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Me sentía indescriptiblemente feliz y muy emocionado por todo lo que había sucedido entre Minho y yo hace unos momentos. Todo lo que hablamos y lo que compartimos me hacía sentirme un poco más cercano a él. Sentí y siento una enorme confianza creciendo en mí hacia él y por eso le conté esa parte de mi vida que nadie sabe (aparte de Onew). Él había sido muy comprensivo conmigo en todo momento; no me culpó por lo de Taesun y eso me hizo sentir un poco aliviado. Minho estaba siendo realmente una persona maravillosa conmigo.

Me di la vuelta luego de que Minho desapareciera por el bosque y unos pasos más allá estaba Onew con una media sonrisa en su cara, esperándome. Caminé hacia él un poco nervioso porque podía leer en su mente que quería saber todo lo que pasó con Minho y realmente no sabía si contarle o no. Claro que confío en Onew, pero no estoy seguro de cómo reaccionará, además Minho me pidió que por un tiempo mantuviéramos todo en secreto. Estaba entre la espada y la pared.

Trataría a toda costa de evitar esa conversación con él, al menos por unos días, aunque sabía muy bien que iba a ser una cosa muy difícil conociendo lo perspicaz y astuto que Onew era.

—¿Dónde fuiste, hyung? —Rápidamente le pregunté antes de que él lo hiciera.

—Solo fui por ahí, Tae, a distraerme un poco para darles espacio a ustedes dos. —Me miró de manera sospechosa y yo solo volteé mi cara hacia otro lado.

—Ah, ya veo. —Fue lo único que pudo salir de mi boca ya que me encontraba al borde de los nervios.

Ambos comenzamos a caminar con dirección a casa, a paso lento y en silencio. Podía ver en Onew que no solo tenía curiosidad por saber lo de Minho, también había algo que lo preocupaba, que lo inquietaba.

Ya llevábamos rato caminando, y lo único que se escuchaba era el viento entre los árboles y uno que otro pájaro a lo lejos. Estaba anocheciendo y los rayos del sol poco a poco se iban extinguiendo. Onew y yo no habíamos cruzado ni una palabra y en realidad me estaba muriendo por saber qué era lo que estaba ocurriéndole.

—Hyung, vas a decirme qué pasa o no. Sé que algo está molestándote y quiero saberlo.

Vi cómo soltaba un suspiro frustrado y se pasaba las manos por el cabello. Volteó a verme sin dejar de caminar y la preocupación estaba escrita por toda su cara.

—Tae, tú siempre tan perceptivo...

—Sabes que lo soy, por eso pregunto qué te sucede. ¿Puedes contarme?

—Es algo un poco ilógico y hasta tonto quizás, no tendría por qué ponerme de esta forma. —Dijo esbozando una media sonrisa que no alcanzó sus ojos.

—No debe ser tan "ilógico" si te tiene así. Anda, cuéntame. —Lo insté para que hablara de una vez.

—Está bien. Hay algo que me ha estado dando vueltas la cabeza desde que conocimos a esa cazadora, Odalis. El día que te atacó, por unos segundos hicimos contacto visual, y desde ese momento sentí que algo cambió en mi interior. La verdad no le puse mucha atención y transcurrieron los días normalmente. Hoy que la volvimos a ver y luché contra ella, nuevamente sentí algo que se removió en mí. No comprendo qué es lo que me sucede con ella Tae, es una maldita cazadora que solo quiere nuestras cabezas como trofeos. No debería sentir ni una pizca de remordimiento hacia ella, pero no pude matarla, no pude hacerlo y eso me preocupa. Me frustra no saber qué demonios me sucede. —Terminó agachando su cabeza de pura frustración.

—Onew ¿Dejarías que usara mi don en ti? —Le pregunté esperando que dijera que sí. Uno de mis dones especiales era que con solo tocar a alguien yo podía ver sus sentimientos, su pasado y parte de su futuro, así que quizás podría ayudar de esta forma a aclarar la mente de mi hermano.

Vampire Heart... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora