Había escuchado absolutamente todo lo que Minho le dijo a Onew. Yo le gustaba y se estaba enamorando de mí. No podía creerlo cuando escuché esa confesión de su boca. Sus palabras hicieron que mi corazón comenzara a latir como loco. Sentí una fuerte emoción crecer en mí, pero no podía dar ninguna señal de que estaba despierto porque ellos seguían pensando que seguía desmayado.
También escuché la preocupación que eso les daba a ambos, ya que por "naturaleza" éramos rivales. Nada podía pasar entre nosotros y ese hecho me golpeó como un rayo, haciendo que yo también empezara a preocuparme. Me sentía raro, angustiado y sin pensarlo me comencé a mover en los brazos de Minho haciendo que él inmediatamente notara que ya no estaba inconsciente.
Abrí mis ojos muy despacio, parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz del día que nos rodeaba. Levanté mi vista y para mi sorpresa me encontré con unos hermosos ojos color escarlata que me observaban detenidamente. Minho y yo mantuvimos nuestras miradas conectadas por segundos que parecían eternos. Podía ver tantas cosas en sus ojos: duda, incertidumbre, miedo, ira, odio, soledad, tantas emociones abrumadoras que hacían que mi pecho doliera y mi corazón se encogiera.
En ese momento sentí que algo empezaba a unirse entre los dos, no sabía qué podría ser o si sería algo bueno, pero no me importaba. A lo lejos escuché a alguien aclararse la garganta para llamar nuestra atención. Fue ahí que recordé que no estábamos solos, Onew estaba ahí también. Para ser sincero, cuando estaba con Minho sentía que no existía nada más que él y yo. Todo desaparecía a mi alrededor y francamente eso me asustaba porque jamás había sentido tantas cosas inexplicables, pero agradables hacia una persona que no fuera alguien de mi familia.
Muy a mi pesar aparté la vista de Minho y volteé hacia Onew que nos miraba un poco incómodo, y cómo no iba a estarlo si yo seguía aún recostado en los fuertes brazos de Minho. Por alguna razón comencé a sentir mis mejillas arder y lo más seguro es que toda mi cara estaba roja de la vergüenza. Escuché una pequeña risita salir de Minho, quizás por cómo se encontraba mi cara. Me aparté de él lentamente y me incorporé para quedar sentado a escasos centímetros de él.
—¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor? —Me preguntó Onew acercándose a mí y examinándome cuidadosamente.
—Me siento mejor. Siempre pasa eso cuando me sobreesfuerzo.
—Lo sé. Me preocupaste, Taemin. Sabes muy bien que no debes usar ese don porque no puedes controlarlo y te quita toda la energía. —Onew se escuchaba preocupado y tenía su ceño fruncido al hablarme.
—De verdad lo siento por preocuparte, hyung. No fui consciente de cuando lo utilicé, solo quise protegernos a Minho y a mí y creé la barrera. —Le contesté un poco apenado ya que sabía muy bien que mi hermano se preocupaba demasiado por mi bienestar.
—¿Seguro que estás bien? Te ves pálido, Taemin. —Minho había estado callado hasta el momento y me observaba muy seriamente.
—De verdad estoy bien. Un poco cansado, pero se me pasará.
Nuevamente nos quedamos viendo a los ojos. Necesitaba hablar con él, pero no podía hacerlo estando Onew ahí, tenía que pedirle que nos dejara a solas por un rato sin que Minho escuchara mi petición. Lo bueno es que Onew y yo podíamos comunicarnos mentalmente por ser hermanos, así que utilicé nuestro vínculo para comunicarle lo que quería.
—"Hyung, necesito que me dejes a solas con Minho. Tengo que hablar con él. Por favor".
De reojo vi que Onew se sobresaltó un poco. De seguro no planeaba escucharme en su mente en ese preciso momento y mucho menos pidiéndole semejante cosa.
—"Taemin ¿Qué estás planeando? No pretendes que en serio los deje solos. No está bien y lo sabes". —Me respondió de igual forma a través de nuestra mente.

ESTÁS LEYENDO
Vampire Heart... {2Min}
FanfictionChoi Minho, único hijo y heredero legítimo del clan Choi, Gobernantes supremos del mundo vampírico. Lee Taemin, hijo menor del clan Lee, quienes quieren arrebatarles el poder a los Choi al precio que sea. ¿Pero qué sucede cuando el destino es capric...