XIV

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Minho se puso entre mis piernas y al instante que rozó su pelvis contra la mía pude sentir que estaba duro, mi pene en respuesta se apretó mucho más contra mis vaqueros y pedía a gritos atención. Como si hubiera leído mis pensamientos, Minho comenzó a frotarse contra mí.

Bajó sus manos hasta el dobladillo de mi camisa y me la sacó lentamente, para luego arrojarla al piso. Sentí sus labios y su lengua en mi cuello y luego fue bajando hasta llegar a mis pezones, los cuales torturó hasta dejármelos duros como piedras. Siguió su recorrido por mi abdomen y jugó con mi ombligo, simulando embestidas con su lengua. Lo único que yo podía hacer era retorcerme por el enorme placer que estaba sintiendo.

Llegó al cierre de mis vaqueros, y comenzó a desabrocharlos y a bajarlos por mis muslos al mismo tiempo que iba pasando su lengua por la piel que iba quedando al descubierto. Terminó de sacarlos completamente, dejándome solo con mis bóxer, los cuales no duraron en su lugar por mucho tiempo, ya que Minho los quitó y los tiró junto a lo demás de mi ropa.

Era la primera vez que alguien me veía totalmente desnudo y la vergüenza estaba haciendo su camino en mí, sentía que mis mejillas estaban ardiendo por la forma en la que Minho estaba viéndome. Sus ojos se habían puesto mucho más rojos y brillantes y me miraba de pies a cabeza.

—Eres hermoso. —Fue lo único que salió de su boca, antes de abalanzarse sobre mí y besarme.

Volvió a hacer un recorrido por mi pecho con sus labios, hasta llegar a mi erección. La tomó primero con la mano y comenzó a masajearla de manera lenta. Un gemido salió de mi boca por su toque y Minho sonrió ante esto.

Lo siguiente que sentí fue la lengua caliente de Minho en la punta de mi pene, lamiendo una gota de pre semen que salía de ella. Me tensé ante esto porque no esperaba que él hiciera algo así, pero lo siguió haciendo y se sentía demasiado bien.

Lamió toda la longitud de mi erección y luego abrió la boca y la metió toda en ella. No esperaba la ola de placer que se disparó a través de todo mi cuerpo.

—¡Mi-Minho! —Jadeé al tiempo que agarraba su cabello y arqueaba mi espalda.

Minho siguió succionando y tragando. Ahuecó sus mejillas para hacer más intensa la succión. Sentía que en cualquier momento iba a explotar. Inconscientemente comencé a mover mis caderas hacia adelante, follando su boca. Gemidos y jadeos salían de mi boca por todo el placer que él estaba dándome.

­Agarré más fuerte su cabello, yo estaba al borde del placer. En cualquier momento explotaría si Minho no se detenía.

—De-Detente, Minho... O voy a... Voy a correrme. —Fue lo único que pude articular entre gemidos, pero él no me hizo caso. Siguió chupándome y para hacer más rápido su trabajo con una de sus manos alcanzó mis bolas y las masajeó. El placer aumentó al instante, llevándome mucho más cerca del orgasmo.

—¡Minho! —Cerré mis ojos y grité su nombre mientras me corría en su boca. Chorros salían disparados a su garganta y él se los tragó todos. Una vez no había más que tragar, se levantó y me miró. Tenía los labios brillantes por la saliva y una sonrisa cruzaba su rostro.

A pesar de que acababa de correrme, mi pene seguía duro y necesitado de más atención. Todo mi cuerpo estaba caliente. Y qué decir de cómo estaba Minho. En sus pantalones había una enorme tienda de campaña levantada.

En ese momento me di cuenta que Minho seguía con toda su ropa puesta y eso para mí no era nada justo. Así que me acerqué a él y le saqué la camisa, luego lo recosté en la cama y le saqué los pantalones y luego su bóxer, haciendo que su erección saltara fuera de estos.

Vampire Heart... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora