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Seattle.

El gimoteo de Ana me trae de mi sueño y rápidamente la despierto.

—Ey, nena. ¿Que pasa, cielo?—parpadea rápidamente enfocándose. Tiene los ojos muy abiertos y asustados.
Ay, nena.
—Ven.—la acurruco en mi pecho y le beso la cabeza.—Solo ha sido un mal sueño.—murmuro bajito y le acaricio la cabeza peinando su pelo con mis dedos sabiendo que ese gesto la tranquilizará.
Me acurruco con ella viendo el amanecer desde nuestra cama.
Repaso mentalmente mi agenda para hoy.
Tengo una reunión para la presentación de la fibra y una llamada con un nuevo accionista.

—Nena, ¿quieres comer conmigo?

—He quedado con Andrea para empezar los preparativos de la gala y después tengo que ir con Jason para elegir los bocetos del buque para el jeque. ¿Puedes venir conmigo? Tu gusto para los barcos es magnífico y quiero que quede impresionado.—sonrío.

—Claro que iré. ¿Y no puedes verte antes con Andrea y luego comes conmigo? Tengo una junta a las doce, puedes utilizar mi despacho.—quiero aprovechar todo el tiempo con ella.

—De acuerdo.—deja un suave beso en mi pecho.—Gracias.
Bufo. Que mujer más exasperante.

—Mi amor, la empresa también es tuya, puedes disponer de ella cuando quieras.—noto su sonrisa en mi piel. Le beso la cabeza.

—¿Alguna preferencia para la gala? ¿Tienes algo pensado?

—Confío plenamente en tu buen gusto. Sé que lo harás de maravilla.—levanta su preciosa cara en mi dirección y me inclino para besar sus labios.
Y como siempre pasa, solo es necesario un simple roce para que el deseo estalle en mi interior. Profundizó el beso y me pierdo en ella.

Termino de vestirme.
Elijo mi traje negro de Cavalli. Uno de mis favoritos.

Dejo a Ana en el vestidor secándose el pelo y me dirijo hacia mi estudio

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Dejo a Ana en el vestidor secándose el pelo y me dirijo hacia mi estudio.

Hablo brevemente con Welch y con Jason.
Seguimos sin saber quien entró en casa y destrozó el coche de Ana y quien provocó el incendio en Runway.
Sé que intentan transmitirme tranquilidad pero esto nos tiene a todos bastante nerviosos.
Llamo a Andrea.
Mierda. Es Gia.

—Dime, Chris.—gruño.

—Gia, esa no es manera de contestar al teléfono.

—Sabía que eras tú.—dice con voz melosa.
—Dime. ¿Que puedo hacer por ti?—suspiro con puro disgusto.

—Ponme con Andrea.

—Ella no está...Acaba de llegar.—miro la hora en mi i-Mac. Las 09:30.

—Buenos días, señor Grey. ¿En que puedo ayudarle?—dice Andrea.

—Buenos días, Andrea. ¿Acabas de llegar?—pregunto un poco brusco.

—No, señor. Vengo del departamento de I+D. Barney me ha pedido los informes para la presentación de la fibra.—dice ella también un poco brusca.

Mi gran Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora