Mi gran Amor.

36

—¿Mi qué?—si parezco enfadado es por que lo estoy y desconcertado.—Yo...Yo no tengo novia, Anastasia. Tengo mujer. Y esa eres tú. Jamás te he sido infiel, nena. Solo te amo a ti.—me acerco a ella y la sujeto suavemente de los brazos.

—Pe...pero...La mujer de hoy...la del programa.—tartamudea.
¿Qué mujer?
¿Qué novia?
—Me ha dicho que está embarazada.

—¿Qué?—miro a Luke y éste está igual de desconcertado que yo.—Luke, pide las cámaras de seguridad del hotel y revisa quien coño es esa mujer.—asiente y se va rápidamente.
Será posible.
¿Quien es esa mujer?
Seguimos sin estar a salvo. Me giro y la miro.
—Y  tú, te vienes conmigo. A nuestra habitación.—cojo su mano y tiro de ella hacia dentro.—¿Por eso saliste del hotel?—me mira avergonzada.
Dios mío. Me abalanzo sobre ella y la abrazo.
—Hablaremos arriba.—rodeo su cintura y experimento un gran alivio al ver que ya no me pide marcharse.
—¿Por qué no me lo habías dicho?—le acuso. Sí, la acuso. Casi la pierdo por esto.

—No...no lo sé. Entiéndeme yo...no se nada de ti. No sé que tipo de relación teníamos ni...—pero que...¿Como qué qué clase de relación?
—¿Que tipo de explicación voy a pedirte si no sé que lugar  ocupo en tu vida?.—dice bajando la voz a la misma vez que la mirada.
Se ve tan vulnerable, tan perdida...
La abrazo con fuerza.

—Tú. Eres. Mi vida.—le digo contra su pelo. Ella me rodea el cuello y llora bajito.
Le beso la cabeza una y otra vez.
—Ay, nena. Siento que hayas pasado por todo esto. Te amo.—suspira aliviada y su cuerpo se relaja contra el mío.
Sonrío.
La cojo en brazos y la llevo a la habitación. La tiendo en la cama y yo me acurruco a su lado rodeándola con mis brazos.
Disfruto del momento hasta que siento su respiración pausada y sé que está dormida.
Suspiro agitado.
Vaya día.
Me pongo de pie sin hacer ruido y salgo de la habitación.
Llamo a Kate y le cuento todo lo ocurrido con Ana. También hablo con mi madre y por último con Flynn, quien me da esperanzas. Dice que es muy buena señal que Ana esté recordando, solo hay que darle tiempo.
Yo solo quiero que esté bien, que deje de sufrir con toda esta situación, encontrar su punto medio entre quien ella cree que es y quién es en realidad, lo demás vendrá poco a poco.
Luke sigue buscando el nombre de esa mujer que afirma ser mi novia. En las imágenes de las cámaras se ve como una mujer morena se sienta en la mesa de Ana y mantienen una conversación hasta que la mujer se levanta y se va y entonces Ana sale del hotel.
¿Quien será esa mujer? Apuesto que Dianne está detrás de todo esto.
Me centro en el trabajo y contesto algunos
e-Mail importantes y me doy una ducha. Sigo queriendo llevar a Ana fuera.
Le vendrá bien. Busco un buen italiano cerca del cine y reservo una mesa.
Sonrío cuando la recuerdo lo emocionada que estaba cuando le propuse la idea.
Me visto con unos vaqueros y una camiseta azul marino.
Me siento en la cama junto a ella y la miro dormir.
No sé cuánto rato llevo aquí, simplemente mirándola, cuando abre los ojos y los fija en el techo.

—¿Qué piensa esa preciosa cabecita?—sonríe y gira la cabeza para mirarme.
Adormilada, con el pelo ligeramente revuelto y esa preciosa sonrisa.
—No sabes lo de veces que he soñado que despertabas a mi lado.—me inclino y le beso los labios.
Ella sonríe con timidez y ruborizada.
—Me encanta esa sonrisa.—acaricio su mejilla y ella cierra los ojos.

—He tenido un sueño.—la miro fijamente.
—¿Compraste un ático para mí?—sonrío.
Compraría el mundo para ti.
La envuelvo en mis brazos.

—Sí. Es donde vivimos.—se acurruca en mi pecho.—Te encanta. Dedicaste meses para decorarlo. Es fantástico.—nuestro hogar.

—¿Desde cuando estamos casados?

—El próximo día 13 haremos seis meses. Pedirte matrimonio ha sido  la mejor decisión de mi vida.—siento su sonrisa contra mi piel.

—Cuéntame como nos conocimos.—me pregunta con emoción.
Sonrío.