeaba.

Justin: está bien… -suspiró.

Llegamos a casa, entramos y calenté el almuerzo. Mientras se calentaba subí a dejar mi bolso y mi celular. Una vez que ya estaba listo serví comida para Justin y para mí ya que Pattie, como dijo hoy, salió.

Al terminar de comer, lavé la loza  con ayuda de Justin.

Justin: ey ____ -me llamó. Lo miré –tienes una mancha ahí.