-No tenías que escoltarme hasta aquí.- Gruñí entrando en el departamento mientras Lauren sostenía la puerta para mí.
-Se lo prometí a Santi no es nada personal.
-Bueno, puedes dejarme ahora. Ya estoy aquí ¿No?.- Me crucé de brazos a la defensiva y ella sólo se mantuvo observándome por algunos segundos.
-¿Qué es lo que te molesta? ¿No te gusta mi presencia?.- Sus preguntas me tomaron por sorpresa provocando que mi actitud de seguridad se disipara para ser reemplazada por los nervios- ¿Es eso?
-Yo.....- Mi cerebro enviaba las señales a mis cuerdas vocales pero de estas no escapaba sonido alguno- Necesito dormir.- Me giré caminando hasta el corredor.
-Camz.- Su mano de posó en mi brazo deteniéndome- Aunque no te guste la idea de tenerme aquí. Estoy feliz de volver a verte.
Me mantuve mirando sus ojos interpretando toda clase de emociones que éstos me transmitían provocando que se me erizara la piel mientras un escalofrío me recorría la espalda. No quería mirar sus labios pero como siempre terminé por hacer lo que estaba esforzándome por evitar maldiciendo mentalmente. Sus ojos también fueron a parar a mi boca y fue inclinándose hacia mi rostro lentamente, tanto así que sólo unos pocos centímetros nos separaban. Cuando estábamos por besarnos la puerta se abrió sacándonos de nuestra burbuja y provocando que nos apartáramos de inmediato. Dinah se adentró junto a Normani quien se quedó viéndome mordiéndose la lengua para no soltar un comentario inapropiado frente a mi hermana.
-Que bueno que ya estás aquí.- Pestañeé un par de veces antes de concentrarme en las palabras de la rubia y asentí- ¿Estas bien?.- Miró de reojo a la ojiverde quien se mantuvo viendo en otra dirección.
-Yo solo....ya me iba a dormir.
-Buenas Noches Mila.- Dijo Mani y yo le sonreí antes de caminar hasta mi habitación y encerarme allí dentro.
En cuanto cerré la puerta tras de mí me recargue contra ésta soltando todo el aire que había estado conteniendo desde que los dedos tatuados de Lauren se posaron sobre la piel de mi brazo. No puedo mentir. Por supuesto me hubiese encantado acabar besándola descontroladamente en la sala pero estaría mal. Muy mal. Me prometí no volver a tropezar con la misma piedra pero ella estaba poniéndolo difícil y no tenía los mecanismos de defensa suficientes como para proveerme de sus encantos.
Estuve evitándola a toda costa por los próximos tres días evadiendo cada momento en los que teníamos la oportunidad de permanecer a solas ella y yo. Podía notar como mi actitud distante comenzaba a molestarla mucho más cuando ocupaba mi tiempo libre junto Lee con quien había estado quedando más de lo normal para poder sacar cualquier rastro de ella de mi cabeza. Hasta trajo a Santi una tarde cuando nos descubrió enrollándonos en el sofá de la sala, quien por supuestos se encargó de poner a Lee fuera de ahí en cuestión de segundos.
-¿Seguirás evitándome o qué?.- Lauren cerró la nevera poniéndose frente a ésta y cruzándose de brazos.
-No sé de que hablas.- Intenté pasarse ella para buscar lo que quería pero ella me empujó hacia atrás ligeramente- ¿Qué ocurre contigo? Este lugar es lo suficientemente amplio como para pasar la tarde separadas.
-Pues no quiero eso. Habla conmigo, ¿Por qué no puede ser todo como antes?.- Oh sabes muy bien porqué, pensé.
-Sabes porque Lauren.- Bufé dándome la vuelta.
-No me des la espalda.- Gruñó adelantándome y poniéndose frente a mí otra vez- Solo estoy tratando de tener una buena relación contigo.
-Nada será igual y lo sabes.