XVII

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La cara de Taemin estaba muy ruborizada después de haber escuchado a mi padre hablar. Ellos sabían que yo estaba con Tae, les había hablado acerca de ello hace un par de días, y se mostraron muy compresivos al respecto y me dieron todo su apoyo. Aunque también se habían preocupado por nuestra situación, al saber que él era el hijo menor de los Lee, y que seguramente ellos no tomarían nada bien esta noticia.

Hice que Taemin se sentara en el sofá y yo me coloqué frente a él, de rodillas en el suelo, ignorando a mis padres. Abrí el botiquín y saqué los materiales que necesitaría para curar el labio de Tae y también para limpiar los restos de sangre de su cara.

—Esto te arderá un poco, amor, pero es necesario limpiarte las heridas. —Le dije en un tono suave al tiempo que presionaba un algodón empapado con alcohol sobre su labio partido.

—¡Diablos! Eso arde. —Siseó mientras cerraba fuertemente los ojos al sentir el contacto del líquido con su herida abierta. Fui lo más delicado posible con él, y rápidamente terminé de limpiar el resto de sangre de su cara.

—Ya está, bebé. —Le dije tirando los algodones sucios en la basura y depositando un pequeño beso sobre sus labios.

—Ahora déjame curarte a ti. —Me dijo al tiempo que se levantaba del sofá y me sentaba en el mismo y él tomaba el lugar que yo había ocupado segundos antes.

Mojó un algodón con el alcohol y lo pasó muy suavemente por mi ceja herida. El ardor hizo que siseara por lo bajo. Limpió toda esa zona y luego se ocupó de mi labio roto. El ardor seguía siendo un poco irritante, pero podía soportarlo mejor. Cuando finalizó guardó todo de nuevo en el botiquín y se sentó a mi lado. Una hermosa sonrisa cruzó su rostro y pegó su frente contra la mía.

—¿Te dolió mucho? —Me preguntó en voz baja y un poco preocupado.

—No, bebé. Estoy mejor ahora. —Vi directamente a sus hermosos ojos y corté la poca distancia que nos separaba. Lo besé de forma dulce y muy cuidadosa, ya que las heridas en nuestros labios ardían un poco ante el roce, estas aún no terminaban de sanar del todo. A veces nuestros poderes curativos se volvían un poco lentos dependiendo del tipo y cuantas heridas tuviéramos.

Me separé de él y le sonreí, luego volví mi vista a mis padres, los cuales tenían sonrisas enormes pegadas en sus caras. Taemin también so volteó hacia ellos y nuevamente el rubor se apoderó de sus mejillas. Mis padres se quedaron viendo el uno al otro, con una evidente alegría en sus caras.

—Parece que la profecía sí se cumplirá después de todo. —Dijo mi madre viéndonos a ambos, tan cerca como estábamos.

Taemin y yo nos volteamos a ver el uno al otro y luego de vuelta a mis padres. Sorpresa e incredulidad era notable en ambos.

­—¿Qué profecía? —Preguntamos ambos al mismo tiempo. Mis padres se rieron ante esto.

—Si quieren saber acerca de ella, tendrán que hacerle una visita a la sacerdotisa Nyx. —Nos dijo mi madre sonriendo.

—¿A la sacerdotisa? ¿Qué tiene que ver ella en esto? —Dije dándole voz a lo que pensaba.

—Hace mucho tiempo, cuando ustedes eran apenas unos pequeños bebés, la sacerdotisa nos citó a nosotros y a tus padres, Taemin, en su templo, y nos contó acerca de una profecía que se le había manifestado a ella en sus sueños. Cuando la escuchen es probable que muchas de las dudas de Taemin sean resueltas, es por eso que es mejor que ella les cuente y no nosotros. Siento que eso es algo que no nos corresponde. —Nos dijo mi padre.

—¿Mis dudas serán resueltas? —Los ojos de Taemin brillaban al pronunciar las palabras y su voz sonaba vacilante, quizás porque sabía a lo que mi padre se refería.

Vampire Heart... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora