Vampire Heart... {2Min}

IV

De camino al castillo iba pensando en lo sucedido momentos atrás, el ataque de esa cazadora llamada Odalis y en lo que me hubiera podido pasar si ese vampiro no hubiera aparecido. Ahora sabía que había sido nada más ni nada menos que Choi Minho. Yo sabía demasiado bien quien era él, pero le estaba eternamente agradecido por lo que había hecho por mí y tenía que buscar la mejor manera de agradecérselo adecuadamente, aunque él fuera el mayor enemigo de mi familia. Yo estaba decidido a buscarlo y darle apropiadamente las gracias por salvarme de una muerte segura.

Iba tan sumido en mis pensamientos que ni sentí a la hora en la que llegamos a la puerta principal del castillo.

—Taemin, has venido bastante callado en todo el camino ¿Seguro que estás bien? —Me sobresalté un poco al escuchar a Onew hablarme, por un momento olvidé que él venía conmigo.

—Si, Onew, estoy bien, solo pensaba un poco en lo que pasó con esa cazadora. Y también en ese vampiro que me salvó. —Lo último casi se lo dije en un susurro temiendo un poco por la reacción que tendría mi hermano al saber esa información.

—Tae, si sabes que "ese vampiro" no es nadie ordinario, es Choi Minho, el sucesor al trono del clan Choi, los enemigos de nuestros padres. —Onew parecía un poco cansado e indiferente por lo que decía, cosa que me dejó un poco confundido porque me esperaba cualquier tipo de reacción menos una tan despreocupada como esa.

—Claro que sé quién es él, pero también es el que me salvó la vida, me salvó de morir a manos de una cazadora. La verdad es que me siento en deuda con él. Quiero poder agradecerle de mejor manera lo que hizo por mí.

—Créeme, Tae, también me siento en deuda con él por haberte ayudado, no podría soportar perder a otro hermano, pero no puedes agradecerle como tú quieres, no puedes entablar ningún tipo de conexión o relación con él, eso sería traicionar a tu clan, pero sobre todo a nuestros padres. —Por un momento pude observar el dolor por la pérdida de Taesun en los ojos de Onew, para luego cambiar a una mirada preocupada por lo que yo podría hacer y por la reacción de nuestros padres si se enteraban de lo sucedido.

—Lo sé muy bien, Onew, sé que eso sería traicionar al clan, pero él me salvó, iba a morir y él lo impidió. Algo tengo que hacer para agradecerle. Y no te preocupes que mamá y papá no se enterarán de nada de lo que pasó o de lo que haré. Confía en mí, hyung. —Sabía cómo extorsionar a mi hermano para que me dejara salirme con la mía y esta no era la excepción porque Onew cedió a lo que estaba pidiéndole.

—Está bien, Tae, puedes buscarlo y agradecerle, pero con la condición que me dejes acompañarte, porque al igual que tú, tengo que darle las gracias por salvar a mi hermanito. Y ahora entremos antes que se den cuenta que no estás en tu cuarto, y ya sabes que no debes decir ni una palabra de lo que pasó.

—No te preocupes que de mí no saldrá ni pío. —Le dije mostrándole una sonrisa enorme porque me había salido con la mía una vez más.

Me despedí de Onew y me fui directo a mi cuarto antes que me descubrieran, salté hacia mi balcón y con sumo cuidado destrabé la ventana del marco y entré volviéndola a dejar en su lugar tal y como había hecho horas antes.

Me tiré sobre mi cama mirando al techo demasiado alegre, y la verdad es que no sabía por qué me sentía así. Recordé como Minho me había defendido de la cazadora y sentí algo removerse en mi interior, tan asustado como estaba al principio no me había fijado ni como era o quien era hasta que él se acercó a mí preguntándome si estaba bien. Recordé como había acariciado mi mejilla y llevé automáticamente mi mano hasta ahí recordando su cálido tacto y su mano masculina. 

Tiene unos hermosos ojos color rojo escarlata, casi del mismo tono que los míos, pero su mirada es más penetrante que cualquier otra, como si viera hasta los rincones más profundos de tu alma. Su piel no es tan blanca como la de los demás vampiros, es como si se hubiera bronceado en el sol por unas horas. Tiene el cabello negro con el fleco hacia adelante dándole un tono un poco más refinado en contraste con su porte despreocupado. Es un poco más alto que yo, con un cuerpo musculoso y sus facciones son bastante duras, muy masculinas. Y qué decir de su olor, ese olor fuerte a almizcle y menta que revolucionó mis sentidos al momento de olerlo, de sentirlo entrar por mis fosas nasales.