-¡Buenas noches! ¿Están divirtiéndose?.- El lugar de llenó de una oleada de gritos luego de la pregunta que Santi hizo a través de su micrófono- ¡Pues también nosotros amigos, es genial volver a casa!
-Hay más gente de lo usual ¿No lo crees?.- Preguntó Ray mientras ponía un par de copas en la una bandeja antes de empujarla con suavidad en dirección a Brenda.
-Eso es porque ellos.- La chica de cabello azul señaló a la banda de mi hermano- Son tremendamente ardientes.
-No puedo discutirlo, ¿Verdad que no, Mila?.- Fulminé a Ray por hacer ese tipo de comentarios frente a Lee quien me observó expectante esperando una respuesta.
-Mi hermano está ahí. Decir algo como eso sería.....asqueroso.- Respondí mientras el chico tras la barra continuaba viéndome con los ojos entrecerrados.
-Yo no me quejo. Las propinas serán buenas esta noche.- Kenneth se unió a nuestra conversación mientras estaba de paso.
Mis ojos volvieron a posarse sobre el escenario pero más específicamente sobre ella. Lauren estaba tocando el bajo con una actitud digna de una estrella de rock mientras una fina capa de sudor, consecuencia de la euforia del momento, cubría su piel haciendo brillar sus tatuajes. Las chicas en el lugar gritaban derritiéndose por los atractivos integrantes de Black Panthers mientras que los chicos presentes cantaban a todo pulmón las enérgicas canciones que éstos entonaban. Dinah estaba más que contenta, pues al parecer la banda de Santi era igual a multitud y multitud era igual a fabulosos ingresos en el negocio familiar. Una justa y perfecta ecuación.
-¿Podrías venir a cenar mañana? Mamá comienza a extrañarte en casa.- Dijo Lee sacándome de mis pensamientos.
-Por supuesto. No tengo planes, además eso significa más tiempo junto a ti.- Le di un guiño que lo hizo reír.
-¡Que buena noche ¿No lo creen?.- Santiago irrumpió entre nosotros separándonos junto antes de que continuáramos con nuestro besuqueo.
-Sí.- Contestó mi novio soltando un bufido y rodando los ojos.
-Necesito un cigarrillo, ¿Podrías ir a por ellos cacahuate?.- El castaño me sonrió con inocencia y yo no podía creer que me había llamado en frente de Lee quien me veía aguantando sus ganas de reír.
-Porque no tomas uno de los de Ray.- El aludido se acercó al escuchar su nombre pero mi hermano negó.
-No es lo mismo.- Estaba fastidiándome- Vamos, no te preocupes por Liam estaremos teniendo una interesante charla en tu ausencia ¿No es así amigo?
-Soy Lee.
-Sí, como sea. Están en mi chaqueta tras bambalinas, ve.
Me puse de pie ignorando la suplicante mirada que Lee me estaba lanzando y camine entre la multitud abriéndome paso hasta la sala tras la tarima. Empuje la puerta y me adentre mientras maldecía entre dientes el infantil comportamiento que Santiago estaba teniendo, ¡Apenas había llegado hace unas horas!. Miré a mi alrededor notar que aquella habitación era un completo desastre, parecía que un huracán se había adentrado dejando todo patas arriba. Soltando un suspire comencé a buscar entre las cosas de Santi dando con su chaqueta sobre uno de los sofás de cuero.
-Bingo.- Dije en cuanto encontré la cajetilla de cigarrillos dentro de uno de los bolsillos.
-No deberías estar husmeando en mis cosas Camz, ¿Qué clase de modales son esos?.- Esa voz. Esa jodida voz otra vez.