VI

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¿En qué estaba pensando al aventarle esa roca así como así? Casi lo había matado del susto y para colmo había hecho que se cayera del árbol y que se golpeara realmente fuerte. Agradecía a los dioses que no se hubiera roto nada; aunque seamos vampiros el dolor de un hueso roto lo sentimos por varios minutos hasta que sana, y por alguna extraña razón yo no quería que Minho sintiera dolor de ninguna forma.

Me sentía apenado y avergonzado por lo sucedido y aunque ya le había pedido disculpas muchas veces, todavía sentía la necesidad de seguir disculpándome por lo ocurrido.

Observé el semblante de Minho y podía ver en su rostro la molestia y el enojo que sentía por la caída, pero también pude ver la curiosidad en sus ojos al momento en que tanto Onew como yo le dijimos que estábamos buscándolo para hablar con él.

Toda su atención estaba centrada en nosotros y movía sus ojos de Onew a mí y viceversa, esperando a que habláramos de una vez. Yo no sabía cómo comenzar o qué decirle, así que fue Onew el que habló primero.

—Verás, Choi, esto no es tan placentero para mí y dudo que lo sea para ti, pero en realidad solo quiero agradecerte el haberle salvado la vida a Tae. Si tú no hubieras aparecido ahí, no quiero ni imaginarme lo que pudo haber pasado. Gracias, Choi. —Onew dijo cada palabra de manera muy seria y también pude notar que le costó mucho trabajo agradecerle al que se supone que es nuestro mayor enemigo.

—¿Es esto una broma? —Dijo riendo un poco. —Vaya, Jinki, realmente me asombras. Jamás en mis cientos de años imaginé que un Lee me diera las gracias a mí por algo ¡Ni siquiera en mis más locos sueños! —Minho parecía muy sorprendido por lo que Onew dijo y sonrió de manera burlona al responderle.

—No es una broma lo que digo, Choi, en verdad te agradezco lo que hiciste, aunque eso no cambia absolutamente nada.

—Y no espero que cambie nada. —Fue la respuesta mordaz que Minho dio.

Hasta el momento yo solamente me encontraba de espectador en la conversación, dejando que mi hermano hablara por mí. Me sentía un poco intimidado por Minho y también nervioso. Tomé aire y me dirigí hacia él.

—Mi-Minho... —Le hablé y vi cómo se tensaba un poco y volvía su mirada hacía mí, prestándome toda su atención.

—Gra-Gracias por haberme salvado de morir. —Le dije en un tono casi inaudible y balbuceando. Me sentía muy nervioso y no pude detener mis impulsos y me lancé sobre él, dándole un abrazo, rodeando su torso y colocando mi cara contra su cuello. Por unos instantes cerré mis ojos e inhalé ese perfume almizclado y a menta que era característico en él. Mi corazón comenzó a latir como loco, sentí cosas que aún no entiendo lo que son o lo que significan.

Minho se tensó bajo mi sorpresivo abrazo y fue recién ahí que me di cuenta de lo que había hecho. Abrí mis ojos de sobremanera y deshice mi agarre de él. Me alejé unos pasos y sentí mi cara arder de vergüenza. Seguramente me había puesto rojo por lo que había hecho.

Observé las caras de mi hermano y de Minho. Ambas eran de total sorpresa por mi repentina efusividad hacia el pelinegro.

—Minho, lo siento tanto. N-no quería hacer eso y asustarte. Lo siento. Discúlpame por favor. —Nuevamente comencé a disculparme con él y su cara pasó de la sorpresa a la curiosidad en un segundo.

—¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Por qué hiciste eso? —No había enojo en sus palabras, solo mucha curiosidad que incluso se reflejaba en sus ojos.

—Yo... N-No lo sé... Solo quería agradecerte y... No sé qué pasó... Lo siento... —Me había quedado sin palabras y no sabía cómo explicarle algo que ni yo sabía por qué lo había hecho.

Vampire Heart... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora