Vampire Heart... {2Min}

XIX

Cuando vi a mis mejores amigos con caras que demostraban aflicción, supe que algo muy malo estaba pasando. Un jodido escalofrío cruzó por toda mi espalda y sentí que mis músculos se tensaban. Jonghyun y Key intercambiaron miradas y luego se voltearon a verme.

—Es importante que vengas con nosotros, Minho. —La voz de Jonghyun no sonaba para nada alentadora y eso solo incrementó el puto presentimiento con el que me había levantado esa mañana.

—¿Vas a decirme qué coño es lo que pasa? —Con tantas cosas que estaban pasándome ese día, no tenía el mejor humor del mundo y eso lo demostré al hablarle a Jonghyun.

—No hay tiempo, Minho. Sólo síguenos y ya. —Key sonaba incluso peor y más desesperado que Jonghyun.

Volteé a ver a Taemin y él tenía una expresión de no comprender qué pasaba, igual que yo. ¡Joder! Necesitaba saber qué mierda estaba sucediendo, pero no pregunté y solo me limité a seguirlos.

Key y Jonghyun salieron corriendo a toda velocidad, y antes de que pudiera perderlos de vista los seguí junto a Taemin. Me importó un carajo dejar mi coche en medio de la ciudad, ya vendría luego a recogerlo, primero necesitaba saber hacia dónde íbamos.

Salimos de la ciudad y nos dirigimos al camino que llevaba a la ciudad vecina, las casas eran escasas a este punto y al final ya no había ninguna. A ambos lados de la carretera solo se podían observar los bosques y árboles, nada más. Más allá pude ver que una cortina de humo se alzaba hacia el cielo. Mi corazón se detuvo por un instante y fue ahí que me di cuenta de hacia dónde nos dirigíamos.

Llegamos y la vista me dejó sin aliento. Mis padres estaban ambos tirados en el concreto, bañados en sangre. Más allá el auto en el que habían salido envuelto en llamas y el chófer estaba muerto. Palidecí ante esto y sentí que el aire no fue suficiente.

Lo peor de todo fue que justo cuando llegamos distinguí algo que ya me era demasiado familiar. La maldita de Odalis tenía su hoz levantada justo sobre mi padre. La ira se apoderó de mí justo ahí y antes de que pudiera terminar de darle el golpe de gracia, me abalancé sobre ella y ambos caímos en el duro concreto.

¡Mierda! El golpe había sido duro y Odalis ciertamente no se esperaba que yo la derribara. Rápidamente se puso de pie y cogió su hoz. Yo hice lo mismo y me incorporé, enfrentándola. Pagaría con su puta vida lo que les había hecho a mis padres. La vi directo a los ojos y lo que vi me dejó sorprendido. Tenía sus jodidos ojos totalmente negros y su expresión era de odio y rabia en su máximo punto.

Eso solo podía significar que estaba bajo alguna clase de embrujo. Pero sea como sea, hechizada o no, yo la mataría. Al segundo ella se lanzó contra mí, apuntando la hoz justo a mi pecho. Corrí a su encuentro y salté por encima de ella justo a tiempo. Ella quedó de espaldas a mí y yo aproveché la oportunidad para tomarla y derribarla.

Al momento que iba a agarrarla, se volteó y esquivó mis manos. Se deslizó por el suelo y me dio una patada certera a los pies, haciéndome caer. Se lanzó sobre mí, poniéndose a horcajadas y nuevamente levantó su hoz. Con un esfuerzo me levanté haciendo que se cayera.

Se levantó igual de rápido que antes, pero dejó su hoz en el suelo y comenzó a tirarme puñetazo tras puñetazo, acertando en varias ocasiones. Quizás eran los efectos del maldito hechizo, pero estaba implacable, tanto que me estaba costando mucho el esquivar sus golpes.

Sentía que la sangre empezaba a correr por mi cara por los golpes que Odalis acertaba, pero yo no pararía hasta derribarla y matarla. Me enfurecí muchísimo y justo cuando iba a golpearme una vez más, lancé un puñetazo que conectó justo en su mandíbula, los huesos crujieron al quebrarse y ella solo gruñó por el dolor.