Vampire Heart... {2Min}

XIII

Había salido con tiempo de sobra del castillo. Me dirigía hasta donde habíamos quedado de vernos con Taemin, pero era demasiado temprano para llegar, así que para pensar un poco en lo que le diría y para tratar de relajarme decidí explorar un poco los alrededores. Caminé cerca de una hora, hasta que llegué a un lago que se encontraba en medio del bosque. Jamás había visitado ese lugar y me parecía un sitio mágico y hermoso, rodeado de árboles y pinos que hacían que una brisa fresca soplara en todo el sitio. Se veían unas montañas a lo lejos que hacían que todo el panorama fuera perfecto.

Los minutos pasaron rápidamente para mí estando en ese lugar, me percaté de la hora en mi celular, eran las 2:45 pm, faltaban solo quince minutos para que Taemin llegara donde lo había citado. Emprendí mi camino de regreso y esta vez corrí a toda velocidad para llegar a tiempo, se me había hecho tarde por estar de explorador y no quería hacer que mi Tae esperara tanto. Una sensación cálida se instaló en mi pecho al pensar en Taemin como mío y sonreí a la nada, como todo un idiota enamorado.

Porque sí, en esas pocas semanas que llevaba conociéndolo, me había enamorado totalmente de él, y fue en ese instante en que una idea se cruzó por mi mente. Luego de decirle que yo sería el nuevo líder de los vampiros, le propondría mi idea, y esperaba con el alma que me dijera que sí.

Llegué al lugar justo a tiempo y me recosté en la base del mismo árbol del cual Taemin me había tirado, con mis ojos cerrados, solo pensando en lo que estaba a punto de decirle, cuando sentí ese inconfundible aroma a vainilla que envolvía a Taemin. Abrí mis ojos y él se encontraba a escasos metros de mí.

Me puse de pie y esperé con una sonrisa a que llegara hasta donde yo estaba. Cuando se encontraba a unos pasos de mí, sin pensarlo me acerqué hasta él y acorté la poca distancia que había entre los dos.

Lo tomé entre mis brazos y lo besé con todo el amor que sentía en ese instante. Al principio le costó seguir el beso, quizás porque no esperaba que sucediera tan rápido, pero pudo seguirme el ritmo que había impuesto. Sus dulces labios se movían junto a los míos y sus manos estaban entrelazadas en mi cuello, apegándose más a mi cuerpo.

Al cabo de unos momentos, nos separamos por falta de aire, nos quedamos abrazados, mirándonos el uno al otro y pude ver que su rostro estaba sonrojado por lo ocurrido. Al verlo así me di cuenta que a pesar de que apenas ayer lo había tenido conmigo, lo había extrañado demasiado. ¡Demonios! Taemin se estaba volviendo una parte vital de mi puta existencia.

—Hola, bebé, te había extrañado demasiado. —Le hice saber lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Minho... Yo también te extrañé... Muchísimo... ­—Su voz sonaba un poco tímida y agachó la cabeza, quizás avergonzado de lo que dijo. Lo tomé del mentón e hice que volviera a verme a los ojos.

—No te sientas avergonzado, mi amor, además, me alegra mucho saber que tú también me extrañaste. —Le dije mostrándole una enorme sonrisa y dándole un pequeño beso en sus labios. —Tenemos cosas que hablar, Tae, pero quiero que lo hagamos en un lugar que recién descubrí y que quiero mostrarte. No está demasiado lejos, correremos para llegar más rápido.

Me separé de él y lo tomé de la mano, le pregunté si estaba listo y asintió, así que ambos comenzamos a correr tomados de la mano en dirección al lago que descubrí antes. A unos pocos metros paramos de correr y caminamos sin soltarnos de las manos. Me sentía jodidamente feliz con nuestras manos entrelazadas y podía notar que él se sentía igual que yo, ya que llevaba una sonrisa pegada en su rostro y sus mejillas tenían un leve sonrojo.

—Llegamos. —Le dije parándonos frente al lago y vi que sus ojos se abrían mucho por la impresión de ver el majestuoso paisaje que teníamos frente a nuestros ojos.